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Dos décadas volando sobre un tapiz de sueños
El Acróbatos ha conseguido esta temporada llevar a 94 de sus gimnastas a competir al Campeonato de España ACROBÁTICA
CÉSAR GUISADO
GRANADA
Miércoles, 20 de junio 2018, 21:11
Aquí no hay aros, pelotas ni mazas. Tampoco se trabaja con paralelas ni anillas. El plinto ni mencionarlo. Puede que la gimnasia acrobática sea la ... gran desconocida del tapiz, pero tiene la capacidad de hipnotizar con sus pirámides, lanzamientos, equilibrios y recogidas imposibles. Parejas, tríos y equipos presentando un trabajo de dos minutos al jurado, una coreografía que se baila en el aire y que atrona cuando los ágiles aterrizan en la lona, golpeando con sus manos.
El cuerpo trabaja para el disfrute de los ojos del espectador. Las figuras toman valor según su dificultad y los jueces apuntan en función de la excelencia y el encaje dentro de la coreografía. Hace veinte años, un puñado de profesores de la Universidad, entró al pabellón de Inef y pusieron unas colchonetas en el suelo. Comenzaron a practicar un deporte que en el albor del nuevo siglo era un completo desconocido. Pintaron un mural de estilo griego clásico, con columnas y deportistas que evocan el 'Citius, altius, fortius' y llamaron a su idea Acróbatos.
Hoy, ese club acoge a más de cuatrocientos gimnastas cada tarde en este vetusto pabellón. De ellos, noventa y cuatro han participado este fin de semana en el Campeonato de España de gimnasia acrobática, que se ha disputado en Vigo, siendo el granadino el equipo que más gimnastas ha aportado y, casi por consecuencia directa, el que más veces se ha subido al cajón.
La otrora Inef y hoy Facultad de Ciencias del Deporte respira chavalería cada tarde y la simbiosis es perfecta. Niños y niñas que desde sus seis primaveras visitan la Universidad cada tarde para entrenar. Aprenden que la formación académica y el deporte pueden ir de la mano. Sus profesores son estudiantes que cursan aquí sus carreras y que a su vez realizan sus prácticas en un entorno real, formando a auténticos campeones nacionales.
Otros, cruzaron el mundo para venir aquí. Elena Fomina nació en la Unión Soviética y se adentró en la gimnasia artística con cinco años. Más tarde evolucionó a la acrobática para actuar como mediana del trío, aprendiendo de un deporte al que hoy le dedica buena parte de su vida. Empezó en el Acróbatos como coreógrafa. O eso creía ella. Porque por entonces, la acrobática estaba empezando a florecer en Granada y Fomina llegó para impulsar al club a otro nivel. Han pasado doce años y es, junto al presidente Nicolás Fresneda, el corazón de este equipo.
«Lo primero que hago cuando llegan niñas nuevas a este club, es preguntarles hasta dónde quieren llegar. Si ellas quieren llegar a lo más alto, aquí estoy para ayudarlas. Pero lo que nunca puede hacer un entrenador es querer más que sus chicas», dice la rusa, dejando una sentencia ejemplar que puede ser recogida por cualquier técnico, de cualquier disciplina deportiva.
La gimnasia acrobática se rige por categorías y estas están limitadas dentro de un rango de edades por lo que formar una buena pareja, trío o equipo no es nada fácil. «Lo más importante es analizar su capacidad de trabajo. Podemos tener niñas muy buenas, que ejecuten buenas pirámides, pero si tienen una forma distinta de trabajar, nunca van a llegar a ser buen trío», explica Fomina, señalando que «de cada diez tríos que formamos por temporada, quizá sólo dos o tres funcionan tal y como queremos al final del año», abunda.
Y señala directamente a quienes han representado a Granada y España en el último Campeonato del Mundo de acrobática. «Aquí, fueron fundamentales las ganas de trabajar de estas niñas. Me pasaba las horas obligada por ellas a mirarlas, me pedían más y más trabajo y al final funcionó por eso. Nico y yo no esperábamos el resultado que consiguieron. Acabaron siendo el mejor trío de España y quizá técnicamente no eran las mejores, pero conectaron tan bien y tuvieron tantas ganas de trabajar, siendo tan fanáticas, que el resultado fue perfecto sólo por eso. Han conseguido ser unas gimnastas artísticamente perfectas, técnicamente igual, preciosas en todo y funcionó porque sus ganas impulsaron su talento», subraya la entrenadora.
Nicolás mira y asiente. Tiene 33 años, una edad inusual para el presidente de un club deportivo con casi medio millar de deportistas a su cargo, campeones de España y asiduos a mundiales. Este fin de semana capitaneó dos autobuses, ida y vuelta de Granada a Pontevedra para que sus 94 gimnastas disfrutaran compitiendo en un campeonato de España.
Linarense, llegó a Granada en el 2002 para estudiar la carrera que lo acercó a esta especialidad. «Con 18 años, no conocía la acrobática. Empecé hace doce años acercándome a unas clases extraescolares donde adultos empezaban a practicar con figuras y elementos más básicos. Poco a poco me enganché y aprendí de un deporte que a los niños los hace ganar en habilidades coordinativas y que les sirve para cualquier faceta de la vida más adelante», entiende.
Además, impregna sus valores a quien se enfunda las mallas. «Ganas en esfuerzo, en compromiso, en trabajo en equipo y te preparas psicológicamente para todo porque debes afrontar un ejercicio confiando ciegamente en tu compañero y en tu entrenador. Es un deporte de equipo aunque lo practiques en pareja. Y puedes tener un carácter distinto al de tu compañero, pero si no logras hallar esa complicidad, nunca te va a salir nada», pondera.
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