Ciclistas que mueven corazones
Miguel Induráin, Perico o Santi Rodríguez se involucran en la última aventura de Carolina y de sus alumnos diagnosticados de autismo, Hugo y Marco, quienes vuelven a asombrar subidos a una bicicleta
CÉSAR GUISADO
Granada
Lunes, 6 de noviembre 2017, 01:18
Existen infinitas formas de contar una experiencia. Para Carolina se puede comenzar a dibujar a través de las risas y los buenos momentos con sus ... alumnos y de sus sobrinos. Para Marco con las más de mil fotos que guarda con cariño y las vivencias con su nueva amiga Susana. Y Hugo lo bosqueja con gotas de sudor, con un refresco fresquito en la meta y con tres kilómetros de sempiterna escalada en la que dejó boquiabiertos a cuantos adelantaba.
El proyecto Pedaleando por ti que lleva a cabo la 'profe' Carolina Velasco se puso nuevamente en ruta hace unos días bajo el lema de 'Alforjas Azules'.
Un pelotón que llegó a reunir a más de doscientos ciclistas ha recorrido la Vía Verde del Aceite con sus bicicletas y alforjas, con sacos de dormir y la misión de acompañar a dos pequeños diagnosticados de autismo, Marco de siete años y Hugo de once, encargados de escribir todas las páginas de su historia, un cuento muy real de superación vital ligada al deporte de las dos ruedas. La salida tuvo lugar desde El ojo del Buey, recorriendo las calles del centro de Jaén hasta llegar a la Vía Verde, dirección a Martos. La segunda etapa, transcurrió entre los términos de Martos y Alcaudete y la tercera y última, los aventuró en Córdoba, finalizando en Doña Mencía.
Conocer el autismo
El ciclismo, dice Carolina Velasco, les sirvió a todo el pelotón y también a quienes acompañaron con ánimos desde la lejanía, como plataforma para conocer el mundo del autismo, y la terapia para sus dificultades y capacidades.
Y conforme los ciclistas se deslizaban entre olivos, al teléfono de Carolina iban llegando mensajes de ánimo de quienes, como ellos, también han sido héroes de las dos ruedas o caras muy reconocibles de la cultura española. Mediante un vídeo colgado en YouTube que a las pocas horas superaba las diez mil visitas, el cinco veces ganador del Tour de Francia, Miguel Induráin, les mandaba deseaba « que lo paséis bien, que disfrutéis de la bici y de la ruta que estáis haciendo».
Perico Delgado quiso reflejar que «en ciclismo uno puede encontrar motivaciones especiales y la tuya, en éste caso es muy especial. Así que, ¡Buena ruta y que nos veamos algún día en la carretera o por el campo!». Y el humorista Santi Rodríguez los saludó diciéndoles que Alforjas Azules «es un proyecto precioso, me hubiera gustado acompañaros en la salida de Martos. Cosas así son necesarias».
Y no fueron los únicos. El monologuista José Boto animó «a que vayáis a Alforjas Azules, ¿Qué es esto? Una ruta con niños con autismo a quienes animan a hacer ciclismo», palabras que fueron refrendadas por el también cómico Jesús Cañete y 'El Linterna' Manolo Sarria, deseando que nadie faltase a la cita.
Maestros de la vida
«Todos han mostrado su esfuerzo en valorar el proyecto y estar cuidando de Marco y Hugo, dos grandes maestros de la vida, que han conseguido ser héroes y protagonistas de estos tres días de cicloturismo», afirma rotunda Carolina Velasco con los pies ya en Granada.
«Y digo maestros de mi vida, porque así lo son», subraya la profesora, «porque me enseñan a diario que no hay límites en la capacidad humana, que se puede pasar del llanto y la preocupación a la risa y alegría en segundos de diferencia, que aunque no entiendas lo que te rodea puedes ser parte de ése escenario, y sobre todo que si uno tiene un sueño, debe luchar», señala.
El sueño de Carolina, el de Hugo, el de Marco y también el de quienes acompañaron desde Granada como Antonio, Jesús, Susana, Alberto, Javier y José Luis, ha sido el de ver a dos niños en un contexto normalizado, como los demás y pese a todos los muros que podamos encontrar en nuestra percepción sobre el autismo haciendo lo que los demás, viviendo una experiencia como los demás.
«¡Y se consiguió! El resultado ha sido que más de doscientos ciclistas han acompañado en alguno de los tramos de Esos noventa y tres kilómetros recorridos entre Jaén y Doña Mencía», rubricaba satisfecha Carolina, todavía con la sensaciones a flor de piel pero con el convencimiento de que cada pedalada, acerca más a la sociedad con las familias que conviven con personas diagnosticadas de autismo. Y esta meta, merece la pena el esfuerzo.
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