«Puse a la atleta china al límite, pero fue imposible evitar su adelantamiento»

«Me avisaban en la última vuelta que si estaba en el grupo de cabeza podía ser bronce y cuando vi a Erika Sena y a Lorena Arenas vi que ahí estaba la lucha por adelantar a la atleta china –Liu Hong– y vi que en esa lucha, en ese esprint, iba a estar la medalla. Le puse cara, no cogí avituallamiento y ella sí, pero al final me adelantó en los últimos metros y, aunque intenté ponerla al límite, fue imposible evitar su adelantamiento», comentaba.

A nivel climático la prueba fue «dura» pero «menos que Doha», aunque matiza: «Creo que hubo 33 grados y 65% de humedad así que fue duro, pero no tanto como en el infierno de Doha y eso se acabó notando tanto en las marcas de hombres como de mujeres». Ahora la actual campeona de Europa está en la Villa Olímpica y relata a este periódico que «andaré por aquí hasta el lunes a las 08:30 hora local». «El balance es positivo, aunque me hubiera gustado vivir unos juegos diferentes, sin pandemia. Estoy contenta porque me gusta este movimiento y poder vivir esta experiencia junto con el grupo de Carrillo y el estar con ellos es mejor que estar sola», desgrana sobre una experiencia de la que se lleva «amigos, un crecimiento personal como deportista y como persona y el agradecimiento de haber convivido con el grupo de José Antonio Carrillo, en el que me han tratado como a una más».

Con el diploma olímpico en la maleta, María Pérez reconoce que ya «hay ganas de ver a la familia y de desconectar para luego conectar de nuevo y reanudar la preparación de lo que se nos viene, que son los Juegos de París 2024». De momento, Pérez piensa en unas vacaciones «cerquita de Granada» con su pareja, su familia y sus amigos.