María Pérez vuelve al ruedo para ir a los Juegos con el relevo mixto

Después de la gloria de Budapest, María Pérez ha penado mucho hasta llegar a esta señalada cita. La marchadora sufrió una fractura por estrés en el hueso sacro que conecta con la pelvis que le tuvo al límite del quirófano a partir de una serie de molestias que ya empezó a acusar durante el esfuerzo de aquel Mundial y desde entonces no se ha puesto un dorsal. Volverá a hacerlo a poco más de tres meses de la los Juegos, donde aspira al oro para revalidar su condición de la mejor marchadora del mundo pese al percance.

La pareja de María Pérez en el relevo mixto de este Mundial será Miguel Ángel López, mientras que el accitano Alberto Amezcua –al que también entrena Jacinto Garzón–, hará dúo con Cristina Montesinos. El campeón del mundo Álvaro Martín competirá junto a Laura García-Caro. Además, la convocatoria incluye a otro pupilo de Jacinto Garzón: el sevillano Daniel Morilla en los 10 kilómetros sub-20.

El relevo mixto consistirá en cubrir entre dos marchadores el recorrido total de una maratón entre un primer tramo de algo más de 11 kilómetros para el atleta masculino de cada pareja, otro posterior de 10 kilómetros exactos para la femenina y una segunda aparición del hombre para otros 10 kilómetros antes de que la mujer concluya con un segmento final próximo a los 11. Todo esto, no obstante, bajo la polémica por el desconocimiento de los metros exactos a recorrer por cada participante en los Juegos de París.

Entre otras particularidades, además, se da la de que los jueces sancionarán sobre los equipos y no sobre los marchadores de forma individual, por lo que todos los atletas deberán exigirse aún más corrección técnica. En este relevo no habrá testigo, como en la velocidad, sino una palmada como contacto físico durante una zona delimitada a 20 metros.

Lo que desde hace unos meses se elucubra entre los responsables de cada selección nacional es que las diferencias entre unos equipos y otras vendrán muy condicionadas por lo que ocurra en los 40-45 minutos de descanso que tengan hombres y mujeres mientras marchan sus parejas. Ahí es donde interviene lo que los técnicos españoles denominan como el 'protocolo': una serie de pautas muy calculadas y bajo extrema confidencialidad concernientes al descanso, la hidratación, la suplementación y la activación previa a la reanudación competitiva a partir de los ensayos a los que ya se sometieron a los atletas protagonistas.

Tanto María Pérez como Alberto Amezcua se encuentran muy motivados. «Estoy intentando ponerme fuerte y terminé contenta los ensayos. Todavía no tengo mucha sensibilidad en el lado izquierdo, y me está costando, pero estoy bien aunque soy consciente de que no estoy al nivel de mis compañeras porque la recuperación va para largo. El objetivo fundamental son los Juegos, pero este ayuda. Me apetece comprobar cómo reacciona mi cuerpo a algo nuevo. Me da respeto ponerme de nuevo en la línea de salida, pero tengo ganas y el mismo objetivo de siempre aunque sea una prueba diferente: ganar», expresa la bicampeona del mundo a IDEAL.

Amezcua admitió haber agradecido «una mejora sustancial en un montón de parámetros» durante los últimos test. A él, en concreto, este relevo mixto le abre una posibilidad más que interesante para cumplir su sueño aún pendiente de ser olímpico al jugarse la plaza individual con Diego García en el Europeo de Roma. Le encantaría, por supuesto, formar pareja con María Pérez: «Todos sabemos la calidad que tiene; sería muy bonito».