«Estoy deseando que mi bisabuela se cuelgue esta medalla»
Mundial de atletismo ·
La marchadora recuerda que estuvo «a punto de dejar la marcha en diciembre» por la decepción de sus descalificaciones tanto en el Mundial como en el Europeo de 2022«Al pasar la meta pensé en lo duro que fue este año y en todo lo que tuve que trabajar», reconoció María Pérez, emocionada, ... en declaraciones a la retransmisión en directo de Teledeporte tras proclamarse campeona del mundo de 20 kilómetros marcha en Budapest. «Poder disfrutarlo con mi entrenador (Jacinto Garzón) es único. La medalla es lo de menos, tengo que agradecer que el trabajo ha dado sus frutos. Debemos mucho a la marcha en España y nos merecíamos alegrías», expuso la granadina, agradecida a dos míticos de la disciplina en España como Josep Marín y Beatriz Pascual por ayudarla con la técnica.
Aunque tuvo «la mente fría» para afrontar la carrera, María Pérez admitió que le costó dormir la noche anterior. «A las doce tuvieron que venir los médicos a darme algo», contó. «Tenía una espina clavada y quería quitármela. Sabía que podía estar entre los mejores», apuntó. Mantenía muy presente, no obstante, de dónde venía: «No marché hasta diciembre porque la marcha me lo dio todo pero también me la quitó. Estuve a punto de dejarla entonces, pero el que la sigue, la consigue, y no hay otra forma mejor de callar bocas que seguir trabajando para demostrarlo».
Ya en plena competición, María Pérez tiró de «paciencia». «A veces me podían las ganas, pero quise mostrarme dos veces para decirle a Kimberly (García León, su rival peruana, campeona del mundo en 20 y 35 kilómetros en Eugene) que ahí estaba yo. Seguí los consejos de que fuese humilde y me recompensarían que me dio José Antonio Carrillo», esbozó. Ella tenía claro que su momento llegaría al paso por el 15: «Sabía que tenía que cambiar porque mis rivales también eran rápidas, pero que si me ponía por debajo de un ritmo de 4:10 al kilómetro, con 4:05 y 4:06, estaría ahí».
Con todo, hasta le dio un tirón en el último kilómetro que le hizo terminar con un vendaje compresor en todo el muslo de la pierna izquierda. Ese dolor no la disuade de persistir en su reto personal de doblar en 35 kilómetros el próximo jueves: «Estaré en la salida, aunque quedo en las manos de los médicos».
Como si aún no terminara de creérselo, María Pérez se lo repetía: era campeona del mundo. «Estoy orgullosa. La disciplina de 20 kilómetros era mi sueño y me voy a París, que era lo más importante. El objetivo es París», recalcó. Antes de despedirse, se acordó de su bisabuela viéndola competir en los pasados Juegos de Tokio, en los que se quedó con la miel en los labios, cuarta a solo ocho segundos del bronce: «Me quedé con las ganas de darle una medalla olímpica y estoy deseando que se cuelgue esta».
«¡No cojo en mí!», añadiría luego en declaraciones a la Federación española. «Me siento muy feliz. Creo que no había manera de demostrar las cosas que intentándolo. Hay un refrán muy bueno en España que dice que 'lo que no te mata, te hace más fuerte'. Es verdad que yo soy muy impulsiva y tuve que esperar mi momento en la carrera, que fue lo que más se me resistió, pero supe controlarlo todo y tenerlo todo en mente y disfrutar del último kilómetro, que lo agradezco», admitió.
«Vengo de un año en el que las amonestaciones fueron un golpe muy fuerte para mí y terminar limpia, aunque me mostraron algunas, no tiene precio. Entrar primera a la Plaza de los Héroes, que es un lugar mágico, fue un sueño», se congratuló María Pérez.
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