El granadino Ignacio Fontes: «Ya he sido campeón de Europa; ahora quiero ir a por más»
Se proclamó hace una semana como el mejor atleta sub-23 del continente en los 1.500 metros, pero sólo piensa en seguir entrenando
Hace falta un 'coco' privilegiado para no perder el juicio cuando a falta de cuatrocientos metros para la meta de una final continental se marcha ... séptimo. Ignacio Fontes (Granada, 22/06/1998) es un excelente atleta y un magnífico estudiante de Medicina. Desde el pasado sábado, además, es campeón de Europa sub-23 en los 1.500 metros, una hazaña que pocos españoles han conseguido hasta la fecha. Se cuentan con los dedos de una mano. Fontes, discípulo de Jesús Montiel junto a Laura Bueno, ya es uno de ellos. En una carrera táctica, con decisiones bajo riesgo de infarto, Fontes fue el mejor, el más listo. El que más confió en sí mismo.
–Son las seis de la tarde del sábado en Gavle (Suecia) y está a diez minutos de participar en la final europea de los 1.500 metros...
–Estoy en la cámara de llamada con el resto de atletas y con las piernas hechas un flan. 'Madre mía', pienso. No tengo fuerzas para correr, estoy más nervioso que nunca. Noto las piernas flojas y aun así tengo ganas de salir a la pista, necesito verme ahí ya, hacer un sprint y ver que responden.
–Arranca y responden. De hecho se pone en cabeza y, durante gran parte de la carrera, segundo.
–Al ritmo al que vamos me gusta correr adelante y controlar desde ahí si cambian, para no dejarles pasar. Consigo hacer eso durante 900 metros...
–Sin embargo, todo empieza a torcerse. De repente está atrapado.
–Sí, creo que llego a ponerme séptimo. Empiezan a correr más todos porque se ponen 'nerviosos', pero yo me digo «calma». No sé por qué, porque otras veces sí me he puesto nervioso, pero entre gente tan alta veo que no paso y que tengo que permanecer tranquilo. Me digo que a falta de 400 metros intente abrirme y pasarlos. Es un ritmo lento y me veo con fuerzas, una carrera parecida a la final del Campeonato de España, donde no llegué a ganar. Me dio ese aprendizaje y ya lo apliqué en la semifinal de Gavle. Sé que si llego con fuerzas a los últimos cien metros podré atacar. Me abro hasta casi que la calle 3, pero se abre todo el mundo y no paso; veo espacio en la calle 1 y me meto. Mi compañero Enrique Herreros tira hacia adelante y me abre hueco, me voy con él y los voy cogiendo a todos. Me veo ahí.
–Siga con esa última recta.
–Veo otro hueco en diagonal y me lanzo a muerte. Jesús me había dicho que tenía que pelear por el oro y mi novia Rita me insistió en que fuera hasta el final –dice que no sé correr y que ataco cuando no debo–, y como ellos confían en mí, por qué no voy a hacerlo yo. Y se hace la magia. Veo que me voy, miro a los lados. Estoy solo.
–Ignacio Fontes, campeón de Europa sub-23.
–Creo que disfruté mucho la victoria en los últimos metros. Abrí los brazos. Primero me abracé con Enrique, porque dormimos juntos durante el campeonato y estuvimos muy a gusto. Luego me giré y busqué a mi familia, por si seguían en el mismo sitio de la semifinal. Nos abrazamos y lloramos todos, primero con mi madre, y me tiraron la bandera. Fui a dar la vuelta de honor y en busca de unos amigos en la última recta. Me emocioné mucho con Pablo Valladares, porque hace dos años se cayó y yo me lesioné en el sub-20. Él lloraba hasta más que yo. Fue muy bonito.
–Ya ha dicho que se acordó de mucha gente en esos momentos de celebración. ¿De quiénes y por qué?
–De mi familia porque me apoyan siempre y hasta siguen mi propia dieta, todos se adaptan a mí. Han sido muchos viajes y estuvieron ahí apoyándome. De Jesús, porque son ya diez años de momentos duros y momentos buenos, de mucho trabajo. De mi pareja Rita, que me ha acompañado en muchos entrenamientos cuando estoy de bajón y me voy a Portugal a entrenar al Algarve, por Albufeira, un lugar que me encanta. De mi grupo de entrenamiento, que está siempre ahí haciéndome mejor cada día porque se alegran de mis éxitos y son los primeros que me apoyan cuando no va tan bien, diciéndome que confíe en mí. De mi nutricionista, que me abrió las puertas de su casa, de mi fisioterapia... y me dejo gente.
–Los atletas cultivan una relación muy especial con sus entrenadores, y esa intensidad con Jesús Montiel casi que es doble.
–Son diez años de vernos casi todos los días, muchos viajes, muchas alegrías y mucha confianza del uno en el otro. Él me conoce y me lo ve en la cara cuando no estoy bien. Además de un atleta soy un amigo para él, un compañero, y él para mí un segundo padre. Ha moldeado mucho quien soy hoy en día. A Jesús le estoy muy agradecido por todas las horas que echa con nosotros. A la vista está que cuando toca correr, corremos, que sabe lo que hace y sobre todo que nos quiere.
–A esa gran carrera que ha reconstruido la precedieron unos meses no tan buenos, porque no tuvo la temporada de invierno que esperaba.
–No fue todo lo buena que me habría gustado. Me clasifiqué para el Campeonato de Europa de campo a través pero tuve una carrera mala, en pista cubierta salvé un poco los muebles pero tampoco corrí ni mis marcas personales, sólo lo que sé que puedo correr con un poco de entrenamiento.
–Se implicó mucho en sus estudios de Medicina y se planteó ceder un poco en el segundo cuatrimestre.
–Cogí muchas asignaturas, lo que me agotó psicológicamente, y ya en el segundo cuatrimestre hice sólo dos. La universidad te consume, habrá gente que pueda pero yo no, no me dan las horas porque me implico mucho y quiero estudiar bien todo el temario. Llego cansado a los entrenamientos y no puedo. Ahora estoy encontrando el equilibrio. Tengo que plantearme apostar más por el atletismo el año que viene porque Juegos Olímpicos hay pocos.
–Decidió subir a Sierra Nevada para su preparación, algo que no había hecho nunca antes o al menos tanto tiempo.
–El coger sólo dos asignaturas me permitió subir un mes, entrenando y durmiendo, y ya durante los exámenes dedicando la mañana a estudiar y la tarde a descansar y entrenar tranquilo antes de volver para cenar y acostarme. A la vista está el salto, con marcas personales en 1.500 y 800 y campeón de Europa. Eso me ha abierto los ojos para ver que si apuesto por esto no sé hasta dónde puedo llegar. Fue un mes de mucho trabajo y dedicación, ya se lo dije a Jesús al terminar la pista cubierta. Necesitaba ese plus. Lo pedí a la Federación y me lo concedieron. Jorge González, el responsable de mediofondo, me apoyó. Creo que es el único que lo ha hecho desde la Federación. Estuve con atletas como Kevin López, Solange Pereira o Esther Guerrero y además de haber un gran ambiente pude entrenar muy bien. Desde entonces he tenido muy buenas sensaciones. Quizás me ayudase a conocerme mejor durante los entrenamientos. Volveré.
–Tuvo un chute de adrenalina con la mínima europea y personal, 3:39.11, en el Meeting Paco Sánchez Vargas. Con toda su gente, con la ayuda de Kevin López.
–Esa carrera tuvo mucho que ver en esta victoria en Suecia, me dio una confianza increíble. Fue un chute, sí, me hizo ver que era capaz de pelear por una medalla. Fue un día increíble. Estoy muy agradecido a Kevin, que vino a ayudarnos y sé que se alegró muchísimo por mí. Es un pedazo de atleta y de persona también. Fue mágico hacerlo en Granada, en mi pista, con mi gente. Ojalá pueda repetirlo con otra personal y que el Meeting siga creciendo, algo muy positivo para todos.
–¿Pensó que iba a ser campeón de Europa después de aquello?
–Creo que sí, ahí me dije que podía. Con esa marca me puse segundo en el ránking europeo y pensé que debía ir a por medallas y a ganar. Desde entonces fui entrenando creciéndome, repitiéndome 'medalla en el Campeonato de Europa, medalla en el Campeonato de Europa'. Eso me fue llevando hacia mejores entrenamientos cada vez.
–Jesús Montiel aseguraba que esa última semana estaba hablando con un campeón de Europa.
–Cada vez que me decía yo le contestaba que estaba tranquilo, que me encontraba bien, con buenas sensaciones. Nunca nos metimos la presión de la medalla aunque lo pensáramos los dos, habría sido una mochila innecesaria. Los dos teníamos esa ilusión. Quería ganar pero tampoco se acababa el mundo si no lo hacía. Estaba tranquilo. Fui a correr bien, sabía que dominaba los ritmos que habría. Me sabía capaz.
–¿Se lo cree ya?
–Han sido días movidos, no he parado. De Suecia me fui a Barcelona a competir y llegué el jueves a Granada. La noche de la carrera la pasé hasta las dos y pico de la mañana respondiendo WhatsApps, al día siguiente en Instagram... me alegra que tanta gente esté contenta por mí. Sin embargo, no quiero ser campeón de Europa todo el tiempo; ya está, ya lo he sido. No quiero vivir de eso. Me apetece seguir trabajando, contento por una medalla que seguramente enmarcaré en mi cuarto y que es un empujón para seguir trabajando. ¿Qué puertas se me abren? Hay un Campeonato del Mundo, un Campeonato de Europa, los Juegos Olímpicos... esta medalla de oro es el primer paso hacia los grandes campeonatos absolutos. Quiero que esta medalla sea mi motivación, que me sirva para ir a por más. Me tengo que exigir más porque creo que puedo.
–Ha sido campeón de Europa sub-23 sin ayudas federativas.
–Llevo dos años sin ayudas de la Federación Española. Cuando era juvenil, con 16 años, me daban algo más de cuatrocientos euros al año, un premio para algún capricho. Ahora entreno el doble, soy bastante mejor atleta y estoy apostando más por esto, pero me han quitado las ayudas. Tengo la suerte de que gracias a mi familia no me falta de nada, pero en estas edades hay que apoyar al deportista porque estamos estudiando y no podemos condicionar nuestra vida por esto. Estoy descontento con la Federación. Hace unos años esto me habría supuesto unos ingresos bastante grandes y ahora creo que no me da nada. Tendré que pelearlo, pero es un poco triste. Espero que eso cambie, porque yo me parto los cuernos todas las tardes yendo a entrenar. Necesito algo más que una foto en redes sociales, porque esto también es un trabajo. No estoy enfadado con nadie porque la vida no se me va en el atletismo, me gusta desconectar. El dinero no lo es todo pero sí es necesario para impulsar que los deportistas sigan desarrollándose.
–Le recibieron con honores en el Ayuntamiento. ¿Está cambiando la concepción del atletismo en Granada? ¿Qué queda por hacerse?
–Creo que este año el atletismo en general está ganando protagonismo entre la gente, también porque estamos haciendo las cosas bien. Han arreglado la pista del Zaidín, porque la de la Juventud se queda pequeña, también la de Maracena. Yo, encantado de la vida. Cuantos más sitios tengamos para entrenar, mejor. Agradezco el recibimiento, porque cuando no se hace nos quejamos, es una forma de reconocer el trabajo. Queda mucho por hacer pero creo que se está en el camino. Los entrenadores y los atletas estamos trabajando bien y cada vez se nos conoce más en la ciudad.
–¿Dónde está el techo de Fontes? Viene un periodo apasionante.
–Ahora mismo tengo una confianza en mí que me hace verme capaz de cualquier cosa. El otro día en Barcelona no iba con la ambición de una buena marca, cansado por el viaje y perdida la maleta, con la ropa de otro y en un día feo, pero salí a correr y conseguí mejorar mi personal por un segundo. Y estoy seguro de que puedo mejorarla todavía más. Veo que me están saliendo las cosas. En el atletismo muchas veces tienes que tratar de montarte en esa montaña rusa. Ahora todo me sale bien, tengo que aprovecharlo y mirar alto, hacia el Mundial, hacia los Juegos Olímpicos. Y seguir entrenando.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión