Joveneros con un futuro por escribir

Paola Almazán, Alejandro Rodríguez, Jorge Arroyo, José Luis Jiménez, Laura Aybar y Federico Mercedes disfrutarán esta temporada de una oportunidad privilegiada, al alcance de muy pocos en su deporte, que también supone una responsabilidad añadida. Son los seis elegidos para la beca que la Fundación Caja Rural accedió a prestar al club Granada Joven para el progreso de sus deportistas más meritorios, extensible no obstante al resto de integrantes del club. Recibirán la ayuda de profesionales de la nutrición, la fisioterapia, la podología o la psicología deportiva entre otras áreas con el fin de que aprendan a compaginar la doble vida del estudiante y el deportista. «Los becados no van a estar en un centro de alto rendimiento, sino en un club de atletismo pero con todos los gastos cubiertos, como en la universidad. Saben desde el principio lo que implica este deporte pero también que su futuro estará mucho más ligado a los estudios», apunta el director técnico y entrenador David Zurita, orgulloso por la consecución de un respaldo poco habitual para deportistas de base.

Ellos sonríen, aunque saben que tendrán que esforzarse más todavía de lo que siempre lo han hecho. «Es una gran oportunidad», comparten. «Es muy especial recibir esta beca por algo a lo que dedicas tanto tiempo diaria, semanal y mensualmente. Se agradece; nos servirá para madurar», refleja el velocista José Luis Jiménez, que aspira a rebajar sus marcas «más que a resultados» tanto en los 60 metros lisos como en el 100 o el 200. «Esta es una posibilidad que poca gente tiene. Es algo muy grande que especialistas se fijen en ti y te ayuden a mejorar tu rendimiento», subraya la también velocista Paola Almazán, que acudió el pasado mes de febrero, todavía con 16 años, al Campeonato de España absoluto de Antequera. A su lado, Alejandro Rodríguez subraya la variedad de los servicios de los que se beneficiarán. Tanto él como Federico Mercedes, especialista en obstáculos, y todos con ellos, atienden a esta novedad «como un nuevo incentivo para empezar con más energía si cabe». La más pequeña, con tan solo trece años, es Laura Aybar, una combinera que lo tiene claro, clarísimo: «Voy a intentar aprovechar esta ayuda al 100%». El más atrevido, el mediofondista Jorge Arroyo, se atreve a lanzar la pregunta: «Si ha habido tanta gente que ha llegado lejos sin ayudas, ¿por qué no vamos a ser capaces nosotros?».

Todos llevan adelante sus estudios y, curiosamente, aunque la mayoría parecen inclinados hacia las Ciencias poseen en común la inquietud por seguir dedicándose al deporte de una forma o de otra. Alguno, incluso, como entrenador. El día que fueron oficialmente premiados recibieron los consejos de atletas internacionales como Arián Téllez o Carlos Bailón, criados en el club, y de hecho hijo del presidente Juan Carlos el segundo. «Ver que dos atletas tan importantes estuvieron donde estamos ahora nosotros es una gran motivación», remarca Alejandro Rodríguez. Valoran los aprendizajes que pueden adquirir con la compañía de nutricionistas, «un papel muy importante del que muchas veces no nos damos cuenta», o psicólogos deportivos «a la hora de afrontar una carrera con la mente».

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David Zurita y Salva Sánchez, uno de los miembros del cuerpo técnico del Granada Joven, explican cómo seleccionaron a los seis atletas de entre todos los que componen sus grupos tras un proceso de evaluación a partir de doce aspectos, «el jovenerismo como filosofía de compañerismo y compromiso como el más importante». «Tuvimos en cuenta la proyección, el rendimiento en la competición, los estudios o el aprovechamiento de la beca. Cuando tuvimos doce finalistas, hicimos entrevistas individualizadas y con preguntas 'trampa'», reconoce. «Nosotros lo que buscamos es una educación integral de los niños desde el principio», reivindica Zurita. «Los resultados, si vienen, serán consecuencia del esfuerzo y las ganas. Y si no llegan, no llegan», descarga de presión el director técnico del Granada Joven. Una de sus atletas más prometedoras, María Antequera, estudiante de Bioquímica, llegó a rechazar la beca por pura honestidad con ella misma y con los demás para que pudiera beneficiarse otro compañero. Y eso, en esencia, también es jovenerismo.