Una mala salida condena a Dani Rodríguez en Estambul

Dani Rodríguez no fue capaz de superar más que a un rival, el maltés Beppe Grillo, que acabó en la última posición con 6.95. Además de Volko, consiguieron pasar de ronda de manera directa el polaco Dominik Kopec, con 6.64; el austriaco Markus Fuchs, con 6.66; y el irlandés Israel Olatunde, con 6.68. Registros que el granadino, pupilo de Manolo Jiménez, pudo haber rondado perfectamente en un buen día. No en vano, su aspiración en Estambul era bajar de los 6.60, algo para lo que se sentía capacitado tras haberlo conseguido en entrenamientos previos en España. También se le colaron por delante el danés Simon Hansen, con 6.69, y el griego Ioannis Nyfantopoulos, con 6.72. El madrugón al competir a las nueve de la mañana en Turquía, dos horas menos en España, tampoco pareció una excusa.

«No le encuentro ninguna explicación», lamentó con amargura Dani Rodríguez a la retransmisión en directo de Teledeporte. «Me encontré muy bien en las salidas que hice durante el calentamiento y estas semanas también, pero me quedé atrás y fue un factor muy importante porque ya no encadené bien la carrera con el lanzado», explicó. «Me siento por los suelos pero es lo que hay. Lo intenté y di todo lo que tenía dentro, que es lo importante. Ahora a descansar y a resetear para pensar en el verano, que es el objetivo de verdad al aire libre», esgrimió el velocista.

«Ni él ni yo sabemos qué le pudo pasar, porque tres minutos antes se sentía muy bien en la zona de calentamiento tras las salidas que hizo», comparte su entrenador, Manolo Jiménez. «Lo único que le achaco es que la reacción lenta en la salida, de ciento ochenta y poco milésimas, le descolocó de la carrera y al intentar coger el lanzado bien se salió de su técnica efectiva... y era la única aspiración», desgrana. «Estar allí ya era un triunfo, y más en una prueba que no es la suya, porque no es atleta de 60 sino de 200, pero mira hasta donde llegó. Así es el 60, efímero como el que más», suspira el preparador.