La alcaldesa de Motril impide disputar la pachanga de Rubiales en el estadio
García Chamorro anuncia que no cede las instalaciones para el partidillo de Rubiales para evitar «posibles altercados»
Ni a puertas cerradas, ni a puertas abiertas. El Ayuntamiento de Motril no ha permitido, por motivos de seguridad, que la tradicional pachanga de exjugadores ... del Motril en la que iba a participar Luis Rubiales se dispute en el estadio municipal Escribano Castilla.
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En su discurso en la asamblea extraordinaria de la Federación de Fútbol el propio Rubiales anunció que este sábado estaría en Motril y no ahorró detalles sobre la ubicación y la hora de la pachanga, lo que trasladó el foco, no solo mediático, sino de las protestas a la localidad costera. Allí le iban a estar esperando colectivos feministas, que habían convocado una pitada para recibir a Rubiales.
Por motivos de seguridad, la alcaldesa de Motril, la popular Luisa García Chamorro, decidió que el partido se disputara en el Escribano Castilla a puerta cerrada, tan solo con las familias y el entorno íntimo de los jugadores en las gradas. Asimismo movilizó a la Policía Local y advirtió a la Policía Nacional de la necesidad de preveer un dispositivo de seguridad, ya que no se sabe qué dimensiones podrá tomar la protesta.
Sin embargo, el propio Rubiales se ha comunicado con la alcaldesa de Motril para pedirle que les deje jugar a puertas abiertas como estaba previsto, enarbolando «la defensa de la libertad en todos los ámbitos. «Estoy en una situación compleja en la que defiendo la verdad y la libertad, no puedo dejar de hacerlo cuando pienso que me puede perjudicar: si alguien quiere pitarme o abuchearme, que pueda hacerlo libremente, a vosotros no os va a afectar directamente. Otros habrá que aplaudan porque piensen que lo que me hacen es una cacería», ha dicho Rubiales en el mensaje trasladado a los colegas con los que quería jugar el partido y a la propia alcaldesa.
Sin embargo, el pulso de Rubiales para jugar a puertas abiertas no le ha sentado bien a García Chamorro que ha cortado por lo sano. La regidora no está dispuesta a arriesgarse y a propiciar una situación en la que puedan darse problemas de seguridad o salga mal parada la imagen de la ciudad a nivel nacional, por lo que tras valorar la situación con la Policía Local y el concejal de Deportes ha decidido no permitir el uso de las instalaciones municipales. El órdago obliga a suspender el partido o trasladarlo a unas instalaciones privadas.
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