El escalador invidente Javi Aguilar se sube al cajón en Innsbruck

Pero Austria, de gran tradición futbolera, es el escenario histórico del montañismo y por supuesto de la escalada. Por el recién inaugurado Kletterzentrum Innsbruck, el rocódromo más grande de Europa, han pasado durante estos días 750 atletas de setenta países, entre ellos España. El Campeonato del Mundo ha reunido a más de 40.000 espectadores para descubrir la categoría de combinadas, que será olímpica, también las de bloque y velocidad y por supuesto la paraescalada, disciplina casi olvidada por las federaciones, que poco o ningún impulso le están ofreciendo para que llegue a ser paralímpica en Tokio.

Sea como fuere e incluso con más esfuerzo si cabe, los paraescaladores prepararon esta competición con toda la profesionalidad posible para demostrar lo que esta disciplina puede ofrecer a la gran cita del 2020. El equipo nacional de paraescalada estuvo compuesto por Urko Carmona, Albert Ferrer e Iván Germán en la clase AL2, donde compiten escaladores con una pierna amputada. El granadino Javi Aguilar lo hizo en la clase B1, para invidentes totales, partiendo como uno de los grandes favoritos para la medalla de oro.

Y lo era porque venía de ser el campeón del Máster de Austria y bronce Francia, en la Copa del Mundo celebrada en Briançon. Durante el verano se concentró en Innsbruck, igual que los atletas profesionales, pero con los recursos que le ofrece su sueldo como fisioterapeuta. «Ha sido muy duro», reconoce. «Las sensaciones eran buenas por todo el entrenamiento específico que realicé en el mejor rocódromo del mundo. Que en España tengamos algún día algo así es impensable. Y por eso esperaba llegar algo más lejos, pero cometí un fallo técnico y ese es el problema, si me hubiera caído más arriba y hubiera ganado el bronce, quizá estaría más contento», asume.

Pero Javi Aguilar cometió un error en la posición muy poco frecuente en él, en un escalador de su veteranía y saber estar en la pared. Un despiste con un desplome de 54 grados que le impidió meter bien la cadera y que evitó una mejor colocación del pie. Cuando quiso sacar la mano, vio cómo las opciones del oro se apagaban.

En la competición, se proclamó nuevo campeón del mundo el japonés Koichiro Kobayashi, que en la clasificación 1 fue primero y en la Q2, tercero. La plata se la ganó el italiano Matteo Stefani, tercero en la Q1, mientras que, al igual que Aguilar, fue primero en la Q2, tras conseguir ambos top en la clasificatoria.

Ahora se encuentra preparando la Copa de Andalucía de escalada, que se va a celebrar el próximo seis de octubre en Granada. Aquí competirá, siendo invidente total, contra escaladores de la categoría general. El 14, partirá rumbo a Navarra para la Copa de España.

Y a partir de ahí, más metas. «El año que viene quiero estar en Tokio, en el Campeonato del Mundo que se vuelve a celebrar para no coincidir con las olimpiadas». Allí, en 2020, «la gente va a descubrir que este deporte es un espectáculo. En Austria lo fue, con 40.000 personas animando, gritando... fue espectacular», dice, con la voz todavía embargada, las esperanzas en Japón y la cabeza en una pared de Granada.