Pecco Bagnaia, el nuevo capo de MotoGP

Ese 'Pecco' al que todos hacen ahora alusión fue un regalo de su hermana mayor, Carola, incapaz de pronunciar su nombre correctamente cuando era una niña. Y es Pecco se ha quedado para siempre en el campeonato, lo mismo que su hermana, con la que viaja por el mundo en cada gran premio, ya que es su asistente personal. Y en los últimos tiempos, inseparable junto a Carola en su box, su novia Domizia, la mujer que le hará pasar por el altar en una boda de la que ya se acordaba antes de la carrera de Valencia: «Si gano el título, podré preparar una boda de postín el próximo mes de julio». Y es que Pecco Bagnaia es sobre todo un tipo muy familiar, que siempre que puede se escapa a Chivasso, una pequeña población a 20 kilómetros al noreste de Turín, donde viven sus padres y están todos sus amigos.

Por méritos propios, Bagnaia no para de romper barreras de otra época. Cuando el año pasado se proclamó campeón con la Ducati, hacía exactamente 50 años desde un piloto italiano no conquistaba la categoría reina con una moto italiana. El último había sido el legendario Giacomo Agostini con MV Agusta en 1972. Y de paso, era el responsable de reverdecer los éxitos del motociclismo trasalpino, necesitado de tras el adiós de Valentino Rossi, y de devolver a Ducati a lo más alto, algo que solo había conseguido en su día Casey Stoner.

Con el título de 2023, Bagnaia ya es el primer bicampeón de la marca y ha conseguido defender el título de la clase reina, que en las últimas dos décadas y desde que la clase reina es MotoGP, solo habían conseguido Valentino Rossi y Marc Márquez. De nuevo codeándose con las mayores leyendas de este deporte. La diferencia es que estos dos nunca lo hicieron llevando el icónico dorsal número 1 en sus motos, algo que no se veía desde los tiempos de Mick Doohan en 1998. «Si llevas este dorsal tienes que demostrar que eres el número 1 y creo que este año lo hemos hecho, incluso cuando no éramos tan competitivos, porque en las carreras de los domingos, que es la principal, hemos dominado. Así que puedo sentirme orgulloso».

El único piloto de la actual parrilla que sabe lo que es revalidar un título, Marc Márquez, ponía en valor lo que significa este reto: «Es de las cosas más difíciles, porque tienes que aguantar mucha más presión, ya que estás obligado a ganar. Aguantar esa presión en la que tienes más que perder que ganar tiene mucho mérito, así que solo puedo decir 'olé' por Pecco».

Una defensa del título conquistado gracias a su superioridad en las carreras de los domingos, con siete victorias, a las que se sumar otros cuatro sprint y siete poles los sábados. Aunque sobre todo, tiene más valor porque su rival, Jorge Martín, le llevó hasta el límite y porque tuvo que levantarse tras uno de los accidentes más terroríficos de los últimos años.

Antes de la carrera de Cataluña, Bagnaia contaba con 66 puntos de ventaja y tenía el título en el bolsillo, pero en la primera vuelta y cuando lideraba la carrera, sufrió una brutal embestida de su Ducati que le hizo volar y por detrás Brad Binder no podía evitar pasar por encima de sus piernas. En ese momento, el campeonato cambió. «Aquella caída supuso un frenazo en mi temporada y después tuve muchos problemas para recuperar mi velocidad». Coincidió esa caída con la explosión de Jorge Martín, que le fue recortando puntos de manera acelerada hasta llegar a adelantarle en la clasificación tras el sprint de Indonesia.

De nuevo los domingos salieron al rescate de Pecco Bagnaia y con siete podios consecutivos en las últimas siete carreras secó la rebelión de 'Martinator' y celebró en Valencia, y desde lo más alto del podio, un nuevo título para su palmarés. El segundo de MotoGP y el tercero en el Mundial tras el de 2018 en Moto2. Pecco Bagnaia es el nuevo capo del motociclismo y el piloto al que a partir de ahora todos querrán batir… incluido Marc Márquez, que el próximo año llevará una Ducati como él.