Verstappen, Alonso y Bottas, retratados cada uno a su modo

Aunque la Fórmula 1 moderna tiene poco o nada que ver con la del añorado Niki Lauda, que en este trazado en su país siempre destacó, aún se permite ver quién tiene manos y quién tiene manazas. Los libres de este viernes dejaron entrever que algunos de los que ya venían en línea ascendente aún mantienen esa tónica y otros no. Max Verstappen es de los primeros, sin duda. Mejor crono destacado en las dos sesiones, en la vespertina le endosó más de tres décimas al segundo clasificado, un inesperadísimo Daniel Ricciardo que por milésimas se colocó delante de Esteban Ocon.

Y es que los fallos aquí se pagan. No es casual que tras un Red Bull hubiera un McLaren y un Alpine, pero no un Mercedes. Lewis Hamilton y Valtteri Bottas se conformaron con la cuarta y la duodécima posición. No es una errata: decimosegunda plaza para un piloto con un coche que aspira a ganar. Podría entenderse como una estrategia, o un simple fallo en la búsqueda de una vuelta rápida, pero la situación del finlandés empieza a ser causa de preocupación seria en el seno del equipo.

Bottas no está. Lleva ya unos cuantos grandes premios en los que no da la talla, en un momento en el que es más necesario que nunca. Con un Verstappen encendido y en plenitud y un Sergio Pérez que está sintiéndose cada vez más cómodo en Red Bull, a él le está costando un mundo mantener la concentración. En Paul Ricard ni siquiera presentó batalla para defender la posición frente a 'Mad Max' y mucho tendrá que cambiar la cosa para ser aspirante a algo este domingo en la carrera de Estiria. Un absurdo error le ha costado una sanción de tres posiciones (que se puede debatir hasta qué punto es consistente con la normativa), tras protagonizar una de las imágenes más insólitas que se recuerdan en la Fórmula 1: hizo un trompo en la calle de boxes.

Bottas salió con demasiada prisa de su garaje, patinó y se quedó cruzado en medio de los garajes. Los mecánicos de McLaren, a los que podría haber atropellado como se quejó su director deportivo, le ayudaron a componer de nuevo el coche en su dirección para que pudiera salir. Los comisarios no tuvieron piedad de él y le castigaron con esos tres puestos en la parrilla, que suponen una bendición para sus rivales y una pesadilla estratégica para su equipo. Las explicaciones que dieron Bottas y los responsables de Mercedes son aún peores: como están teniendo problemas en las paradas en boxes (eso explica que hayan pedido a la FIA que limite por normativa la velocidad de los cambios de rueda), salió en segunda marcha y el coche le patinó. Algo que, por otro lado, es común verlo en los semáforos de cualquier ciudad cuando algún conductor se gana el apodo despectivo de Fittipaldi.

Alpine volvió a tener un esperanzador viernes. Aunque este sábado previsiblemente caerán a posiciones más cercanas al décimo que al podio, lo cierto es que el tercer puesto de Ocon y el quinto de Alonso invitan a la esperanza a sus fans. Hubo un tiempo en el que ver al asturiano en este puesto era tan común que se empezó a bromear en las redes con que era casi una cuestión de ley, un quinto constitucional. Y así ha vuelto a ser, pese a que el día empezó con dos vueltas que le eliminaron por pasarse de los límites de pista, una constante para todos los pilotos.

Peor le fue a Carlos Sainz. Aunque las sensaciones de Ferrari son ligeramente mejores, el madrileño tuvo dos trompos bastante feos, aunque sin mayores consecuencias, que le privaron de pelear por puestos más altos. Aunque este viernes lo dedicaron a hacer pruebas con los neumáticos (la degradación se ha convertido en un asunto prioritario), Sainz necesita más tranquilidad en lo que resta de fin de semana o empezará el runrún en la Scuderia. Tampoco Charles Leclerc está mucho más cómodo, algo que no es ni mucho menos un consuelo para el español.