Sábado soñado para Norris, con victoria en el sprint, pole y pifias de sus rivales

No fue un mal sábado para los españoles. Fernando Alonso firmó un buen sexto en la carrera corta para después volver a posiciones más previsibles con el undécimo tiempo en la clasificación. Carlos Sainz, por contra, no tuvo lustre en ninguna de las dos actuaciones del día: en el sprint finalizó decimocuarto y en la clasificación firmó un mejorable decimoquinto tiempo.

La carrera corta empezó con la pista mojada, pero no con lluvia. Con una inesperadamente rápida salida en la que el semáforo apenas se vio, el que mejor salió fue Max Verstappen, que sin llegar a completar las 's' de Senna ya había ganado una posición. El tetracampeón del mundo arriesgó para intentar rascar puntos desde el inicio, consciente de lo que se juega de aquí a final de temporada y lo difícil que lo van a poner Norris y, en bastante menor medida, Piastri.

Y es que en la vuelta 7, en la tercera curva del trazado, se desató el caos. El agua acumulada en el pico interior de la misma se convirtió en un arma letal contra tres pilotos, que de golpe vieron cómo daban con sus huesos contra el muro. El primero fue el propio Piastri, que nada más pisar la zona mojada salió escupido de la pista, destrozando su coche. Justo detrás fueron el recién renovado Franco Colapinto, que impactó con violencia, y Nico Hulkenberg, que aunque rompió el morro, pudo llegar a boxes. Después de unos instantes tras el coche de seguridad, se desplegó la bandera roja para reparar las protecciones. El clamoroso error de Piastri le puede costar muy caro, ya que cedió otros ocho puntos con Norris que, en la reanudación, dejó claro que no iba a desaprovechar el nuevo regalo del que debería haber sido su rival directo este fin de semana.

La reanudación no restó emoción. Norris sujetó bien el liderato pese al inesperado empuje de Russell, que puso en debate el segundo puesto de su compañero Antonelli. El joven, que aguantó el empuje de su jefe de filas, se vio con fuerzas incluso para atacar a Norris, que sabía de la relevancia de este resultado. Pese a que le acosó hasta los metros finales de la última vuelta, el italiano se conformó con un buen segundo puesto de una carrera que acabó con serio susto. Y es que Bortoleto, el ídolo local, se equivocó clamorosamente en la última vuelta al intentar adelantar a un rival y se estrelló contra el muro interior de la curva dos. El golpe fue tal que el Sauber, totalmente desmadejado y con la columna de dirección partida, incluso llegó a despegar del suelo. Aunque los mecánicos repararon el coche, no dio tiempo a que saliera después en la clasificación.

Alonso se vio forzado a disputar las 24 vueltas de la sprint con el escudo levantado, hasta que finalmente acabó claudicando ante Charles Leclerc, que le arrebató el quinto puesto. Para el asturiano, este fin de semana ya le sale en positivo: tres puntos sumados.

Si la carrera corta ya fue casi perfecta para el líder Norris, la clasificación para el domingo fue prácticamente soñada. Y es que el primer golpe de guion llegó en la Q1: Verstappen, fuera. Como ocurrió en 2024, cuando salió decimoséptimo y ganó, el neerlandés tampoco pudo pasar del primer corte. El decimosexto se antoja demasiado pobre para un candidato al título que no puede errar, máxime teniendo en cuenta el estado de forma de Norris. Ver a los dos Red Bull fuera en la Q1 mientras los dos Racing Bulls saldrán quinto —Hadjar— y séptimo —Lawson— es algo que nadie esperaba.

Otro golpe de moral y tranquilidad para Norris, que firmó una clasificación casi perfecta en la que fue el más rápido en las tres tandas, y donde Ollie Bearman con el Haas brilló con luz propia colándose en el 'top 3' en la Q1 y la Q2 hasta que acabó cediendo hasta el séptimo puesto en la Q3 definitiva.

En cuanto a los españoles, Alonso se quedó muy cerca de pasar al 'top 10' pero tuvo que conformarse con el undécimo puesto de partida. Para el recuerdo y la anécdota: es la 33ª vez consecutiva en la que saldrá por delante de su compañero Lance Stroll. No es 'La 33' con mayúscula, pero quien no se consuela es porque no quiere. Para Sainz, la clasificación fue como la sprint: nada destacable.