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Alonso y Hamilton haciendo trompos con sus coches en la despedida del asturiano.

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Alonso y Hamilton haciendo trompos con sus coches en la despedida del asturiano. Ahmed Jadallah (Reuters)
GP de Abu Dabi

Hamilton conquista Abu Dabi; Alonso, la eternidad

El pentacampeón del mundo sumó su undécima victoria del año para cerrar la temporada 2018. El asturiano, undécimo y elegido Piloto del Día en su despedida de la competición, con un gran sexto puesto de Carlos Sainz

david sánchez de castro

Domingo, 25 de noviembre 2018, 08:57

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A la despedida de una de las mayores leyendas del deporte mundial no quiso faltar nadie. Allí estaba su familia, algunos de sus mejores amigos, sus rivales más acérrimos (excepto el añorado Michael Schumacher) y hasta la lluvia, un elemento antinatural en el desierto que también asistió a su homenaje. Fernando Alonso ya es expiloto de Fórmula 1, después del que fue el fin de semana más emotivo de su carrera deportiva, sin duda.

Por tener, tuvo hasta emoción una carrera en la que habitualmente todo queda resuelto en las primeras vueltas. Lewis Hamilton fue el ganador, como lo había sido en diez Grandes Premios antes, pero también lo fue un Fernando Alonso que, pese a finalizar diez puestos por detrás, se llevó el mejor homenaje que se puede llevar alguien que hace ya tiempo que olvidó el sabor del champán del podio en la Fórmula 1: el respeto y el reconocimiento de la afición, que le nombró Piloto del Día.

Abu Dabi, escenario de la derrota más dolorosa de su carrera deportiva en 2010, fue también el lugar donde Alonso volvió a sentirse campeón. No porque ganase, ni mucho menos. Ni siquiera llegó a la zona de puntos, y eso que lo intentó hasta el punto de ganarse una sanción de cinco segundos por recortar en una curva para intentar compensar la falta de competitividad de un monoplaza a todas vistas menor a lo que el asturiano se merecía. Finalizó undécimo su última carrera en Fórmula 1, a sólo un punto de redondear su botín final de 1.899 conseguidos a lo largo de 17 temporadas y 18 años viajando con el 'gran circo'. Se va el piloto más duro con el que han competido Lewis Hamilton y Sebastian Vettel, los últimos campeones del mundo en activo junto al asturiano y a Kimi Räikkönen, cuya despedida de Ferrari fue un abandono por avería eléctrica en su monoplaza. El absoluto respeto y admiración hacia el asturiano no les hizo dudar: en cuanto Hamilton pasó la meta seguido de Vettel, ambos esperaron a que llegara el McLaren naranja para escoltarle en la vuelta de honor.

Más valen los 'donuts' que hicieron en la recta de meta, máxime al ser de muchos quilates (había en esas ruedas quemadas), que cualquier resultado, tanto para los que sí pelearon por la victoria, como para un Alonso que ya hace tiempo que dejó de querer ser el mejor sólo en Fórmula 1 para ser el mejor del automovilismo mundial.

El susto que casi empaña el fin de fiesta

Lo que al final fue una fiesta bien pudo ser una tragedia. En la primera vuelta del GP de Abu Dabi 2018, Nico Hülkenberg puede decir que volvió a nacer. Estaba intentando adelantar a Romain Grosjean, cuando se tocaron el Haas y el Renault y éste salió volando. Después de dos vueltas de campana, acabó boca abajo contra las protecciones, y todo el mundo contuvo la respiración. No fue hasta que Hülkenberg habló por radio y empezó a pedir a voces que le sacaran de ahí cuando todos respiraron.

Fue el arranque de una prueba en la que las decisiones en boxes determinaron el final. Hamilton se arriesgó a ser uno de los primeros en montar neumáticos superblandos hasta el final, mientras por detrás intentaban evitarlo. Mientras su compañero Valtteri Bottas consumaba su desastroso resultado (fuera del podio, y sin victorias en 2018 pese a tener un coche netamente superior), era Vettel quien asumía la segunda posición para que Ricciardo y Verstappen se batiesen por el bronce. Fue el holandés, quién si no, el que dejó al australiano sin despedida en el cajón, ya que se va de Red Bull para recalar en Renault.

Y de Renault se va también Carlos Sainz, que homenajeó a Fernando Alonso a su manera: con una actuación memorable. Después de no haber puntuado nunca en Abu Dabi, se resarció con un sexto puesto final que le permite acabar la temporada con muy buen sabor de boca, y supone un refuerzo moral antes de llegar a McLaren. El madrileño, que este fin de semana quería despedir a su mentor a lo grande, se las tuvo primero con un Ericsson que acabó mordiendo el polvo, y después con el mismísimo Leclerc, que llegará a Ferrari en 2019 con el objetivo de buscarle las cosquillas a Vettel.

Abu Dabi puso el cierre de una campaña memorable en muchos aspectos y que supone un antes y un después. Fernando Alonso volverá al paddock, prometió, pero no como comentarista, «como otros expilotos», le dijo a David Coulthard. Hasta que llegue ese momento, se dedicará a un reto hercúleo, de los que requieren una preparación y un toque notable de suerte. La triple corona centrará sus objetivos ahora, aunque eso suponga que ya no serán carreras cada quince días, para desgracia de los aficionados. ¿Preparados para el síndrome de abstinencia?

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