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Orlando Ortega en Bruselas. AFP
Orlando Ortega es un diamante para España
Atletismo

Orlando Ortega es un diamante para España

El vallista gana en Bruselas su segunda Diamond League, la cuarta nacional después de las dos que consiguió Ruth Beitia, y se reafirma de cara al Mundial

Miguel Olmeda

Viernes, 6 de septiembre 2019, 22:32

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La última cita de la Diamond League prometía un simulacro de final mundialista a tres semanas de Doha. Orlando Ortega demostró en Bruselas que vivir en Chipre le ha dado una vuelta de tuerca a su carrera. De nuevo infunde respeto a sus rivales, no se arruga en los momentos calientes. Sale del Memorial van Damme con el segundo diamante de su vitrina, el cuarto en la historia de España, y los otros dos lucen en el salón de Ruth Beitia. En ese nivel anda Orlando.

Las estrellas hacen muescas en el calendario descontando días para el Mundial, por eso algunas prefieren renunciar a los 50.000 dólares de la Diamond League pensando en Doha: a estas alturas de temporada un esprint mal dado lo carga el diablo. El norteamericano Daniel Roberts se borró así de una final donde no estaba ya Omar McLeod, el campeón de todo en las vallas altas. A Ortega le desafíaba en Bruselas el ruso Shubenkov, casi inédito este curso por una tonta caída, y el hispano-cubano cumplió los pronósticos sin pestañear. Eso también lo ha madurado en Chipre.

Llovía sobre el tartán del Rey Balduino belga, templo de las vallas desde que Aries Merritt batiera allá por 2012 un récord del mundo y de la estratosfera. A casi medio segundo de sus 12.80 venció Ortega (13.23), que salió algo lento pero compensó después al paso de cada valla. En el aire, técnicamente, no tiene rival: una de las bondades de la escuela cubana que encumbró a Anier García primero y a Dayron Robles más tarde.

Orlando guarda en las piernas su propio récord de España (13.04 desde 2016), pero se reserva esa bala para el Mundial. En Doha es la principal opción de medalla nacional, pero no la única. Otra de ellas cae sobre los hombros de Fernando Carro, un obstaculista forjado a base de golpes de la vida en el madrileño barrio de Canillejas. También competía por el Diamante en Bruselas aunque sucumbió ante un grupo de africanos con motor en las piernas. Su marca, 8:15.53, valdría una medalla Europea, pero después de reventar la plusmarca de Luismi Martín Berlanas en julio (8:05.69) a todos les sabrá a poco.

Javier Cienfuegos, de récord en récord

Sin el ruido mediático de la Diamond League, Javier Cienfuegos será el tapado de la delegación española en el próximo Mundial. La IAAF se olvidó hace ya tiempo del martillo, pero el lanzador extremeño continúa empeñado en que sea portada nacional. Por tercera semana consecutiva, Cienfuegos batió su propio récord de España. Esta vez sucedió en Andújar, Jaén, que acogía la última oportunidad para muchos atletas de lograr la mínima mundialista.

En el Memorial Francisco Ramón Higueras, Cienfuegos lanzó el martillo en su último hasta 79.38 metros, más de sesenta centímetros más lejos de la plusmarca que había conseguido el fin de semana anterior en el Campeonato de España de La Nucía. Este tiro le coloca en el tercer puesto del ranking mundial por detrás de los galácticos polacos Wojciech Nowicki y Pawel Fajdek, los dos únicos por encima de 80 metros. El joven Alberto González, campeón de Europa sub23 con solo 21 años, consiguió una marca personal de 75.78 metros, a 22 centímetros de la mínima para Doha, pero que podrían valerle un billete en forma de repesca.

Yulimar Rojas hace historia

Hay récords en el atletismo que parecen imposibles de batirse. Uno de ellos es el del triple salto femenino, ensombrecido por el fantasma del dopaje de la Guerra Fría en general y soviético en particular, como casi todos los de la velocidad y los saltos en mujeres cosechados en los ochenta y buena parte de los noventa. Iván Pedroso, que durante años buscó y rozó la plusmarca de la longitud, se encontró en Yulimar Rojas un diamante en bruto para el triple. Apenas hacía entrenamiento específico en Venezuela, donde la probaban en casi todas las disciplinas. Cuando aterrizó en Guadalajara, Pedroso la convirtió en medallista olímpica y bicampeona del mundo bajo techo. Este 2019 ha dado su impulso definitivo.

Yulimar volaba con regularidad por encima de los 15 metros y este viernes en Andújar arrancó varias páginas de los libros de historia. En su entorno ya se comentaba que tenía la plusmarca de Inessa Kravets en las piernas, pero esos 15.50 quedaba lejos todavía. En la ciudad jienense rompió los moldes de la disciplina con un intento salvaje de 15.41. El título mundial ya no se lo discute nadie, salvo catástrofe. Ahora el récord de triple salto ya no parece imposible.

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