Enrique Lllopis encuentra la medalla a su constancia

Esta vez, la cruz ha salido para el otro español de la final, el que en las últimas temporadas se ha llevado los focos. Pero Asier Martínez se vio condicionado por una salida nula que le ha costado una tarjeta amarilla y un freno mental que le llevó a salir mal. A partir de ahí, fue una carrera contra el tiempo y los obstáculos que tuvieron mal final para el navarro, ya que al ir tan apurado tropezó en la última valla, llegó desequilibrado a meta y vio volar un bronce que tenía en su mano.

El atletismo puede dar gracias a que aquel chaval de 14 años saliera amargado de su experiencia en el fútbol. No le gustó el ambiente que se vivía y pidió a sus padres no volver. Y un anterior contacto con el atletismo le llevó a probar en la pista, de la que no ha salido ya. Su encuentro posterior con Toni Puig hizo el resto. El técnico ha sido el encargado de moldear a este vallista que por unas causas u otras, no había tenido la oportunidad de confirmar todo su talento con un gran resultado a nivel europeo o mundial. Hasta hoy. Por fin a Llopis le ha ido todo rodado. Y a sus 23 años, tiene un enorme futuro a poco que las cosas funcionen como esta noche para él ya inolvidable de Roma.

Protagonismo total para Guillem Crespí, haciendo historia al ser el primer atleta español en una final de 100 metros. El catalán corrió tanto las series como la semifinal con una enorme concentración, al punto de colarse en la gran final por la calle nueve y con un 10.19 que fue el mejor tiempo de repesca. En la final ha sido sexto mejorando en una centésima su registro (10.18) y abriendo la puerta a un futuro en una distancia donde España siempre ha mostrado muchas limitaciones. El campeón olímpico Jacobs ha mantenido el recital que está ofreciendo Italia en su campeonato al ganar con 10.02.

A sus 22 años, Crespí refleja las condiciones que tiene un atleta de proceso lento, un trabajo de orfebre realizado por su entrenador Pau Fradera y que explicó en las redes sociales durante la temporada invernal. El técnico reveló que lleva años trabajando con un Crespí que durante dos años vivió en Francia y regresaba en verano a España para competir en los campeonatos de la categoría que le correspondiera. Tras su regreso a Cataluña, Fradera se centró en que su atleta ganara musculatura para aguantar la velocidad adquirida en su evolución. Un proceso lento que poco a poco ha dado resultados. En invierno fue campeón de España sub'23 y al aire libre ha seguido creciendo hasta ganarse esa plaza en la final de un Europeo.

A un paso del podio estuvieron Adel Mechaal y Thierry Ndikumwenayo en los 5.000 metros donde Jakob Ingebrigtsen se embolsó primer oro de los dos que busca en Roma. Fue una carrera lenta, donde nadie se decidió a tirar y donde Ndikumwenayo, que venía de hacer la mejor marca de los participantes en Oslo con 12.48, se encontró demasiados clientes para hacer valer ese registro. En una carrera de ritmo medio-lento, además de Ingebrigtsen se sumaron otros candidatos como el británico Mills y el suizo Lobalu, que son los que completaron el podio mientras Mechaal era cuarto y su compañero de selección quinto.

Y para terminar con el atletismo español, otro apunte. Tres atletas estarán en la final de los 800 metros, después de que Alvaro de Arriba, Attaoui y Adrian Ben completaran un gran trabajo en las semifinales y cosecharan un pleno para la historia, que puede ser redondeado con la presencia de alguno de ellos en el podio, visto el rendimiento que han ofrecido.