Aldo, el hombre que construye con tecnología y ciencia al campeón Topuria

«El aspecto psicológico es lo que diferencia a un número uno como él», apunta quien se presenta como una de las piezas clave en la escalada del campeón hispano-georgiano a la cima de las artes marciales mixtas, encargado de escribir el prólogo de esta obra. «Hay una simbiosis entre los dos. Acompañándolo en su camino he vivido mi sueño, que es hacer que alguien que se pone en mis manos logre ser una leyenda y consiga revolucionar un deporte como lo ha hecho él», revela el coach y doble máster en alto rendimiento deportivo, que coordina todo lo que está relacionado con la preparación física y mental del invicto peleador.

«Mi figura es un nuevo perfil dentro del deporte, y que tarde o temprano empezarán a copiar distintas entidades», apunta en una charla con este medio. Aldo acompaña a Topuria en todo, y ahí va implícito el apoyo psicológico y motivacional que necesita el atleta. «Nada más llegar del combate ante Alexander Volkanovski el pasado febrero en California, vino a buscarme un equipo de fútbol de élite con interés en que trabajara con ellos», cuenta como anécdota antes de sostener que su libro puede ayudar a todo el mundo, incluido al Real Madrid: «Le vendría bien para obtener un plus más en lo que a psicología deportiva se refiere, y superar así algunas de las adversidades que está teniendo en los últimos tiempos».

El encargado de preparar física y mentalmente al cinturón del peso pluma de la UFC, trabaja con otros rostros conocidos del deporte como el futbolista Raúl Albiol o el boxeador olímpico José Quiles. «Hay una serie de historias, aparte de la mía, de personas conocidas, otras menos conocidas, pero igualmente han tenido que superar una adversidad, algún obstáculo en su vida. Cada persona que lo lea se puede sentir identificado, si no es con una historia, con otra. Les va a dar herramientas para subsanar, para paliar, para poder encontrar su camino y poder seguir hacia adelante, que es lo que consiste la vida», asegura.

En cada capítulo, Martínez va desgranando su método, algo que afirma estar «al alcance de todos».¿Tres claves? «Determinación con lo que uno quiere hacer, disciplina, que está por encima del talento, y estar enfocado en el objetivo sin ningún tipo de distracción», responde el alicantino, que reconoce que la psicología positiva se ha convertido en una nueva religión así como la felicidad está de moda. «El llanto es igual de pertinente que la sonrisa, es una válvula de escape para nuestro organismo y en ocasiones nos puede hacer sentir mejor. Sin lágrimas es imposible que llegues a la cima», reflexiona a la vez que recuerda que sin todo el trabajo que hay detrás, lo que no se ve, nada sería posible en el éxito de Topuria.

«A los 8 años ya hacía recortes de peso en su país cuando hacía lucha grecorromana. Tiene una disciplina extraordinaria desde bien pequeño, y desde que le conozco hace una década siempre ha tenido la mentalidad de ser campeón. Piensa en trabajar con dedicación hasta conseguir el objetivo. Su aspecto psicológico es determinante, y su inteligencia está fuera de lo normal», apunta el preparador, que ahonda en que convertir la casa del luchador en un centro de alto rendimiento ha sido un factor clave en su preparación tanto para noquear primero a Alexander Volkanovski, como para luego defender el título de campeón ante Max Holloway en Abu Dabi. Esa ha sido solo una de las partes del proceso. Todo está medido al milímetro.

«Hicimos un estudio genético de su cuerpo en el que vimos que si había algún riesgo de lesión sería en ligamentos o tendones, por lo que a partir de ahí toma unos suplementos para incidir sobre el colágeno y con esto subsana esta pequeña carencia. Lo digo claro, no tiene ningún punto débil. De un combate a otro mejora sus marcas, sus registros en su fuerza máxima y las carreras que hacemos en distintas distancias. Es más, en las pruebas de capacidad de reacción y activación de ojo tiene mejores datos que muchos porteros de la Premier League», sentencia.

El monarca del peso pluma de las artes marciales mixtas lleva una rutina sorprendente gracias a la introducción de la ciencia y la tecnología de la mano de su preparador, utilizando máquinas de crioterapia o calor para recuperar, una cámara hiperbárica a una presión determinada donde los niveles de oxígeno aumentan en un 50%, gafas estroboscópicas para mejorar los reflejos, un casco con sensores que van a parar al nervio vago para que incida en la coordinación, o por ejemplo ondas cerebrales mediante un casco HeadSeat para maximizar su descanso durante los training camp a los que se somete. «Hay aspectos que lo mejoran físicamente pero que inciden psicológicamente, como cuando nos sometemos a una sesión de tres minutos a menos 140 grados centígrados antes de desayunar. Esto ya nos fortalece mentalmente, y nos da energía para comenzar el día, lo mismo que cuando nos sometemos al calor en el interior de una sauna. Eso sí, esto no es para cualquier persona», puntualiza quien se considera un «ingeniero del deporte» y tiene el objetivo de sacar el mayor rendimiento posible de sus atletas.