'Lavín' Yamal, cómo juega el chavea, compae

Y no tenía prisa por marcar, la mandó al poste para que Morata empezara a ponerse 'morado', lástima de la madera y del VAR. Este chico es como un angelito negro sacado de la canción de Antonio Machín. Pintado para dar color a la selección. Lamine Yamal nada lo hace mal. 'La vin, cómo juega el chavea, compae', era la frase favorita del público de casa.

Y es que se pone a driblar como si fuera Messi, con habilidad, agilidad y mucha peligrosidad. Además maneja con arte los ritmos, el espacio, vale para cualquier posición ofensiva, caído en banda, por el centro, más atrás, adelante, extremo o interior sus pases y toques fueron un clamor. Cuando la cosa redonda pasó por sus botas, el entusiasmo se apoderó de las gradas. Es un virtuoso, que desparrama por el césped el mismo talento que cuando estaba en el patio del colegio. Sereno, no se inmuta.

Por ahí he leído que su padre, que nació Marruecos, lo quiere convencer para que juegue en el país vecino, pero ni con los 55 y pico billones del rey marroquí se lo llevan. Que para eso es natural de Mataró y una 'perla' negra que brilla en La Masia, cuna de genios, donde Ansu Fati y Balde, y otros muchos, pronto se van a quedar atrás, si el pimpollo mantiene la calma del prematuro estrellato. El fútbol español ha sacado a su Ricky Rubio, que con 14 años debutó en la máxima categoría. Papá, ni con el 'caso Munir' lo dejaremos partir...