La Rojita remonta en tres minutos contra diez

Después de su sufrido debut ante Eslovaquia, con victoria en el minuto 90, La Rojita, que sigue ofreciendo dudas pero sale muy relanzada anímicamente, también tuvo que tirar de épica contra Rumanía. La cinco veces campeona de Europa sub-21 y vigente subcampeona estuvo totalmente negada ante la portería contraria hasta el minuto 85, pero cuando se vio con uno más por la roja directa a Blanuta por una entrada a destiempo a Mosquera olió la sangre y derribó por fin la muralla rumana.

Pudo hacerlo en el primer tiempo, pero entonces no le sonrió la suerte a la selección de Santi Denia. Solo en la primera parte, en un tramo de 13 minutos nefastos para España, Diego López falló un gol cantado que sacó en la misma línea Matei Ilie, Mateo Joseph mandó fuera un penalti regalado por el VAR y Marc Pubill estrelló un remate en el larguero. Fueron tres pruebas inequívocas de que iba a ser un encuentro para padecer frente a un equipo rumano que, pese a ser muy limitado, puso en apuros a Italia en su estreno, cuando fue derrotado por la mínima, con una pena máxima fallada por Munteanu al final del primer tiempo.

Fue precisamente el delantero rumano el que propinó un golpe demoledor a La Rojita en el minuto 4, con un derechazo a la escuadra desde fuera del área. Ese trallazo frente al que nada pudo hacer Iturbe después de que Hugo Bueno quedase retratado ante Munteanu descentró a España, a la que le costó volver a entrar en el encuentro, mientras Rumanía, replegada, quiso hacerse fuerte atrás.

Sobrevivió sin embargo de milagro la selección rival en esa primera mitad en la que España asustó a balón parado en el juego aéreo y con centros laterales. Generó La Rojita entonces ocasiones suficientes para al menos haberse ido al descanso con un empate, pero entre que Diego López tiró al muñeco cuando tenía toda la portería para él en el minuto 18 y que Mateo Joseph no se aprovechó del favor de los árbitros por un leve agarrón de Matei Ilie a Tárrega que acabó en un incomprensible penalti, ni siquiera hubo un gol de la selección.

Por la lesión en el primer partido de Gerard Martín, que sufrió ante Eslovaquia una luxación en el meñique de su mano derecha, el cambio obligado del lateral izquierdo del Barça fue el único que llevó a cabo Santi Denia en el once para enfrentarse a una Rumanía que debió multiplicarse en defensa ante la insistencia de España con los centros al área desde los laterales. Sin embargo, La Rojita no disponía de un 'killer' para culminar con éxito las oportunidades, y también le sobraron los paradones de Sava en la segunda parte. El primero, a remate de Mosquera, y el segundo, tras un lanzamiento envenenado de Raúl Moro que tocó el portero y pegó en el travesaño.

Fue el segundo balón a la madera de La Rojita, que entre una y otra ocasión en ese segundo período también tuvo, como le ocurrió en el primer partido, un preocupante momento de desconexión, en el que se libró de ser sentenciada por Tárrega, dos veces salvador en una aislada llegada de ataque de los rumanos. Mejoró la selección con la entrada de Raúl Moro y también mucho más después con la de Jauregizar, el único que se atrevió a disparar desde fuera del área cuando a España se le acababa el tiempo y empezaba a acogotarse de verdad por la presión del resultado. La expulsión de Blanuta fue una bendición y, en su segundo disparo de larga distancia, el jugador del Athletic selló un empate que, por inercia, derivó en una merecida victoria.