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Carlos Soler (c) celebra con Marcos Alonso el gol que abrió la victoria de España en La Rosaleda. EFE
España coge temperatura en la Costa del Sol
Liga de Naciones

España coge temperatura en la Costa del Sol

La Roja se aúpa al liderato de su grupo tras doblegar a la República Checa en Málaga y beneficiarse de la derrota a domicilio de Portugal ante Suiza

Óscar Bellot

Málaga

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Domingo, 12 de junio 2022, 00:34

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Los alumnos aplicados saben que el verano sirve para descansar, coleccionar nuevas experiencias y, sobre todo, disfrutar al máximo. Por el contrario, a quienes no hincan suficientemente los codos durante el periodo lectivo no les queda más remedio que realizar deberes extra para recuperar el tiempo perdido, mientras sus amigos más aventajados se tuestan cómodamente al sol. Formar parte del primero de esos grupos y escapar del castigo que aguarda al segundo es el objetivo con el que la selección española recibe en Málaga a la República Checa. Un adversario que siete días atrás llevó al combinado de Luis Enrique a rozar el drama en Praga.

Demostrar que ha aprendido la lección que recibió en la capital de Bohemia, donde Iñigo Martínez consiguió perimetrar sobre la bocina un incendio que amenazaba con desbocarse, es el reto que afronta La Roja, que tampoco completó un partido redondo frente a Suiza en Ginebra pero que, al menos, salió de la casa del Servette con tres puntos que mantienen intactas sus opciones de estar en la 'final four' de la Liga de Naciones que se disputará entre el 14 y el 18 de junio del próximo año.

Una vez superados esos espinosos encuentros a domicilio con un aprobado raspado, el combinado español regresa a la piel de toro con la necesidad de hacerse fuerte en terreno patrio y evitar un nuevo desliz que vuelva a complicarle la vida en una competición que resolverá la criba en la segunda quincena de septiembre, con sendos enfrentamientos programados para La Roja frente a Suiza, el día 24 de ese mes en Zaragoza, y contra Portugal, tres fechas más tarde en Braga.

Los helvéticos vieron el jueves cómo se diluían las pocas opciones que les restaban de seguir en la pelea con un gol de Sarabia que sacó del atolladero a España, pero los lusos se impusieron con desahogo en el pulso que libraron ante la República Checa en Lisboa y continúan tensando la cuerda del grupo con dos puntos de ventaja sobre el pelotón de Luis Enrique, que aspira a dejar atrás los grises cuando el Mundial de Catar está a la vuelta de la esquina.

Aristas

Aunque España mantiene el elegante trato con la pelota que la caracteriza, compite con cualquiera y rezuma una personalidad indiscutible, su propuesta presenta aristas en ataque y en defensa. La República Checa reventó su coraza con una facilidad pasmosa en Praga. Y Suiza acarició hasta el último momento las tablas porque La Roja volvió a enredarse en la salida desde atrás cuando la 'nati' ordenó el zafarrancho de combate. Disponer de mayor colmillo le facilitaría la labor a la hora de deshacer esos entuertos, pero el bloque de Luis Enrique no anda sobrado en esa faceta y debe evitar conceder facilidades para que el rival se amotine.

El seleccionador español seguirá fiel a su apuesta por las rotaciones a la hora de encarar la última reválida del curso. Considera que es la vía idónea para distribuir las cargas de trabajo al término de otra temporada extenuante, mantener alerta a todo el grupo y multiplicar la competencia en un vestuario en el que casi nadie está a salvo de que le roben la silla.

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Morata se ha quedado como único ariete puro tras la marcha por enfermedad de Raúl de Tomás y, pese al derroche de energía que hizo en Ginebra, se mantiene como punta de lanza del tridente ofensivo, con Asensio y Dani Olmo escoltándole en los costados. Luis Enrique remodela al completo la zaga y el centro del campo en un once en el que solo repiten Unai Simón y el señalado Morata respecto al que jugó de inicio tres días atrás en Ginebra.

Dependiendo de cómo evolucione el litigio, podría haber minutos para Ansu Fati, el único futbolista de campo que aún no se ha vestido de corto, en una ciudad en la que España ha jugado nueve veces, con un saldo de tres derrotas y seis triunfos para La Roja, la última de ellas sellada con una 'manita' a Costa Rica en un amistoso disputado en noviembre de 2017.

Por su parte, la República Checa acude el envite con la esperanza de sumar, tras una derrota ante Portugal que no empaña el buen momento por el que atraviesa la 'narodni tym'. Cuatro puntos en tres jornadas son una renta apreciable para el combinado de Jaroslav Silhavy, que solo aporta tres variantes sobre el once que dispuso para confrontar a la selección española hace una semana en Praga. Kutcha, que atormentó a la defensa española en Praga y anotó uno de los dos goles de los centroeuropeos, era duda, pero finalmente entra en el once.

España superó con buena nota su último examen del curso y afrontará la ventana de septiembre en la pole para estar en la 'final four' de la Liga de Naciones que se disputará en junio del próximo año. La victoria de La Roja sobre una correosa República Checa en Málaga, encarrilada con un gol de Carlos Soler en la primera parte y apuntalada por una diana de Sarabia en el segundo periodo, sumada a la derrota a domicilio de Portugal frente a Suiza, deja al combinado de Luis Enrique en lo alto de su grupo.

Una posición inmejorable tras las peligrosas curvas que ha tenido que superar un bloque al que la afición, que llenó hasta la bandera el estadio de La Rosaleda, llevó en volandas en un envite que permite irse de vacaciones a los pupilos de Luis Enrique con una sonrisa en la maleta y mucho mejor color.

La floja actuación de La Roja una semana atrás en Praga podría haber motivado a otro seleccionador a agitar la baraja en busca de nuevas cartas que poner sobre la mesa, pero Luis Enrique prefirió abrir un espacio a la redención, con ocho supervivientes de aquella amenaza de naufragio en su once y solo dos naipes repetidos respecto a la mano que jugó de inicio frente a Suiza: Unai Simón y Morata. Esto es, la popa y la proa de un buque que afrontaba otra travesía por mares agitados, pero que amansó las aguas con un triunfo balsámico.

España

Unai Simón, Carvajal, Eric García, Iñigo Martínez, Marcos Alonso (Jordi Alba, min. 78), Rodri, Carlos Soler (Gavi, min. 59), Koke (Busquets, min. 78), Asensio (Sarabia, min. 72), Morata (Ferran Torres, min. 59) y Dani Olmo.

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República Checa

Mandous, Zima, Brabec, Jemelka, Coufal, Sadilek (Kral, min. 29), Soucek, Zeleny (Kalbach, min 79), Cerny (Hlozek, min. 59), Kuchta (Jurecka, min. 59) y Pesek (Tecl, min. 79).

  • Goles: 1-0: min. 24, Carlos Soler. 2-0: min. 75, Sarabia.

  • Árbitro: Cüneyt Çakir (Turquía). Amonestó a Carvajal.

  • Incidencias: Partido correspondiente a la cuarta jornada de la Liga de Naciones, disputado en el estadio de La Rosaleda ante 30.389 espectadores.

España, que vestía con la camiseta de Adidas que el combinado femenino lucirá en la Eurocopa que se celebrará en Inglaterra del 6 al 31 de julio en lo que fue un bonito guiño a las futbolistas de Jorge Vilda, se adelantó en el marcador justo cuando peor lo estaba pasando. Cerny había puesto a prueba a Unai Simón con un disparo raso al que respondió sacando una manopla de titano el guardameta del Athletic, providencial también en un mano a mano con Kutcha después de que un pase filtrado buscando la espalda de los centrales volviese a dejar en evidencia a la zaga de Luis Enrique, de nuevo con el cuestionado Eric García y un Iñigo Martínez tocado en el eje.

Dos avisos muy considerables por parte de una República Checa valiente en la presión a los que España respondió con la rebeldía de Asensio y Carlos Soler, dos figuras que encaran un verano crucial para sus respectivas carreras. El extremo del Real Madrid, titular por primera vez en esta ventana, se asoció con el volante del Valencia para dar luz a una España que volvía a arrojar preocupantes sombras en la retaguardia.

Una gran maniobra del balear, habilitado por Koke, preludió la certera definición del valenciano que puso por delante a La Roja en un recinto que apretó al máximo. Volvieron a hacer diabluras en otra llegada en la que el canterano che pidió penalti, sin que Cüneyt Cakir atendiese las súplicas. El toque existió, pero el turco encontró un resquicio para hacerse el sueco.

España alcanzó el descanso con la sensación de que solo había interiorizado a medias el temario con el que salió de Praga. A vuelta de vestuarios le tocaba demostrar que tenía mejor repasado el capítulo que dejó pendiente tres días atrás de Ginebra, donde sufrió muchísimo para conservar la magra renta que había obtenido contra Suiza gracias al gol de Sarabia.

Achuchó la República Checa, un equipo al que cabe atribuirle un gran mérito porque no se descompone nunca, pese a los continuos reveses en forma de lesiones que ha sufrido en las dos últimas semanas. Tomó nota Luis Enrique, que buscó frescura con la entrada de Gavi, el más ovacionado por la parroquia que se congregó en el estadio del Málaga, y de Ferran Torres.

La irrupción del joven centrocampista del Barça fue determinante porque revitalizó a La Roja con su despliegue, aceleró el ritmo y participó en la acción que significó la sentencia. Mención especial en la jugada para el toque a lo Modric de Dani Olmo y para el centro-chut de Ferran Torres, que cazó en el segundo palo Sarabia, un futbolista que llegó callando a La Roja pero que, un año después de aquella inesperada llamada para la Eurocopa, marca la diferencia en el combinado de Luis Enrique que, aunque sin demasiada brillantez, cumplió en otra cita de máxima exigencia.

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