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Porteros según Cruyff

Porteros según Cruyff

Cartas desde China ·

El portero no es un elemento aislado del juego. Es un jugador más dentro de la dinámica interactiva

KEVIN VIDAÑA

Viernes, 24 de enero 2020, 01:57

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El portero no es un elemento aislado del juego. Es un jugador más dentro de la dinámica interactiva. Su posicionamiento y actividad dentro del sistema de relaciones no puede cavilarse desde lo unifuncional, el portero debe evitar goles pero también generarlos. Debe hacerse parte activa de la sociedad a la que pertenece, y nosotros como entrenadores debemos estimular dicha socialización desde los entrenamientos. Todas las tareas propuestas deben trazar su figura, respetar su audiencia, incluir su existencia.

La concepción global del juego es la forma sana y dispuesta a desarrollar las cualidades más esenciales del futbolista. Una de las ventajas que tenemos en China es que ningún joven jugador quiere ser portero, 'problemática' que me encanta, que acabará generando una cantidad inmensa de grandísimos porteros. No es un pensamiento abstracto ni tampoco panacea estética, sino aprovechamiento lógico de los recursos dispuestos y disponibles. Johan Cruyff fue el primero en España que dijo: «Oye, que tú también juegas». Apoyándose de otras ocurrencias: «¿Defender? Que defiendan ellos», «¿el rival se desmarca muy bien? Pues no lo marcaremos», «¿somos bajitos para defender saques de esquina? Pues no concederemos, tendremos balón».

Hablamos de porteros que jueguen, que sean en relación al juego. Guardametas que hagan más que guardar la meta, que empiecen generando superioridades desde su saque, que sepan juntar a propios y separar a extraños a través del pase, que lo hagan en corto o en largo pero que lo hagan a hombres libres, que ocupen y vigilen espacios más allá de su área, que sirvan al equipo en la urgencia de maniatar al rival en campo contrario, que no se sepa si son porteros, centrocampistas o delanteros, que dados a la habladuría solo se puedan definir desde el centrocampismo.

Esto es respetar las reglas del juego, desarrollarse de acuerdo a ellas. La número tres nos dice desde hace mucho tiempo que cada equipo puede jugar con un máximo de once jugadores, ¡once, no diez! Hay que leerse el reglamento, o escuchar a Cruyff. Ahí están todas las tácticas posibles, todas las estrategias futbolísticas habidas y por haber.

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