Rocha no podrá presentarse a las elecciones de la FEF tras denegársele de nuevo la cautelar

Pedro Rocha, el delfín de Luis Rubiales, era el candidato de consenso de los presidentes de la mayoría de las territoriales para regresar al cargo que debió abandonar por excederse en sus funciones como máximo dirigente de la gestora de la FEF. Una vez apartado el expresidente de la FEF de la carrera electoral, a partir de ahora comenzarán a postularse los aspirantes que se unirían al empresario Juanma Morales, que ya ha hecho pública su candidatura, aunque deberá reunir los 21 avales exigidos.

El próximo lunes quedará definida la composición de la asamblea general de la FEF, que deberá buscar un nuevo candidato en un tiempo récord. El plazo para presentar candidaturas a la presidencia vence el 2 de diciembre. Al igual que ocurrió el pasado mes de septiembre, el mismo juez que desestimó la primera medida cautelar solicitada por Rocha ha rechazado de nuevo su petición, en esta ocasión ya con las elecciones convocadas.

El juez se ha apoyado esta vez en motivos distintos a los de hace dos meses y medio, cuando adujo que las elecciones no se habían convocado y, por tanto, no se le causaba ningún perjuicio al demandante. En esta ocasión, invoca al interés general de España, cuya imagen, según su fallo, se vería afectada para organizar el Mundial de 2030.

«Entendemos que el mal menor, permítasenos la expresión coloquial, consiste en este caso en salvaguardar el interés público y de terceros, frente al del actor que podría ser, en todo caso, debidamente indemnizado por los daños y perjuicios sufridos», concluye el auto del juez al que ha tenido acceso Iusport. «De tener éxito en su demanda, la anulación de la inhabilitación cuando ya no pueda presentar su candidatura le podría causar unos perjuicios morales, profesionales y económicos que bien podrían resarcirse económicamente», apunta el magistrado.

La inhabilitación impuesta en julio a Pedro Rocha por parte del máximo tribunal de justicia deportiva en España se debió, cuando era presidente de la comisión gestora de la FEF, al despido del entonces secretario general, Andreu Camps, medida que según el TAD no podía adoptar en solitario el cacereño, sino este órgano de forma colegiada. Rocha defendió que tal decisión la tomó por indicación expresa del Consejo Superior de Deportes (CSD) cuando la FEF se vio sacudida por una profunda crisis tras el escándalo por el beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso.

Pese a continuar a expensas del recurso que presentó Rocha a la sala de Apelaciones de la Audiencia Nacional sobre el primero de los autos que denegó por primera vez la cautelar, el sucesor de Rubiales apenas tiene esperanzas de que la justicia le dé la razón, y menos, antes del 2 de diciembre, fecha límite para que pudiese presentar su candidatura. Pedro Rocha también está imputado en la 'operación Brody', por presuntas irregularidades en los contratos firmados por la FEF por la disputa de la Supercopa de Europa en Arabia Saudí. El expresidente del organismo federativo fue presidente de la comisión económica del FEF durante el mandado de Luis Rubiales, en el que también se adjudió la remodelación del estadio de La Cartuja a la empresa Gruconsa, en la que trababaja el hermano del director de los servicios jurídicos de la FEF.

El Gobierno intentó acabar con Rocha antes de la disputa de la Eurocopa conquistada por España, pero no consiguió que el cacereno estuviese presente en el campeonato disputado en Alemania ni tampoco en los Juegos Olímpicos de París. «Es impensable que el representante del fútbol español para la Eurocopa o para los Juegos Olímpicos pudiera ser una persona investigada en una causa penal y bajo sospecha del Tribunal Administrativo del Deporte por presuntas infracciones disciplinarias calificadas como muy graves», llegó a declarar en abril el presidente del CSD, José Manuel Rodríguez Uribes. Han tenido que pasar siete meses para que Rocha haya sido sentenciado.