Francia, un corral con demasiados gallos

Age Hareide, el seleccionador danés, ha diagnosticado sin escrúpulos el mal francés. «Sí, tienen talento pero deben funcionar como un equipo. Ahora bien, cada uno de sus jugadores va a tener ganas sobre todo de brillar en un plano personal», ha declarado el técnico del adversario de los 'bleus' en el último partido de la fase de grupos el próximo día 26 en Moscú. A su interesado juicio, Francia funcionó bien como equipo «cuando tenía un gran jugador para dirigirla como Zidane que mantenía el colectivo pero no tiene un futbolista de ese tipo en este momento».

Un ejemplo de ese egoísmo disolvente lo acaba de brindar Mbappé al confesar con la sinceridad espontánea de sus 19 años que «en el PSG levanté el pie cuando ganamos el título pues pensaba ya en el Mundial». Otras declaraciones significativas del desorden interno son las realizadas por el cuestionado Pogba que ha emplazado a Deschamps a confiarle en exclusiva las riendas del equipo.

Por si fuera poco sobre el entrenador nacido en Bayona se cierne la sombra alargada de Zidane al que la afición desea ver cuanto antes al mando de la selección tras su espantada del Madrid. Deschamps, con contrato renovado hasta 2020 en un cargo que ocupa desde 2012, ha reconocido que 'Zizou' «será un día el seleccionador, no puedo decir cuándo, pero me parece lógico».

Cuartofinalista en Brasil, Francia disputará en Rusia su decimoquinto Mundial que será el sexto consecutivo, la mejor racha de su historia. Ahora se cumplen veinte años de su único trofeo, levantado en casa por Deschamps, capitán de aquel equipo campeón que conquistó la Eurocopa del 2000, su último título. El ahora responsable técnico intentará quitar el mal sabor de boca dejado por la decepción de perder en la prórroga ante Portugal la final del Europeo de 2016 en el Stade de France.

Griezmann fue elegido el mejor jugador de esa Eurocopa en la que marcó seis goles aunque no anotó en la final. El delantero formado en las categorías inferiores de la Real Sociedad es la referencia absoluta del ataque explosivo que forma con los jóvenes Mbappé y Dembelé. En ese tridente de alta velocidad ya se ha experimentado como falso nueve. La variante más clásica presenta al veterano goleador Giroud de ariete.

El punto débil del conjunto es la defensa. La portería está en manos del discutido Lloris, capitán que solo habla con el árbitro para elegir campo. Los centrales Varane y Umtiti no terminan de convencer en el eje de la zaga por fallos de coordinación y lagunas de concentración. Los laterales Mendy y Sidibé llegan condicionados por sus respectivas lesiones en el Manchester City y el Mónaco.

En el centro del campo es fijo el infatigable Kanté, que suele hacer pareja con Pogba en el doble pivote si el esquema táctico es un 4-2-3-1. En caso de optar por un dibujo en 4-3-3 es probable la entrada en juego de Tolisso, muy enchufado por su buena temporada en el Bayern, que incluso amenaza la titularidad del sobrevalorado Pogba, por el que el United pagó más de 100 millones.

El objetivo oficial fijado por los dirigentes federativos es llegar a las semifinales como mínimo conscientes de que el nivel es inferior a Alemania, España o Brasil. «Todavía no somos capaces de controlar los partidos con la misma autoridad que ellos», reconoce Deschamps. «Pero tenemos un equipo competitivo y fuerte, con un gran potencial», advierte el amo del corral.