El Madrid se crece sin Asencio para someter al Pachuca

Por su enorme calidad, su pegada y las intervenciones en los momentos clave de Thibaut Courtois en la serie otro día en la oficina, el Real Madrid se sobrepuso a la absurda expulsión de Raúl Asencio en el inicio para someter a un Pachuca tan voluntarioso como limitado. Determinantes también las acertadas decisiones de Xabi Alonso, que en todo momento supo leer el partido. Bellingham en su faceta de llegador, Arda Güler y, ya en la segunda parte, el multiusos Fede Valverde, marcaron la diferencia. El Pachuca ya está eliminado y el Madrid acaricia los octavos de final, con el Manchester City o la Juventus en el horizonte. Otro nivel.

Tras el pobre desempeño frente al Al Hilal, Xabi Alonso realizó un interesante cambio táctico. Alineó a Arda Güler en lugar de Rodrygo y situó al turco de organizador, con Tchouaméni como escudero y Valverde por delante, escorado a la derecha. Del 4-3-3 frente a los saudíes a un clásico 4-4-2, en el que de nuevo Gonzalo, el 'killer' del Castilla, ejerció de titular en ausencia de Mbappé.

Sin embargo, ocurrió un imprevisto que lo cambió todo. Y de nuevo el responsable fue Asencio por medir mal, primero, y precipitarse después. Si en el partido anterior cometió un penalti absurdo, esta vez fue expulsado a los siete minutos por otro movimiento de mal defensa. Primero permitió que Salomón Rondón le ganase la espalda y luego le agarró en una ocasión manifiesta.

Se marchó el grancanario muy enfadado porque dejaba a sus compañeros en situación límite y, sobre todo, por ser consciente de que en este Mundial está perdiendo grandes oportunidades, toda vez que Huijsen está muy asentado y Rüdiger ya aparece en camino. Courtois, en el descanso, le dio un tirón de orejas en público a Asencio: «Son dos veces el mismo error, hay que ser un poco más inteligentes», le advirtió.

En ese primer tramo, el Madrid, ya con Tchouaméni de central tras la expulsión, jugó en el alambre. Intentó juntarse atrás, pero el Pachuca, con pocos toques y rapidez, le generaba mucho peligro. El venezolano Rondón, un trotamundos de ya 35 años, era un problema permanente. Como casi siempre, Courtois resultó determinante con una doble parada al brasileño Kenedy y al argentino Palavecino.

Xabi Alonso no lo veía claro y aprovechó la pausa de hidratación para tocar teclas. Retrasó a Valverde al eje del centro del campo y dio carrete a Güler. Así se ordenó mejor el Madrid, que aprovechó su primera llegada para marcar. Cuestión de rapidez y calidad individual. Salida de manual entre Valverde, Fran García y Gonzalo y definición maravillosa de Bellingham, decidido al internarse y preciso en el disparo con la zurda, raso y cruzado.

El Pachuca seguía insistiendo pero otra vez Courtois sacaba una mano sensacional para desviar el zapatazo de Kenedy, demasiado suelto. Y otra vez, la aparición del gigante belga preludió el segundo. Entre Trent, Gonzalo, estupendo en su asistencia al primer toque, y Güler, doblaron la ventaja del Real Madrid poco antes del descanso.

Se reanudó el pleito en Charlotte (Carolina del Norte) con Brahim en lugar de Gonzalo. Anteponía Xabi el dinamismo, la versatilidad y la asociación entre jugones a una referencia en punta. Aunque el punta canterano realizó un gran primer tiempo, fue otro movimiento táctico acertado del tolosarra.

Los mexicanos trataron de quemar sus naves, pero volvieron a encontrarse con Courtois, el mejor sobre el césped. El Madrid se cerraba, sabedor de que el Pachuca no tiene gran calidad para decidir en espacios cortos, pero el técnico guipuzcoano sufría y puso en liza dos centrocampistas más, Ceballos y Modric, para gobernar mejor la situación. Justo después de su movimiento, entre Huijsen, estupendo en la salida de balón, Vini, Brahim y Valverde, omnipresente, abrocharon un triunfo que Asencio había puesto en duda.

El afortunado tanto de Montiel, cuyo disparo golpeó en Tchouaméni, apenas salvó el honor de los mexicanos, los campeones de la Concacaf que volvieron a caer ante el Madrid, como hace medio año en la final de la Copa Intercontinental.