Las Palmas asalta Montjuic y agua la fiesta del Barça

Y eso que el ambiente era inmejorable, algo que despistó al equipo. Ya fuera por los banderines que poblaron la grada, por el pantalón blanco en homenaje a la primera equipación azulgrana o por la presencia de Cat, nueva mascota del club, pero los culés salieron con el pie cambiado. No estaban tampoco Lamine Yamal y Olmo en el once, ausencias que provocaron un baile de jugadores que Flick resolvió con Gavi como pivote, Fermín en la mediapunta y Pablo Torre en el perfil diestro.

La prueba no salió bien. La presión de los azulgranas en campo contrario no surtió efecto y lo aprovechó Las Palmas, muy valiente, para soltarse la melena y venirse arriba. Los canarios lo hicieron gracias a unas transiciones que han pasado a ser un quebradero de cabeza para Flick, al igual que en su día lo fueron para sus predecesores. Así, Sandro se plantó ante Iñaki Peña y McKenna tuvo en sus botas la posibilidad de abrir el marcador. En ambos casos, la falta de puntería privó a los de Diego Martínez de llevarse un premio tras el buen arranque.

Los dos avisos sirvieron, eso sí, para que el Barça despertara y dejara los festejos para otro momento. Los culés se metieron en el partido como lo vienen haciendo en las últimas décadas de su extensa historia, a través de la pelota. Flick juntó a Gavi, Pedri y Fermín y, por si fuera poco, a dos extremos a pierna cambiada. La pila de futbolistas creativos sirvió para que los culés minimizaran las pérdidas de balón, pero no para generar desequilibrios. El Barça fue un embudo y ni Koundé ni Balde, que se tuvo que retirar conmocionado en camilla tras un golpe con Sandro, sirvieron para ensanchar el campo y mostrar un registro diferente para inquietar a los de Diego Martínez. Apenas Fermín, con un disparo centrado, y Raphinha, con un zurdazo que dio en la madera, probaron a un Cillesen que se fue al descanso con los guantes casi sin estrenar.

Tras la reanudación, Flick acabó con las probaturas. Dio entrada a Lamine Yamal por Pablo Torre y envió a Raphinha a la que este año es su posición natural. El cambio pudo sentar bien al Barça, pero quedó eclipsado por una acción brillante de Sandro. Al exazulgrana se le vio enchufado todo el choque, fue un dolor de muelas y esta vez no falló tras un contragolpe en el que la presión culé falló. Definió abajo ante la salida de Iñaki Peña y puso las alarmas a sonar a toda tralla en el Lluis Companys.

De inmediato, Flick reaccionó con tres nuevos cambios. Entraron Frenkie de Jong, Ferran Torres y Héctor Fort y el Barça pasó a volcar el terreno de juego contra la portería de Las Palmas. Los culés fueron avanzando metros, paso a paso, y hundiendo a un rival al que se le amontonaban más problemas. Pedri estaba ahora más suelto y Raphinha era indetectable en la mediapunta. En una de esas, el brasileño se pudo dar la vuelta sin oposición y se sacó de la chistera un latigazo abajo imparable para Cillesen.

Era un nuevo partido a media hora y el Barça lo iba a empezar mal de nuevo. Un envío en largo lo ganó Fábio Silva con un control prodigioso y lo iba a convertir en gol con un disparo cruzado que iba a silenciar al Lluis Companys. A partir de ahí, los nervios. Los culés lo intentaron por todos los medios, pero Cillesen desbarató todas y cada una de las ocasiones de Lamine Yamal y Raphinha, el jugador más atinado de los de Flick. El Barça ya suma tres partidos seguidos sin ganar en Liga y ve como el Real Madrid está a cuatro puntos con dos partidos menos.