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Isco Alarcón pugna con Cristian Romero en un lance del partido Atalanta-Real Madrid. Reuters
Isco se matricula para los exámenes finales
Análisis

Isco se matricula para los exámenes finales

Tras meses de fricciones con Zidane, el marsellés le alistó por necesidad en la cita clave de Bérgamo y el malagueño fue de los mejores

Ignacio Tylko

Madrid

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Jueves, 25 de febrero 2021, 17:59

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«Tenemos mucho mérito», reivindican los jugadores y el cuerpo técnico del Real Madrid tras completar en Bérgamo un febrero exitoso. Se le enterró de forma prematura tras caer en la Supercopa, la Copa y ante el Levante en Valdebebas, pero está muy vivo, reenganchado a la Liga y con pie y medio en cuartos de final de la Champions merced a cinco victorias seguidas, cuatro de ellas sin encajar goles. No es un equipo brillante, tampoco genera muchas ocasiones, pero sabe llevar los choques a su terreno, se emplea con inteligencia táctica y, sobre todo, se sobrepone al hándicap de afrontar citas clave como la del Atalanta con hasta nueve bajas. Repite Zinedine Zidane la fórmula que le condujo al pasado título en el torneo de la regularidad al encadenar diez victorias a la vuelta del confinamiento. Incluso Thibaut Courtois ganó el trofeo Zamora, logro imposible para un portero blanco desde que Iker Casillas lo alcanzó en el curso 2007-2008.

A falta de indiscutibles como Sergio Ramos, Karim Benzema y Dani Carvajal, sin olvidar a Eden Hazard por mucho que hasta hoy su rendimiento sea muy deficiente, este Real Madrid se emplea con tres premisas: líneas muy juntas, máxima concentración en las vigilancias defensivas y ritmos lentos de juego. No quiere Zidane partidos de ida y vuelta sino bajo la batuta de Luka Modric y Toni Kroos, dos fantásticos y veteranos directores de orquesta. Si logra que el choque se duerma, lo normal es que al final el Real Madrid se imponga por la mayor calidad de sus jugadores en alguna acción aislada o a balón parado.

Ferland Mendy acapara titulares por ese golazo con la derecha que sacó una sonrisa, quizá de incredulidad, a Zinedine Zidane, pero a corto y medio plazo seguramente la mejor noticia es la vuelta al escaparate de Isco Alarcón, que se apunta a los exámenes finales sin pasar por los parciales. Después de la mala relación que han escenificado técnico y jugador este curso, el francés claudicó en una cita clave por necesidad, ya que el banquillo ante el Atalanta lo integraron Mariano junto a chavales del filial. Isco fue de los mejores el tiempo que estuvo en el campo y dejó detalles de calidad como el pase a Vinicius en la primera parte, con el exterior del pie derecho, que el brasileño desperdició.

Sentirse humillado

Titular en las dos últimas finales de las tres Champions consecutivas que el francés ganó, Isco se sentía humillado por su entrenador en los últimos meses. Ante el Levante, con la obligación de remontar, Zizou metió antes en el campo a Arribas. El siguiente episodio clave de este distanciamiento se produjo en Huesca, ya que Isco causó baja en el último entrenamiento antes de viajar por un pinchazo en la espalda. El Madrid estaba en cuadro, solo con Casemiro, Modric y Kroos en el centro del campo. La última fricción se escenificó ante el Getafe. Con Kroos sancionado y Valverde lesionado, el malagueño se olvidó de las molestias y se prestó para al equipo. Pero Zidane cambió hasta de sistema para introducir a Marvin antes que al malagueño. Incluso entró Arribas antes que él.

Obligado por las circunstancias, el marsellés alistó al de Arroyo de la Miel en Bérgamo para realizar una misión parecida a la de Benzema, bajando a recibir y enlazando con el centro del campo. Cumplido el objetivo en el primer asalto, llegaron los parabienes del entrenador. «Hace tiempo que no jugaba tanto y además en una posición que no es suya. Hizo un buen partido y era importante que lo jugara. Es futbolista nuestro y sabemos lo que nos puede dar», dijo Zidane sobre Isco después de la victoria ante el equipo de Gian Piero Gasperini.

Elogios que no han hecho cambiar la idea del jugador de salir del Real Madrid, donde este curso solo ha participado en 598 minutos repartidos en 18 partidos. No pudo irse en el pasado invernal porque no llegó una oferta en condiciones. Tiene contrato hasta 2022 y un sueldo de cinco millones netos por temporada que dificulta su marcha. Tampoco ayuda que el club blanco reclame por su venta en torno a 30 millones. Le desea Julen Lopetegui para su Sevilla. Con el técnico guipuzcoano, brilló en la selección.

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