El Valencia remonta para mantenerle el pulso a la Liga

Enfrente se encontrará al equipo revelación de la presente temporada y que ha sido capaz de sumar un punto más en sus desplazamientos que en los partidos jugados como local del total de 23 que acumula y que le mantienen en la décima plaza de la clasificación.

El equipo valenciano tras conseguir permanecer invicto en las trece primeras jornadas del campeonato, ha perdido tres de sus últimos cuatro encuentros. Cayó a domicilio en los campos del Getafe y del Eibar y en Mestalla ante el Villarreal en el último encuentro antes del parón liguero.

Este no será el primer partido de 2018 para el Valencia, que el pasado miércoles logró un valioso empate a un gol en el choque de ida de los octavos de final de la Copa del Rey en el campo de la UD Las Palmas.

Tras haber recibido un gol del conjunto insular, el conjunto valencianista se vio obligado a dar entrada a tres de los habituales titulares a los que había dado descanso (Parejo, Rodrigo y Guedes) para despertar y lograr el empate.

Esa situación confirmó que le está costando mantener el nivel sin el once tipo. El delantero hispano-brasileño, autor del gol del empate, avisó después que el buen arranque liguero que han tenido hace que los rivales les estudien mucho más y que ante esta situación deben seguir evolucionando, algo que se antoja clave en esta segunda parte de la campaña.

El choque del Girona sí que será el primero que dirija este año Marcelino García Toral, pues el técnico fue 'baja' en el choque en Gran Canaria tras haber sufrido un grave accidente de tráfico el pasado 23 de diciembre que le impidió reincorporarse al trabajo al mismo tiempo que sus jugadores.

El entrenador asturiano se puso al frente del equipo este jueves y lo hizo al mismo tiempo que el primer fichaje de invierno del club valenciano, el delantero Luciano Vietto.

El argentino es la principal novedad de la convocatoria de Marcelino y aunque hace un mes que no juega un partido oficial mantiene un buen tono físico pues ha estado entrenándose con el Atlético de Madrid, club que le ha cedido al Valencia hasta el final de la temporada con una opción de compra para el club de Mestalla.

Volverá después de su lesión Gayà y en cambio, seguirán de baja por tanto el defensa Jeyson Murillo como el centrocampista Carlos Soler. Tampoco podrán estar por sanción Zaza, lo que podría hacer titular a Santi Mina, y Montoya, que dejaría su hueco al joven Nacho Vidal.

Por su parte, después de cerrar un año histórico para la entidad, y a pesar de encontrarse en el décimo lugar de la clasificación, el Girona empieza el 2018 con el único objetivo de asegurar cuanto antes la permanencia. Por este motivo, puntuar en Mestalla sería muy positivo para el equipo rojiblanco, uno de los más fiables como visitante de la competición.

Tras diecisiete jornadas de liga, el Girona ha sumado 12 puntos de los 24 que ha disputado lejos de Montilivi, una cifra que le ha situado tan solo por detrás de Barcelona, Atlético de Madrid, Valencia, Real Madrid y Villarreal.

"Fuera de casa somos un equipo muy fiable, estamos consiguiendo muchos puntos y estamos compitiendo muy bien", ha destacado esta semana Portu, autor de cuatro de los once goles que los gerundenses han marcado como visitantes.

Por detrás del atacante murciano, se espera que Pere Pons y Àlex Granell, que no juegan juntos desde el encuentro contra el Espanyol, vuelvan a ser titulares en el doble pivote.

De hecho, las únicas dudas de la alineación de Machín están en el carril izquierdo, donde Aday Benítez podría ocupar el lugar de un Johan Mojica que se reincorporó tarde a los entrenamientos, y en el eje de la defensa.

En esta posición, el hecho de que Marc Muniesa no haya entrado en la convocatoria a pesar de ya estar recuperado de su lesión, abre la puerta a que Jonás Ramalho o David Timor sean titulares junto a Bernardo Espinosa y Juanpe, que mañana jugará su partido número 50 con el Girona y que está a un paso de la quinta tarjeta amarilla, igual que Aday, Pablo Maffeo y el centrocampista brasileño Douglas Luiz.

El Valencia se reencontró con el triunfo tras dos derrotas consecutivas al imponerse por 2-1 a un consistente Girona en un partido jugado a un buen nivel por parte de ambos conjuntos, muy intenso en la primera mitad y algo más abierto en la reanudación.

Un tanto en propia meta y un penalti permitieron a los valencianistas neutralizar el gol inicial del Girona en un choque en el que ambos equipos jugaron bien al fútbol, dispusieron de ocasiones y demostraron con claridad la esencia de su filosofía futbolística.

La primera mitad fue muy trabajaba por parte de dos equipos con las ideas claras y un esquema de juego muy definido, aunque el equipo catalán empezó mejor que el Valencia.

A los tres minutos, un remate de cabeza de Juanpe obligó a Neto a hacer su única parada del primer periodo y poco después una gran jugada de Mojica por la banda culminó con un buen cabezazo de Portu, que puso el 0-1 en el marcador.

Le costó un poco al Valencia reaccionar, pero pasado el cuarto de hora de juego su dominio pasó a ser insistente ante un rival que se defendía muy bien, por lo que los ataques de un Valencia versátil y con buenos cambios de ritmo no iban acompañados de claridad de cara a puerta.

Pese a ello, una penetración muy peligrosa de Guedes casi a la media hora de juego propició el empate tras un disparo que Ramalho introdujo en propia meta y que premiaba los merecimientos de los locales.

Continuó la misma dinámica, el Girona tuvo una oportunidad por medio de Stuani y el Valencia un par en remates de Paulista y Guedes y el encuentro llegó al descanso en una fase de buen fútbol local y mucho orden defensivo visitante, mientras el público reclamaba penalti en un acción de Bono sobre Rodrigo.

La segunda mitad comenzó con el 2-1 para el Valencia al señalar el árbitro penalti de Maffeo a Gayà, que Parejo transformó sin dar opción a Bono, lo que cambió la dinámica del partido al abrir líneas el Girona y encontrar espacios a la contra el equipo de Marcelino García Toral.

Era el tipo de partido que más le interesaba al Valencia y obligaba al equipo de Pablo Machín a ofrecer una versión algo más ofensiva para buscar el gol ante un rival que se sentía cómodo al contragolpe.

El partido no tenía el ritmo del primer tiempo, pero mantenía el interés por lo ajustado del marcador y por el confianza que unos y otros mostraban en su idea futbolística como arma para conseguir su objetivo.

A medida que pasaban los minutos, el dominio territorial y las ocasiones de gol del Girona aumentaron ante un Valencia más defensivo, centrado en controlar a su rival y en poder sorprenderle.

Con todo ello, el final del encuentro fue trepidante y los puntos se quedaron en Mestalla por donde pasó uno de los equipos más trabajados de lo que han jugado hasta ahora en este estadio.