El Barça sigue desatado y golea al Espanyol

Era un partido extraño, pero el Barcelona este año sabe como nadie adaptarse al medio. Era un día raro porque España sigue con el corazón en un puño, porque, cosas de la vida, el Espanyol visitaba Montjuïc para jugar un derbi y porque los culés tenían mucho que celebrar. Aitana Bonmatí sacó su Balón de Oro, Lamine Yamal el Trofeo Kopa y acto seguido se desató una avalancha contra la portería de Joan García. Y es que los azulgranas no se distrajeron y saltaron al césped con la idea de aprovechar la ola y solventar cuanto antes la papeleta.

Flick contribuyó a la causa con un once en el que solo descansó Koundé de los teóricos titulares y con un planteamiento que avasalló al rival ciudadano. El Barça presionó en campo contrario, asfixió a los pericos y las ocasiones comenzaron a llegar una detrás de otra. Avisaron Lamine Yamal y Dani Olmo con disparos desde fuera del área y el gol llegó casi por inercia después de que el ex del RB Leipzig, muy participativo en el arranque, culminara un pase sensacional con el exterior del flamante Trofeo Kopa.

Fue el inicio de un calvario para el Espanyol. A los de Manolo González no les quedó otra que ceder metros y ver como los golpes empezaban a llegar por todos lados. El dúo Casadó - Pedri se hizo omnipresente. Cada balón que toca el canario mejora el juego, mientras que el canterano muestra cada día un registro nuevo que hace más difícil atisbar su techo. Corre como el que más, roba balones, es intenso, lidera y hasta se anima con pases propios de un mediapunta. Lo hizo dos veces ante el Bayern y el Madrid y repitió con un nuevo regalo al espacio a Raphinha, que definió de vaselina el segundo tanto ante Joan García. No se había levantado el Espanyol cuando la presión azulgrana fructificó y Dani Olmo, que tiene gol en las venas, hizo el tercero desde la frontal del área antes del paso por vestuarios.

Tras la reanudación, el Barça siguió sometiendo al Espanyol. Los culés ensancharon el campo con Lamine Yamal y Balde y supieron generar espacios para que en la zona de tres cuartos aparecieran jugadores como Dani Olmo, Raphinha o incluso Pedri, que se descolgó durante muchos minutos. Pese a ello, los de Flick perdieron mordiente y el germano, poco amigo de los altibajos, aprovechó para dar entrada a Frenkie de Jong y Fermín López. El neerlandés se ubicó en el doble pivote, una posición a la que deberá acostumbrarse, y desde ahí vio como los azulgranas se desajustaban y daban aire a los de Manolo González. El Var anuló un gol de Tejero por fuera de juego, Iñaki Peña solventó un mano a mano ante Puado y finalmente el atacante blanquiazul se sacó la espina tras un centro lateral que recortó distancias.

Flick se desgañitaba desde la banda y su equipo era incapaz de recuperar el control del juego. Puado marcó el tercer gol anulado del Espanyol y cada balón al espacio era una amenaza para una zaga del Barça que, pese a todo, se mantuvo fiel a la trampa del fuera de juego. Ingresó Koundé para ganar frescura en el retroceso defensivo y los culés lograron el equilibrio para llegar sin sobresaltos al pitido final. Los de Flick fueron de más a menos, pero meten presión a un Real Madrid que, con un partido menos, ya está a nueve puntos del líder.