Metamorfosis ofensiva del Atlético en Praga

Simeone realizó una estupenda gestión de minutos, ya que dispone de un elenco de jugadores de un nivel similar, y en su partido 701 en el banquillo atlético celebró el sexto éxito seguido de un conjunto que solo sabe ganar desde que fracasó de forma consecutiva ante el Lille y el Betis. Gran partido de Julián Álvarez, autor de un doblete, igual que hizo Correa en el tramo final, omnipresente Giuliano y soberbio el despliegue como mediocentro de Pablo Barrios.

El colchonero fue un equipo dominante, con empaque, manejo y control de la situación a través del balón, no ese ejército defensivo que suele jugar al fallo del rival. Fue un Atlético muy serio, advertido por los resultados sorprendentes que se han ido registrando con este nuevo formato de Champions que en Europa no cabe relajarse, revitalizado moralmente por su excelente racha de resultados y con seis cambios respecto al choque ante el Alavés y piernas frescas.

Simeone prescindió de inicio de Koke y Griezmann, situó a Julián cerca de Sorloth, blindó la banda derecha con Llorente de lateral y Giuliano de interior y tiró a Gallagher hacia la izquierda en un clásico 4-4-2. De Paul creaba y Pablo Barrios lo barría todo.

A favor de corriente

Jugaron a favor de corriente los colchoneros al ponerse en ventaja en su primera llegada. La Araña se lo guisó y se lo comió. El argentino forzó un golpe franco y lo ejecutó con gran precisión. A partir de ahí, gobierno absoluto de la situación. Sorloth, que aporta mucho con sus controles y su juego de espaldas, no es contundente en la definicióny desperdició una ocasión pintiparada. Se le quedó un poco atrás el pase de Julián, recortó bien, pero lanzó contra el portero.

Realizaba el Atlético largas circulaciones de balón pero le fallaba el último pase para doblar su ventaja. Lo hizo al borde del descanso, tras un centro-chut de Llorente a pierna cambiada que sorprendió a defensa y portero y entró tras amagar el ariete noruego con peinar el balón.

Dio un ligero paso atrás el equipo español tras el descanso, pero no se relajó y así evitó sobresaltos en estos típicos partidos que parecen muy controlados y de pronto cambian con un gol en contra. Amenazó en un par de contragolpes bien llevados antes de que sentenciara Julián, asistido por su socio Giuliano. Instantes antes había entrado Griezmann en lugar de Sorloth. Y el francés selló el cuarto, que armó muy rápido el tiro cruzado con la zurda. El set lo completó Correa, que anotó un par de goles en un vito y no visto. Gran epílogo a la gran noche ofensiva de un Atlético transformado