El Barça se da un homenaje ante el Young Boys

La idea era solventar la papeleta cuanto antes. Con ese objetivo salió el Barça a jugar contra el Young Boys. Flick, consciente de que la nueva Champions no da margen de error, tiró de los teóricos titulares y compuso un once ultraofensivo en el que había primeros espadas como Lewandowski, Pedri, Lamine Yamal o Raphinha. Precisamente, la posición del brasileño, en la mediapunta, fue la gran novedad para dejar su sitio en el extremo a Ferran Torres. Con esa disposición, los culés comenzaron dispuestos a morder desde el inicio. Presionaron en campo contrario, encerraron al equipo suizo y la afición se preparó para una noche plácida.

Y es que el Barça tenía ganas de marcha. Los azulgranas se instalaron rápidamente en campo rival y comenzaron un asedio desde el minuto uno que llevó al Young Boys a ceder metros, uno detrás de otro. Avisó Lamine Yamal con un disparo que blocó Keller y acto seguido una triangulación acabó en los pies de Raphinha para que le regalara el gol a Lewandowski y reflejara en el marcador la realidad tozuda que ya se apreciaba sobre el césped. El Barça era superior por plantilla, por intención y por momento de forma. La mesa estaba servida y los de Flick se preparaban para llenarse de goles y de moral tras los pinchazos de Mónaco y El Sadar.

Y así fue. No hubo reacción del Young Boys y í paciencia de un Barça que incorporó al ataque a los centrales y eso le permitió meter entre líneas a jugadores como Pedri o Casadó. El gol era cuestión de tiempo para los culés, que amasaban la pelota casi con un 80% y aculaban cada vez más al equipo rival. Ferran Torres probó fortuna con un disparo que salió centrado a las manos de Keller y los tantos llegaron casi por aplastamiento. Raphinha hizo el segundo tras un rechace en el área y antes del descanso Iñigo Martínez, de cabeza tras un centro de Pedri, hizo el tercero para tranquilidad de Flick, que iba a poder hacer rotaciones en la segunda mitad.

Tras la reanudación el Barça quería más. Los goles cuentan, y mucho, en el nuevo formato de la Champions, así que Flick optó por no hacer cambios e instó a los suyos a que atacaran. Dicho y hecho. Nada más salir del vestuario Iñigo Martínez descolgó un saque de esquina y Lewandowski remató a placer sobre la línea de gol el cuarto tanto. Fue un clavo más en el ataúd de un Young Boys incapaz de cortar la sangría. Tanto es así que Rahmen optó por fortalecer al equipo suizo con más defensas para aminorar daños.

La goleada y el paso de los minutos hizo que el Barça levantara el pie del acelerador, algo que Flick no quería que ocurriera bajo ningún concepto. El técnico germano quería el quinto e introdujo cambios para renovar la energía de los suyos y del Lluis Companys. Entraron Héctor Fort, Pau Víctor y, bajo una gran ovación, Ansu Fati y Frenkie de Jong. Al neerlandés se le pudo ver cómodo en la medular, mientras que el ex del Brighton empezó en el centro del campo y acabó sin demasiada participación en el extremo, desde donde vio cómo un centro de Balde se envenenaba tras tocarlo Camara y servía para cerrar el marcador. Triunfo importante del Barcelona para escalar puestos en Champions y para recuperar sensaciones tras el pinchazo en El Sadar.