Alemania también gana cuando aburre

Tuvieron sus opciones los magiares. A los treinta segundos, Kimmich casi le regala un gol a Sallai, al que se le anuló otro en la prolongación de la primera mitad por claro fuera de juego. Lo pitó el asistente y lo confirmó el VAR. Un libre directo de Szoboszlai hizo volar a Neuer, que igualó a Buffon como el portero con más partidos en una Eurocopa (17), y Mittelstädt se vio obligado a bloquear un disparo de Bolla. No le faltaba valentía a Hungría, pero sí la calidad que le sobra a Alemania.

En cuanto los germanos subían mínimamente la velocidad de circulación de balón, entraban por zonas centrales como cuchillo en mantequilla. De eso debe estar hecho Orban, a pesar de su importante envergadura. En el minuto 22, el defensa húngaro del Leipzig se fue al suelo tras una pequeña carga de Gündogan, dejando el balón muerto en la frontal del área pequeña. Ilkay, más vivo, le regaló el gol a Musiala, que la puso en la red tras dos pequeños toques en defensores húngaros. Lo volvió a hacer en la prolongación de la primera mitad, pero esta vez por fuera. Latigazo desde el borde del área que pegó en el lateral de la red, pero por fuera.

En la segunda mitad, el repertorio ofensivo de Hungría ya se redujo a un triste remate de cabeza de Varga. Y nada más. Argumento muy pobre para que los anfitriones subieran de marcha. Sin hacerlo, doblaron la distancia en el 67. Buena internada de Mittelstädt por su banda, centro y remate de Gündogan con el pie izquierdo. Lo bueno de Alemania es que te mete un gol sin darse cuenta. Lo malo es que no siempre va a jugar contra Escocia y Hungría. Victoria y aburrimiento en Stuttgart de la anfitriona.