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Drogba posa durante la entrevista YOKOHAMA
Drogba: «Lo que logré por mi país como hombre fue mucho más importante que ganar la Copa de África»
Entrevista

Drogba: «Lo que logré por mi país como hombre fue mucho más importante que ganar la Copa de África»

El costamarfileño, recién retirado, repasa una carrera de éxitos deportivos aunque se le recuerda más en su país por un discurso que paró la guerra civil

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Martes, 4 de diciembre 2018, 09:13

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Didier Drogba, uno de los mejores delanteros de este siglo, es ahora un hombre tranquilo, feliz tras decidir colgar las botas a los 40 años (Abiyán, 1978) tras una carrera exitosa. No sólo en lo deportivo, ya que adquirió condición de héroe nacional en Costa de Marfil por detener una guerra. Aún es recordado su discurso en plena celebración nacional cuando, en plena guerra civil con más de 4.000 muertos en tres años de conflicto, se había clasificado para un Mundial. 'Didi' convirtió aquel momento emotivo es uno trascendental para la historia de Costa de Marfil.

Arrodillado y rodeado por todos los jugadores -de etnias muy diversas- de la selección, se dirigió a la cámara de la televisión nacional, y solicitó: «Ciudadanos de Costa de Marfil, del norte, sur, este y oeste, os pedimos de rodillas que os perdonéis los unos a los otros. Perdonad. Perdonad. Un gran país como el nuestro no puede rendirse al caos. Dejad vuestras armas y organizad unas elecciones libres». Una semana después de aquel gesto, los dos bandos acordaron un cese al fuego que fue el inicio del fin de la guerra.

Drogba, en el homenaje que recibió en Abidjan en 2007
Drogba, en el homenaje que recibió en Abidjan en 2007 REUTERS

Aquel suceso cambió para siempre a un Drogba que de niño emigró a Francia donde hizo carrera en el Levallois, Le Mans, Guingamp y Olympique de Marsella. De allí saltó al Chelsea a donde regresó tras un breve paso por el Shanghái Shenhua y Galatasaray. Apostó por la MLS (Montreal Impact) para antes de hacer sus últimos goles en el fútbol norteamericano con el Phoenix Rising FC en la USL, donde además de ser co-propuietario ayudó a lograr el primer trofeo de la historia: la Conferencia oeste.

Ahora sigue viajando porque es embajador del Chelsea y de uno de sus patrocinadores, Yokohama Tyres. Nos atiende en Madrid, mientras su ex compañero y amigo Paulo Ferreira espera que rememore grandes momentos de la historia del club, como aquella noche en Múnich de 2012 cuando lograron la 'orejona' en una final de Champions ante el Bayern cuando nadie daba un euro por ellos.

«En Múnich podrían haber estado jugando cuatro días seguidos contra nosotros que nunca nos hubiesen ganado aquella final de Champions»

Embajador de la ONU, con un gran corazón que le hace ser un miembro activo en la igualdad social (construyó un hospital para niños enfermos en la ciudad en la que nació y tuvo que escapar con 5 años) no sólo en su país. No rehúye ninguna pregunta. No teme a nada...

-P. ¿Cómo es su nueva vida después del fútbol? ¿Da vértigo terminar una carrera deportiva?

-R. Estoy bien, feliz. No ha sido duro porque he tenido una carrera suficientemente larga para disfrutar. Era mi sueño de niño y una parte de eso muere, por lo que es algo complicado, que entristece pero ahora he decidido que no quiero más de esto ya, puedo retirarme y dedicarme a otra cosa. Es más llevadero porque sé a dónde voy, lo que me espera y eso es más fácil. Creo que cuando te retiras necesitas saber qué vas a hacer, tener una idea de dos o tres cosas a las que puedes dedicarte en tu vida porque en caso contrario si puede ser problemático. No para un futbolista, para cualquier persona que para tras años dedicado a una profesión que ama.

-P. Y ha elegido ser embajador del Chelsea y de Yokohama Tyres...

-R. Sí, es una gran opción (ríe) que asumo con un gran honor. Para mí representar a uno de los patrocinadores de este club en el que he vivido tantas cosas, del que tengo tantos recuerdos, es perfecto.

Instante en el que el cabezazo de Drogba supera a Neuer
Instante en el que el cabezazo de Drogba supera a Neuer

-P. De todos esos recuerdos, ¿el más inolvidable es Múnich?

-R. Sí, es especial. Todo lo que pasó alrededor del partido, jugar allí contra el Bayern... La verdad es que no sé cuántas veces ha pasado que se juegue una final en el estadio de uno de los equipos que luchan por el título, pero revivirlo es emocionante. Marcar allí delante de nuestros fans que tenían alrededor todos aquellos aficionados del Bayern, que fuera en los últimos minutos en nuestro único córner cuando ellos habían tenido 18, anotar en la única opción que tienes... Fue una locura.

«Le dije a Mata, meses antes la final: 'Tienes que hacer que gane la Champions'. Y él me miraba diciendo, 'No, no. Tú eres el que tienes que hacerlo'. No amigo, yo lo llevo intentando desde hace 8 años. Quizá tú eres ese que lo conseguirá. Fue él quien sacó el córner allí y marqué el gol. Es una historia bonita»

-P. Habla de ese saque de esquina. Sé la respuesta pero tengo que hacerle la pregunta... ¿Cuántas veces habían ensayado aquel córner en Cobham con Juan Mata?

-R. (Ríe) Mire, a veces las cosas son mucho más fáciles cuando tienes alguien como el 'Maestro' (por Juan Mata) en el campo. Le llamábamos 'Maestro' por su pie izquierdo, su visión, su elegancia como persona. Es algo en lo que todo el mundo está de acuerdo conmigo. Es un tío increíble y le dije, meses antes de jugar la final: «Tienes que hacer que gane la Champions League'. Y él me miraba diciendo, 'No, no. Tú eres el que tienes que hacerlo'. No amigo, yo lo llevo intentando desde hace 8 años. Quizá tú eres ese que lo conseguirá. Fue él quien sacó el córner allí y marqué el gol. Es una historia bonita.

Drogba y Mata celebran el gol de córner marcado en la final de la Champions 2012.
Drogba y Mata celebran el gol de córner marcado en la final de la Champions 2012. REUTERS

-P. A veces creemos que todo está muy estudiado pero a veces funciona el instinto...

-R. Sí, en aquel momento fue algo instintivo. La gente dice: vaya cabezazo, vaya balón.... Si el centro no está puesto con esa velocidad, nunca podría haberla cabeceado así donde entró. Fue posible por ese toque de calidad.

-P. La verdad es que fue un pequeño milagro porque fueron inferiores al Bayern y al Barça en semifinales.

-R. (Ríe y gesticula) Tú estabas allí, ya lo viste. Pero no creo que nosotros jugáramos peor que ellos. Hicimos lo que podíamos hacer en aquel momento. En Múnich teníamos sancionados a Ivanovic y Terry, jugó Bertrand que venía del filial, David Luiz y Cahill jugaron con una pierna (Ferreira calentó con los titulares porque ambos eran duda), Malouda estaba tocado... Es la final de la Champions. ¿Cómo vas a jugar? ¿Abierto contra un equipo que tiene a Robben, Ribery, Mario Gómez, Muller, Schweinsteiger...? No, tienes que ser listo. Quizá no fue nuestro mejor partido pero defendimos bien, de manera inteligente para tener opciones hasta el final.

Drogba, tras su gol en semifinales al Barcelona en Stamford Bridge
Drogba, tras su gol en semifinales al Barcelona en Stamford Bridge

-P. Usted fue el héroe con el gol y el último penalti pero pudo ser villano unos minutos antes cuando cometió un penalti. Lo mismo que en el Camp Nou...

-R. A veces intentas ayudar y eso se vuelve contra ti (dice algo ruborizado). Yo estaba tratando de ayudar, creo que mostraba muchas cosas positivas pero claro que no soy un defensor natural (aunque siendo niño era lateral). Con mi ímpetu hice penalti pero Petr estuvo espectacular, salvo ese y luego otros dos en la tanda para que yo tuviera la posibilidad de meter el último. Quizá no fue suerte, son esos momentos en tu carrera que ves que un equipo tiene una capacidad para superar los fallos de cualquiera para lograr el objetivo.

-P. No tuvo tanta suerte en la Copa de África, la perdió dos veces (2006 y 2012) y una desde el punto de penalti. ¿Fue el momento más complicado de su carrera?

-R. ¿Sabes lo que creo? Que aquello (el penalti fallado) y lo de Moscú fueron una buena lección. En Moscú, antes de expulsarme, rematé al palo con 1-1. Si la bola hubiese ido dentro, el héroe sería yo. Cuando no es tu momento, da igual lo que hagas que no estará para ti. No va a suceder, no va a caer de tu lado. Y en el momento que quizá lo esperas menos, que nadie cree, está tu opción. Por ejemplo, ante el Bayern en el Allianz. Aquel día ellos podrían haber estado jugando cuatro días seguidos contra nosotros que nunca nos hubiesen ganado. De verdad, nunca nos hubiesen ganado. Te das cuentas después, no en el campo. Cuando te sientas, repasas en tu cabeza lo sucedido: todas las finales que has jugado y cómo fueron, eres consciente de ello.

«Fue una gran oportunidad para mí lanzar un mensaje porque todo el mundo estaba viendo la televisión, muy emocionados porque habíamos conseguido clasificarnos para el Mundial por primera vez (luego repetirían en 2010 y 2014). Era el momento perfecto para hacerlo pero no podía imaginar que tendría aquel efecto»

-P. Usted en su país es mucho más que un futbolista. Es una de las personas más determinantes del país, sobre todo desde aquel 'speech' en el vestuario cuando habían logrado la clasificación para el Mundial de Alemania en 2005.

-R. Lo que logré por mi país como hombre fue mucho más importante que haber ganado la Copa de África. Claro que estuve decepcionado en la final de 2012, porque perdimos y encima fallé aquel penalti y sentía que hubiese sido una gran alegría para mi país. Pero sentir que ayudé de otra forma me hace sentir en paz con mi país. En aquel momento, cuando me senté en el suelo y dije aquellas palabras no imaginaba la transcendencia que iba a tener. No crees que va a ser un mensaje que se convertirá en global. Yo lo hice por mi gente, por mis compañeros, porque me dolía ver lo que estaba pasando. Nosotros sabíamos que teníamos que aprender a vivir juntos, aunque uno fuera del norte, otro del sur, del este...

En el equipo cada uno era de una parte pero luchábamos y ganábamos juntos. Llegamos a la cima trabajando juntos. En mi país no se hablaban unos con los otros pero lo único momento que les unía, les concedía un descanso, era cuando la selección jugaba. Fue una gran oportunidad para mí lanzar un mensaje porque todo el mundo estaba viendo la televisión, muy emocionados porque habíamos conseguido clasificarnos para el Mundial por primera vez (luego repetirían en 2010 y 2014). Era el momento perfecto para hacerlo pero no podía imaginar que tendría aquel efecto (la ONU le nombró embajador de buena voluntad y la Revista Time le consideró uno de 100 más influyentes del mundo en 2010).

-P. Usted insiste que el fútbol influye mucho más allá de lo que pasa en el césped...

-R. Por supuesto. Fútbol es el embajador número 1 para la paz. Es el deporte más popular del mundo. Allá donde vayas el fútbol siempre está ahí, une a la gente y disfruta con él.

Drogba, con niños de su país en uno de los programas sociales que lidera
Drogba, con niños de su país en uno de los programas sociales que lidera

-P. ¿Es de los que piensa que debe devolver parte de lo que le ha dado el fútbol a la sociedad?

-R. Sí, muchos lo creemos. El otro día hablaba con Juan (Mata) de 'Common Goal' (movimiento que surgió para inspirar a la industria del fútbol a donar el 1% de sus ganancias a organizaciones de todo el mundo que usan el fútbol para lograr cambios reales en la sociedad) de la importancia de estas acciones y del trabajo que hace Naciones Unidas. Mucha gente dice que ganamos mucho dinero pero no lo hemos robado, trabajamos y se nos paga por ello. No es un trabajo igual de duro que el de una persona que va a una fábrica cada mañana pero también es duro en muchas cosas hasta que llegas a ese nivel top. A veces son carreras de un año. Hay otros que tienen una más larga como yo, que he tenido la suerte de estar 20 años, aunque mira cómo está mi cuerpo. Cuando empiezas a jugar no lo haces pensando en que serás profesional y ganarás dinero, sino en disfrutar de tu pasión.

«Mi padre no quería que yo jugara al fútbol, le parecía que eso no era una profesión real. Deseaba que yo fuera otra cosa: profesor, doctor o algo que ayudase a los demás. Para él eso era un trabajo que valía la pena. Cuando cumples tu sueño, intentas disfrutar del momento, aprovechar la situación para ayudar a otros»

-P. Y usted lo ha podido hacer...

-R. La pasión me hizo llegar hasta ahí. Mi padre no quería que yo jugara al fútbol, le parecía que eso no era una profesión real. Deseaba que yo fuera otra cosa: profesor, doctor o algo que ayudase a los demás. Para él eso era un trabajo que valía la pena. Cuando cumples tu sueño, intentas disfrutar del momento, aprovechar la situación para ayudar a otros. Cuando la gente te muestra cariño y están en unas condiciones peores que tú, debes intentar ayudarles. Aunque sea con una sonrisa. Porque ellos te animan, te gritan y siempre te apoyan. Y eso es importante para ellos. Lo he visto y lo he vivido. Yo no puedo ir andando por la calle y ver un chico enfermo o que está sufriendo sin pararme para ayudarle. Es la manera que me criaron mis padres. Para mí es imposible comportarme de otra manera.

-P. Alrededor del fútbol también vemos cosas malas...

-R. (Interrumpe) También hay partes malas en el periodismo, ¿no?

Drogba, con el redactor Rodrigo Errasti, al finalizar la entrevista
Drogba, con el redactor Rodrigo Errasti, al finalizar la entrevista YOKOHAMA

-P. Por supuesto, pero no tenemos tanto tiempo como para charlar de ello ahora. Iba a hablarle de la final de la Libertadores, que por los incidentes se va a jugar en Madrid.

-R. Es triste. ¿Quién está sufriendo más con esto? Los primeros, los aficionados esos que siempre están animando pero que ahora se quedan sin ver a su equipo por el comportamiento de unos pocos. Y además la imagen del país es muy mala (siendo pequeño le regalaron una camiseta de Maradona tras el Mundial 1986 que guarda con cariño). Mover la final es una decisión complicada pero sobre todo es triste.

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