Visita del Covirán al Coliseum con el orgullo por montera

Llegan los rojinegros a la cita ante el colista en un momento de desazón, ante la casi certeza de la pérdida de categoría, y con la necesidad de encontrar la motivación necesaria para que el final liguero no se haga demasiado largo. Para ello, la visita al Coliseum de La Coruña resulta al menos propicia para poder sacar un triunfo que permita que las matemáticas sigan dejando la puerta abierta a obrar un nuevo milagro que, sin duda, supera ya en dificultad, y por bastante, los logrados por los rojinegros en las dos temporadas precedentes.

Con escasas novedades en el amplísimo parte de bajas –la única novedad podría ser la vuelta de Sergi García, sobre la que Pablo Pin no se mostró muy optimista en la rueda de prensa previa al duelo–, el Covirán tendrá como primer objetivo en la visita a la ciudad herculina no caer al último puesto de la tabla. La victoria por 80-77 mediado el mes de noviembre en el Palacio de los Deportes resultó agónica para el equipo granadino, que si repite resultado prácticamente sentenciará a los gallegos a ocupar el 'farolillo rojo' cuando termine la competición, al tiempo que ampliará siquiera en un pequeño porcentaje sus escasas opciones de salvación.

Empero, un tropiezo en el Coliseum coruñés, plaza de toros reconvertida a cancha de baloncesto –como ya sucediera en la Copa del Rey de 2016– cercenaría definitivamente las opciones granadinas y, de producirse por una diferencia mayor a tres puntos, enviaría a los de Pablo Pin al último puesto en la tabla. La cruda realidad de ambos equipos –muy especialmente el local–, es que la salvación ya es quimérica, pero el orgullo de tratar de evitar la última plaza de la clasificación se pondrá hoy sobre la mesa en un duelo al que ninguno hubiera querido llegar en la situación actual cuando comenzó el curso.

Sin jugar

Comparecerá el Covirán en el duelo tras dos partidos, ante La Laguna Tenerife y Barça, en los que ha competido con honores pero con la sensación de que ambos rivales acabaron derrotándole cuándo y cómo quisieron en cuanto pisaron un poquito un acelerador que parece inalcanzable ya para la escuadra rojinegra. De ahí que el encuentro de esta vigesimoctava jornada de la Liga Endesa sea una mejor vara de medir, por darse ante un rival de parecido potencial al del Covirán. Será la hora de calibrar si la vislumbrada mejoría ante laguneros y culés fue tal o simplemente fruto de la cierta displicencia con la que dos rivales superiores afrontaron el encuentro ante un conjunto mermado en lo físico y lo anímico.

Por su parte, el Leyma Coruña recibe al Covirán tras no jugar el pasado fin de semana, toda vez que su visita al Casademont Zaragoza quedó aplazada hasta el 30 de abril por motivo de la disputada, en la capital maña, de la novedosa 'Final Six' de la Euroliga femenina. Sin bajas confirmadas, el francés Thomas Heurtel –12'9 puntos y 9 asistencias por partido– será una vez más la principal duda del técnico Diego Epifanio. El galo, que acabó en La Coruña tras su fallido regreso al Barça, arrastra desde hace semanas unos problemas de rodilla que apenas le permiten entrenar con el grupo, resultando su participación una incógnita prácticamente cada fin de semana.

Lo que está claro es que se enfrentan las dos peores dinámicas de la Liga Endesa. Ocho derrotas consecutivas acumula el Covirán, desdibujado desde la plaga de lesiones que le azotó tras el parón de la Copa del Rey y la escasa capacidad de reacción que esta temporada ha mostrado en el mercado. Peor aún suena el balance coruñés más reciente, con cinco tropiezos enlazados, catorce en sus últimos quince compromisos. Una serie inasumible para pensar en una permanencia, como lo es que los de Epifanio hayan encajado al menos 98 puntos en siete de sus ocho partidos más recientes –ante el Hiopos Lleida 'solo' permitieron 84 y lograron ganar–.

No será hora taurina ni de lejos, pero desde luego, en el Coliseum toca ponerse al menos el orgullo por montera. La cruda realidad no da para mucho más.