Visconti y Ubal fueron la raya en el agua de un partido para olvidar

Pocas conclusiones positivas se pueden extraer del mediocre rendimiento del Covirán Granada en la cancha del Dreamland Gran Canaria, donde quizá lo más destacado del plantel rojinegro fue la actuación individual de dos jugadores que ya resultaron decisivos en la remontada frente al Baxi Manresa: Agustín Ubal y Riccardo Visconti.

El uruguayo parece ya totalmente recuperado de la lesión de rodilla que se produjo en el Martín Carpena de Málaga y que le tuvo algo más de un mes fuera de la actividad competitiva. Sin ser un dechado de virtudes técnicas, tiene dos cualidades, el físico y la actitud, que le hacen ser un jugador muy capaz de vivir en la elite, especialmente si sigue dando pasos al frente en su juego. Su energía es contagiosa y, en un partido en el que poco se puede destacar a nivel actitudinal de las huestes de Pablo Pin, el trabajo del charrúa, que acabó con 13 puntos y 3 rebotes, lució incluso más de lo normal.

Mientras, el italiano está siendo una sorpresa agradable en las últimas citas del Covirán. Se podría decir de él casi todo lo contrario de Ubal, pues tiene clase y una gran amenaza exterior, pero muchísimas limitaciones físicas para el primer nivel europeo, lo que probablemente le ha condicionado tras ser señalado años atrás como uno de los principales proyectos de futuro en su país.

Tras su papel crucial para ganar al Baxi, Visconti firmó en Gran Canaria sus mejores números: 15 puntos, con 3 triples y 60% de efectividad cuando hasta ahora estaba irregular (26'9% antes del choque) en su gran especialidad. El transalpino está mostrando un hambre que, en el contexto del Covirán, es de muy de apreciar.

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