El temor de Pin que volvió a darse en el segundo cuarto
El técnico había pedido «evitar que los minutos malos fueran muy malos», pero el escenario volvió a repetirse en Vitoria
Durante su rueda de prensa previa al viaje a Vitoria, Pablo Pin había pedido a su equipo tratar de conseguir que sus «minutos malos no ... fueran muy malos». Y es que está siendo demasiado habitual para los rojinegros que, cuando les llegan las vacas flacas, sufran parciales que, en muchos casos, han sido definitivos para los partidos, especialmente a domicilio. Así le sucedió en el horrible inicio en Lugo, o en la recta final de los terceros cuartos en Badalona o Bilbao, tras volver a gran nivel del descanso.
Y aunque bien es cierto que es posible que el viaje a Vitoria no sea el mejor termómetro para medir una mejoría en ese aspecto, pues los aluviones ofensivos del Baskonia están siendo moneda de uso habitual este curso –en hasta tres partidos de la Euroliga los de Joan Peñarroya han anotado al menos 114 puntos, un auténtico disparate–, lo cierto es que el temido escenario por Pin volvió darse esta vez.
Había arrancado el Covirán valiente (3-12), quizá aprovechando la lógica relajación local por la falta de 'glamour' del rival. De hecho, compitió con presteza todo ese primer cuarto (22-19), ganó el tercero (23-24) y hasta que flaquearon las fuerzas –la incomprensible descalificación de Lluís Costa dejó a Alex Renfroe exhausto al final del encuentro–, también dio la cara en el último.
Sin embargo, esta vez el segundo cuarto se convirtió en una auténtica lacra para los rojinegros y, de hecho, en la fractura definitiva del partido. Llegó ahí el temido huracán de los Zurbano, desatados desde el triple –seis en ese cuarto, con un 60% de acierto–, con el Covirán más empeñado en igualar en ataque lo imposible que en tratar de limitar en defensa el potencial local.
No le dolieron prendas a Pin en admitir lo evidente tras el partido. «Hemos perdido toda la intensidad en el segundo cuarto. Nos han metido 34 puntos y hemos acabado ese cuarto con una falta», lamentó. Reiteró que es «algo que ha pasado más veces y que tenemos que trabajar», antes de poner el dedo en la llaga sobre otro problema que urge resolver: los 0 rebotes de Ndoye. Mejoría leve, pero insuficiente.
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