El sueño sigue en pie por un milagro llamado Williams-Goss
Exitoso fin a una temporada complejísima ·
El Covirán prolonga su estancia en ACB en otro día para el recuerdo del deporte granadino sellado con la remontada final del Real MadridLa victoria del Covirán ante el Joventut pasa ya indiscutiblemente al libro de recuerdos dorados del baloncesto de la ciudad. Tuvo que llegar precisamente en ... el día del cumpleaños del presidente Óscar Fernández-Arenas el tercer triunfo consecutivo, que rubrica un epílogo alucinante en lo que parecía imposible justo dos semanas antes, tras aquel 14-30 en el primer cuarto ante el Casademont Zaragoza.
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Pero tan compleja estaba la permanencia entonces como lo estuvo ayer mismo a apenas dos minutos del final. Pese a que el Covirán ya había encarrilado la remontada ante la 'Penya', ganaba entonces el Betis en el Wizink Center por 70-77, tras dominar toda la segunda parte, mientras las especulaciones sobre la actitud del Real Madrid se disparaban en un Palacio de los Deportes engalanado como nunca con 8.000 camisetas rojas que, en todo caso, nunca perdió la fe.
Se aferraba la grada a un milagro, como aquel de John Williams en 1998 con un 'coast-to-coast' legendario ante el Ciudad de Huelva. O a la remontada en 1991 del Puleva del heroico John Ebelling en La Casilla de Bilbao. También estuvo presente de algún modo el espíritu de Pops Mensah-Bonsu, que pareció sacar varios balones del aro granadino en canastas a priori fáciles del Joventut, como hiciera en 2008 ante el Baskonia. Se pedía una ayuda casi divina que llegara desde la capital, donde el Betis tenia en la palma de la mano ser el verdugo granadino en el fratricida duelo andaluz.
Fue un invitado sorpresa, de nombre Nigel Williams-Goss y base del Real Madrid, el que forjó la epopeya. El estadounidense anotó, en esos dos últimos minutos, los 9 puntos blancos para firmar la remontada que desataba la fiesta en el Palacio. Y abrochó el asunto con el tapón final sobre el triple de Jean Montero que hubiera supuesto un jarro de agua fría gigantesco.
Tal fue la emoción desatada en el recinto del Zaidín, memorable para los que celebraron el triunfo del campeón de la Euroliga cuando aún coleaba el partido del Covirán, que en cierto modo el base de Oregón ya pasa a la leyenda del baloncesto granadino. Quien vivió esa explosión en el Palacio de los Deportes no podrá olvidarla jamás. Seguro.
Ha sido una temporada sufrida como pocas, pero que supuso un aprendizaje forzoso y casi a la carrera para un club ambicioso y poco acostumbrado a lidiar con las malas noticias. Este año ha sido un máster en ello, pues no han sido pocas. Pero también sobrevivió el Covirán a ellas. Granada sigue en ACB, pese a todo.
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