Una derrota digerible para el Covirán
Las rotaciones pasan factura por primera vez en una actuación menos coral ante el Baskonia
La derrota del Covirán con el Baskonia en el Palacio dejó una sensación entre la oportunidad perdida y la satisfacción por el trabajo bien hecho, ... digerible ante un rival de Euroliga y por solo dos puntos, que no empaña la dinámica positiva de juego del equipo nazarí. Además, los tropiezos de Girona y Breogán mantuvieron el descenso lejos de los granadinos, que pusieron contra las cuerdas al conjunto vitoriano, algo que refuerza su mentalidad de cara al difícil compromiso en Lleida.
El Covirán empezó muy bien y también acabó casi perfecto ante un Baskonia irregular, titubeante, al que le pesó la forma absurda en la que cedió el triunfo ante la Virtus de Bolonia. Casi se le repite la historia en el Palacio, cuando Rousselle robó un balón para empatar o ganar un partido que ya tenían en los bolsillos los alaveses. Los árbitros no se percataron, además, del incorrecto saque de banda final de Forrets al estrellar y saltar a pista desde dentro, algo que debiera haberle dado a los rojinegros la pelota y una posesión de tres segundos. Tampoco observaron una antideportiva a Wiley que reclamó todo el pabellón... El caso fue que el Covirán tuvo una gran ocasión para lograr la serie histórica de cuatro éxitos seguidos. Dominó por diez puntos y, con todo en contra y prácticamente decidido, endosó un parcial de 10-2 final al Baskonia que a punto estuvo de llevarle a la remontada.
Al Covirán le pasaron factura las rotaciones. Es la primera vez que la supuesta segunda unidad no funciona, cuando eso fue el valor principal en los triunfos sobre Leyma Coruña, Río Breogán y Joventut. La aportación de los teóricos suplentes bajó el nivel y, en especial, se acusó en ataque, con mayor dificultad para anotar en un día que, además, los tiradores Bamforth y Clavell no estuvieron inspirados. La renta que lograron Rousselle, Ubal, Valtonen, Noua y Wiley se esfumó con los cambios, en una actuación menos coral que nunca. Los relevos no respondieron como acostumbran, aunque Pablo Pin clavó una lanza a su favor al apuntar que no era justo «señalarles» porque fueron cruciales otras veces.
El Baskonia tiene mucha calidad pero apenas seis hombres básicos –procedentes de la NBA y el Mónaco, finalista de Euroliga– a los que exprime Pablo Laso. Pin, mientras, cuenta con los doce jugadores pero su quinteto titular –que parece definido en las últimas citas– rayó mejor. Ubal anuló a Howard durante todo el primer tiempo, con Clavell y Bamforth en segundo plano, y también Sergi García dejó más rato la batuta en manos de Rousselle al perder frescura y forma por su lesión.
Quien resulta imprescindible en estos momentos es Wiley. Impulsó al despegue inicial y fue clave en la reacción del final, a pesar de que en el poste bajo y el rebote hubo muchos problemas en algunas fases del choque, sobre todo en el fatídico tercer cuarto.
Pin defiende a los suplentes
«El quinteto inicial funcionó muy bien y hubo otros jugadores que saliendo del banquillo no funcionaron, pero es que el nivel físico que impone el Baskonia no es nuestro nivel físico real; por eso ellos son un equipo de Euroliga, creado para eso», apuntó Pin en defensa de los suplentes. «Lógicamente recibimos parciales en contra con los cambios, pero tengo claro que este equipo es mi familia. No diré que estos jugadores son mis hijos porque no hay tanta diferencia de edad, pero estoy con ellos el día que juegan bien y el que no, tanto el día que las meten como el que no. No es justo centrar las culpas sobre unos jugadores a los que hace unos días se les iba a poner una rotonda aquí al lado», comentó.
El entrenador consideró que el Baskonia «generó más ventajas en los unos contra unos puros que en los bloqueos directos», en alusión a que decidió la calidad individual. «En esta liga la mayoría de los equipos juega más el bloqueo directo, y ahí estuvimos bien y debemos seguir en esa línea», anotó.
Pese a la sensación de perder una clara oportunidad de sumar y distanciarse, Pin estimó que su equipo «ha crecido». «Vi a los jugadores jodidos por perder contra un rival de Euroliga, y eso es una buena base para seguir construyendo. Ni por ganarle a Joventut éramos los Lakers de los 80, ni ahora unos paquetes y hay que echar al entrenador», ironizó. Por último, se refirió al valor de Amine Noua: «Será el 'cuatro' de la liga que más poste bajo juega, es generoso, y, aunque tenemos que jugar de forma colectiva, se le busca cuando es necesario».
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