«Aquí hay mucho que agradecerle a Pin»
Estreno ·
Pablo Laso debuta en España con el Bayern en una ciudad que le trae recuerdos de todo tipoEs curioso que en su reciente biografía, 'Ganar para contarlo', Granada sea una de las localidades más nombradas por Pablo Laso. El técnico del Bayern ... de Múnich explica los motivos a IDEAL de su intensa relación la ciudad en la que se sienta, por primera vez en España, en el banquillo bávaro.
–¿Tan clave fue Granada para su primer fichaje por el Madrid?
–Es que en 1995, cuando ganamos aquí la Copa con el Baskonia y yo fui MVP, me acuerdo de que me crucé en un pasillo con Pedro Ferrándiz –histórico entrenador y leyenda blanca–, la misma noche en que les eliminamos en semifinales. Nos conocíamos hacía muchos años y medio en broma, como era él, que había que conocerle, me tocó casi sin pararse y me dijo: «¿vas a seguir muchos años en el equipo del pueblo?». Sin ningún tono despectivo a Vitoria, eh, que quede claro, pero quería decir, «tienes que venir al Madrid». Me hizo gracia, por cómo lo dijo. Y a los pocos meses, fiché por el Madrid.
–Su último recuerdo es peor, en la Copa de 2021.
–Sí, porque llegamos a la Copa habiendo jugado 12 o 13 partidos el mes anterior, un poco con el gancho. Pero competimos muy bien: ganamos al Breogán en un buen partido, luego la semifinal… y en la final fuimos dominando al Barcelona pero acabamos perdiendo. Al entrar en el vestuario, tras el partido, tuve la sensación, por primera vez en los once años del Madrid, de que estábamos muertos. A nivel físico y psíquico. Habíamos hecho un esfuerzo enorme por ganar la Copa pero ese mes previo de tanto desgaste nos había fundido. Nos costó mucho recuperarnos y salir de ahí, pero acabamos jugando la final de la Euroliga y siendo campeones de Liga, lo que habla muy bien de los chicos, por cómo fueron capaces de darle la vuelta a una situación jodida. Cuando entré en el vestuario no veía cómo sacarlo hacia adelante. Ya sabemos que nadie valora a quien queda segundo, aunque yo sí lo haga. Sabía que nos podía pasar factura, aunque luego nos recuperamos.
–¿Siendo entrenador del Madrid siguió los avatares locales?
–Pues sí, bastante. Es que soy un poco 'friki' y siempre decía, probablemente por la relación que tenía, por haber jugado aquí muchas veces, que Granada necesitaba el baloncesto, porque lo ha tenido casi siempre. Se han vivido muchos altibajos, pero creo que eso se demostró en el final de la temporada pasada. Yo lo viví por televisión, pero noté cómo la gente vibraba con lo que pasaba, con la salvación. Creo que todo el mundo debería valorar lo que ha hecho Pablo Pin por el baloncesto en esta ciudad. No por ganar partidos, sino por tener una identidad. Ahora mismo es un club y una ciudad que transmiten ilusión y me mola ver eso.
–Doce años en el cargo, de Nacional a ACB.
–¡Por eso digo que hay mucho que agradecerle, aunque cuando pierda le pongáis a parir! (risas). Ser entrenador es difícil, pero tienes que aceptar eso. A mí me gustó mucho cómo llevó el equipo el año pasado: tenía un estilo diferente y empezó ganando. Cuando empezaron los problemas, las lesiones, el equipo se fue cayendo, pero él seguía trabajando. Y sinceramente, hubo momentos que yo veía al Covirán y… no podía ganar. Pero acabaron muy bien. Si Granada ahora mismo tiene baloncesto de elite es en gran parte gracias a su trabajo.
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