Multitud de aficionados en Córdoba muestran ganas de ver al fin a su equipo
Nutrida representación de seguidores rojinegros en el primer partido abierto al público de los de Ramón Díaz
Por mucho que el Eurobasket pueda estar saciando un poco el hambre, la importante presencia de seguidores del Covirán y el Unicaja en Córdoba no ... deja lugar a dudas de que ambas aficiones tienen ganas de baloncesto, lo que reabre en cierto modo el debate sobre esta nueva moda de jugar las pretemporadas, casi al completo, a puerta cerrada. Desde bastante más de una hora antes del inicio del encuentro, resultaba complicado encontrar una plaza de aparcamiento junto al Palacio Vista Alegre de la ciudad califal, por mucho que haya un par de grandes zonas a tal efecto justo al lado de la instalación. El motivo se encontraba fácil, con la marea de camisetas rojinegras y verdes que por allí pululaban.
Los varios centenares de aficionados desplazados desde Granada para la Copa Andalucía, que se ubicaron principalmente detrás del banquillo de los suyos, no tardaron en ilusionarse con el alto ritmo de juego de su equipo que, pese a las rápidas faltas de Speight y Hankins, acertó con sus seis primeros intentos triples –luego solo lo hizo con dos de los once siguientes–, dejando muestra evidente de la que será una de las marcas registradas del proyecto de Ramón Díaz, debutante al fin con el club de su vida en un duelo abierto al público. Eso sí, su equipo aún tiene mucho margen de recorrido en el rebote defensivo, donde tuvo un agujero en varios momentos del encuentro, permitiendo a los malagueños segundas opciones. También en el balance defensivo, pues el Unicaja fue capaz de castigarlo en diferentes ocasiones, anotando a los pocos segundos de haber encajado o reboteado.
Pinta a ser este Covirán un equipo de sangre caliente, como sin duda lo es Díaz, intenso en el banquillo, casi siempre pidiendo ritmo y velocidad a los suyos. Compitió con honores ante un Unicaja que acabó poniendo las cosas en su sitio y revalidando el título, pero al que no le valió ir con el freno de mano echado ante un rival con buenos detalles de Thomas, Kljajic o Speight pero aún con mucho por desarrollar, especialmente con un Zach Hankins muy perdido de momento para lo importante que ha de ser.
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