El mensaje rojinegro llega con veinticuatro horas de retraso sobre el previsto

Quizá por ello, Jonathan Rousselle, cocapitán del Covirán en esta temporada junto a Pere Tomàs, lanzó una petición a sus compañeros antes del duelo ante el Leyma Coruña. «¡Vamos a mandar un mensaje de cara a la liga!», soltó el francés en el corrillo previo al duelo de los de Pablo Pin frente a los gallegos. El galo alertaba de la relevancia de un partido sin peso clasificatorio pero en el que se podía marcar cierta distancia ante quien puede ser un rival directo por la permanencia. Sin embargo, el sábado fueron los de la ciudad herculina los que dejaron claro en Armilla que no han llegado de paso a la Liga Endesa. Quien albergara dudas al respecto, las disipó.

Salió por tanto el plantel granadino ante el Flamengo herido en su orgullo, con el deseo de competir a buen nivel, por mucha pretemporada que fuera. Muy activo en defensa, donde debería encontrar su principal punto de mejora respecto a la flacidez del curso previo, no tardó en marcar distancias ante los brasileños, verdugos por cierto del Leyma Coruña el viernes, en el inicio del triangular. Con un 18-4 en apenas siete minutos, el Covirán dejó claro que, aunque lo más importante en la primera quincena de septiembre no sea el resultado, esta vez no tocaban sustos. El 'enganchón' de Gian Clavell con el 'Taya' Gallizzi, subcampeón del mundo con Argentina en 2019, lo dejó claro. Amistoso, sí, pero sin concesiones.

Quizá el equipo rojinegro no vaya a ser un huracán ofensivo esta campaña –aunque si la energía de Wiley o Rousselle coincide en minutos con el acierto de exterior de Bamforth y Clavell tendrá mucho ganado– y por ello será clave, más que nunca, que sea un grupo compacto y sin fisuras atrás. En ello se está afanando Pablo Pin en esta preparación, consciente de que el Covirán, Rubén Guerrero aparte, no es tampoco un equipo grande, por lo que la actividad de piernas será fundamental en el camino hacia una nueva permanencia en la elite del baloncesto nacional.

Fue en esa intensidad y hambre defensiva donde construyó el equipo granadino un triunfo solvente ante el Flamengo, con rachas de buen juego y acierto de cara al aro. Sin Sergi García, con molestias en el abductor –el granadino Rafa García fue convocado, pero apenas jugó los tres últimos minutos–, el Covirán logró mandar ese mensaje que anhelaba veinticuatro horas antes. Por delante, tres amistosos para lanzar señales antes de un inicio de temporada exigente para las huestes de Pablo Pin, ni más ni menos que con Barça y Unicaja como rivales en las dos primeras jornadas.