
Jacob Wiley | Jugador del Covirán Granada
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Jacob Wiley | Jugador del Covirán Granada
«Contra el Joventut no hubo igualdad arbitral con nuestros contactos»Gorro, 'crocs' con calcetines y una camiseta que reza 'Mamba mentality' –'mentalidad Mamba' en castellano– en honor a Kobe Bryant. El aura que desprende Jacob ... Wiley (Newport, Estados Unidos, 1994) antes de una sesión de trabajo en el gimnasio no cabe en los cerca de 9.000 asientos que pueblan el Palacio de Deportes. El 'center' del Covirán afronta cada pregunta con mentalidad ganadora, algo que transmite a sus compañeros y a la grada con cada grito de furia sobre la pista. Una energía a la altura de su 'outfit' tan NBA.
–Hace un día de perros. ¿Cómo se encuentra?
–Bueno, lo hace para los granadinos. Procedo de un lugar en Estados Unidos donde llueve y hiela a menudo. En comparación, esto es el paraíso –ríe–. Toca arrancar una nueva semana de trabajo y concentrarnos de cara al Girona. Es un parido extremadamente importante para nosotros.
–Lucharon hasta el final frente al Joventut, pero se escapó el triunfo.
–Sí, siento que es la tónica de nuestra temporada. Creo que de los equipos que han perdido partidos como nosotros, no hay ninguno que compita mejor. Los rivales que vienen a jugar a Granada sufren. Hemos tenido últimos cuartos donde no hemos sabido cómo remontar o cómo cerrar la victoria. En otros sí lo hicimos, pero claramente necesitamos mejorar en esa faceta.
–¿Se sienten frustrados por ello?
–Por supuesto. Este equipo trabaja muy duro. Empujamos todos juntos y aportamos, pero a veces el baloncesto te da la espalda. Por eso tengo mucha más fe en la segunda mitad del campeonato. Según mi experiencia en Liga Endesa, las tornas acaban cambiando.
–En Badalona sufrieron un parcial negativo de 22-2. ¿Qué pasó?
–Ellos se reajustaron. En mi opinión, las faltas y sus mejores jugadores nos metieron en problemas. Se nos agotó la gasolina a falta de siete u ocho minutos para el final, que es justamente cuando tienes que subir una marcha más.
–Da la sensación de que podrían llevar más victorias si hubiesen controlado pequeños detalles.
–Esta competición es de alto nivel. Para ganar tienes que firmar partidos muy completos. No puedes venirte abajo dos o tres minutos. Considero que es lo que nos pasa. Cuajamos 35 minutos excelentes y luego nos viene un bajón con el que regalamos diez puntos. Ves el marcador y perdemos de bastante, pero en realidad estuvimos metidos en el encuentro todo el tiempo. Sufrimos momentos malos de los que no nos recuperamos a tiempo.
–Encadenan ya dos meses sin vencer a domicilio. ¿Notan fuera una presión extra?
–No lo sé por parte de todo el grupo, pero yo siempre siento presión en cada partido, incluso si se juega en casa. Cada uno de ellos importa. Fíjese, derrotamos al Joventut en nuestra cancha. ¿Por qué no en la suya? De hecho, pareció que podíamos hacerlo en el tramo final. Son un gran equipo y es difícil que cedan como locales, pero estuvimos cerca. Ahí es donde tenemos que poner el foco, en volver a ganar lejos de Granada.
–¿Echan en falta algo cuando compiten como visitantes?
–Bueno, cuando juegas en casa siempre tienes más energía y más confianza. Nuestra identidad tiene mucho que ver con lo enérgico. Si el ritmo crece, lo hacemos realmente bien. Además, el público juega un papel fundamental. A domicilio no lo tienes de tu lado y no puedes retroalimentarte de él. Supone una gran diferencia.
–Pin se mostró muy crítico con los árbitros sobre la diferencia de tiros libres señalados a cada conjunto. ¿Suscribe sus palabras?
–Quedamos decepcionados con el arbitraje del partido. Sentimos que no hubo igualdad. El Joventut tiene una plantilla muy física a la que se le permitió el contacto en la pista. Por otro lado, a nosotros apenas ninguno. Yo me frustré porque nos señalaron infracciones completamente desproporcionadas. Con lo difícil que es derrotar a un rival como ese, si los árbitros permiten ciertas cosas todo se hace aún más cuesta arriba.
–Ustedes mostraron un acierto notable del 81% con los tiros libres, pero dispusieron únicamente de 27 por los 39 de su rival. ¿Fue crucial?
–Por supuesto. Los tiros libres son importantes. Se trata de puntos fáciles para aumentar el marcador. Encima, Joventut tiene buenos lanzadores. Resulta complicado vencer fuera de casa a un contrario que acude más que tú a la línea a tirar.
–Iban por delante entonces en el marcador. No sé si considera esa desigualdad como la principal causa de su derrota.
–No quiero decir que lo fuera, pero desde luego que nos impidió remontar. Sobre todo, en el último cuarto. Nos sacaron faltas y nos metieron en bonus. Con cada contacto, tiros libres. Y tiros libres. Y más tiros libres. Es duro.
–¿El equipo se siente menospreciado por los árbitros?
–La gente nos lo dice fuera. 'Oye, no os respetan'. Mi círculo ve los partidos y luego me llama, y me lo repite. Siempre intento pensar en otra cosa, porque si no acabas volviéndote loco. Nunca me pitaron tantas faltas en mi carrera como este curso. Es frustrante, pero tampoco creo que no nos respeten. Si jugamos un buen baloncesto, podemos ganar. No importa el resto.
–Los jugadores hablan mucho con los árbitros durante los partidos. ¿Qué se dicen?
–Siempre intento mantenerme respetuoso con ellos. Si me pitan algo con lo que no concuerdo, siempre les voy a preguntar qué hice. Para aprender mi error y no volverlo a cometer. El problema de la liga está en aquellos jugadores que simulan y hacen 'flopping' para sacar faltas que no son. Arbitrar es una labor complicado y la respeto.
–¿Crees que declaraciones como la de vuestro técnico os pueden pasar factura a la larga?
–Te arriesgas a ello. También cuando te tomas alguna decisión a lo personal o reaccionas demasiado emocional en la pista. Al final, el baloncesto es un deporte de emociones. Hay mucha tensión durante los partidos, pero hay que intentar no frustrarse para que no te penalicen.
–El sábado reciben al Girona, todo un rival directo por la permanencia.
–Estoy muy concentrado en nuestro objetivo. Es uno de esos partidos por los que juegas a baloncesto. Hay que demostrar cosas y saber sufrir en este tipo de duelos. Son guerras. Espero un encuentro alocado. El equipo está preparado para afrontarlo y Pablo –Pin, el míster– tiene un plan para ganar. Lo cogemos con confianza, puesto que ya lo hicimos en su cancha. ¡Y de 30 puntos! Podemos lograrlo.
–¿Lo toman como una final?
–Sí y no. Ambos nos situamos al final de la clasificación, así que es como una final. Pero luego el campeonato cambia mucho en un mes, por lo que hay que encarar cada jornada del mismo modo. Cada jornada es una final.
–Vienen de derrotar en casa al Barça y a Unicaja...
–Lo sabemos, así como que lo han pasado mal como visitantes. Perdieron en Zaragoza. Fuera de casa juegan diferente, como cualquiera. Aun así, tendremos que dar nuestra mejor versión y hacerles sufrir en el Palacio. Aquí, gane o pierda, todos los rivales tienen que sufrir. Tenemos que competir, presionar, robar balones, ser agresivos en los bloqueos o tirar a canasta con confianza. Así somos muy dinámicos y peligrosos.
–Este año hay muchos equipos metidos abajo. La lucha por evitar el descenso será dura.
–Ya lo he vivido. Milité en equipos con los que gané ocho de nueve partidos para salvarnos. Ahora no será distinto, pero tenemos guerreros experimentados en el equipo con los que afrontarla.
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