Los incrédulos se pierden el mejor cierre del curso

Resultaría difícil explicarle a las decenas de espectadores que abandonaron el Palacio de los Deportes a la conclusión del tercer cuarto para cruzar al Nuevo Los Cármenes y asistir al Granada-Elche cómo fue el desenlace del duelo entre el Covirán y el Baxi Manresa. Durante treinta minutos, la sensación en el Zaidín fue la de que el duelo estaba totalmente controlado por los catalanes. Cada apretón visitante ponía contra las cuerdas a un equipo granadino que parecía encaminarse a la décima derrota consecutiva del curso.

Quizá por ello, cuando concluyó el tercer periodo y los del Bages mantenían una ventaja de 60 a 68, un buen puñado de aficionados locales cambiaron de deporte, esperanzados en encontrar más regocijo en el balompié. Pero lo cierto es que el Covirán se las apañó para firmar un 26-12, en lo que de facto fue su mejor último cuarto de toda la temporada, para voltear el partido ante un rival que, quizá, le faltó un tanto el respeto a un plantel claramente encaminado al descenso, pero no falto de orgullo.

Con un quinteto menos talentoso pero hambriento, con el carácter de Ubal y Visconti prendiendo la mecha, los de Pablo Pin lograron darle una pequeña alegría a su afición. Los menos crédulos, eso sí, se la perdieron.

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