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Ramón Díaz posa sonriente, es un joven embajador del baloncesto granadino en los banquillos de América, de México a Canadá hasta las puertas de la NBA. Pepe Marín

Ramón Díaz · Entrenador de baloncesto

A las puertas de la NBA
«Es muy importante estar preparado en el momento adecuado»

Carrera de éxito en el banquillo ·

El técnico granadino triunfa en México de la mano de Sergio Valdeolmillos y ahora en Canadá, y elogia a Pin y Óscar Fernández

Martes, 10 de junio 2025, 20:39

El entrenador granadino Ramón Díaz hizo las maletas junto a Sergio Valdeolmillos para triunfar en México, con la selección y Capitanes. Ha competido en la NBAG League y ahora dirigirá al equipo U19 de Canadá en el Mundial a final de mes. Se baraja para el banquillo absoluto de los canadienses.

–Me han dicho que empezó de jugador, pero que tenía más tamaño que talento...

–Era mal jugador, ja, ja, ja. Yo he jugado en todas las categorías del antiguo CB Granada, desde infantil a Liga EBA. También en equipos andaluces en Primera Nacional, logré algún ascenso a EBA, pero vi que no iba a jugar baloncesto profesional y decidí empezar a entrenar. Entonces Óscar Fernández-Arenas nos dio la oportunidad a muchos entrenadores jóvenes de ese momento, como Pablo Pin o Miguel Zapata, que está en Alemania, o, en mi caso, ahora mismo por América.

–Pero su padrino es Sergio Valdeolmillos, ¿es necesario tenerlo para alcanzar el éxito?

–Así es. Óscar es la primera persona que se fija en nosotros, entreno en las categorías inferiores del CB Granada hasta que desaparece, cuando nace el Fundación. Sergio entra en el Ramón y Cajal femenino y me reclama. Ese verano lo llaman de México para ser seleccionador, me voy con él de asistente y mi vida cambia para siempre.

–¿Estamos ante la mejor hornada de entrenadores granadinos?

–Somos muchos, sí. Álex Nieto también trabajaba conmigo en México, EN un proyecto que teníamos con la federación. Hay técnicos muy buenos y jóvenes granadinos.

–Más que jugadores...

–Es cierto, tenemos que intentar que todo el baloncesto granadino siga creciendo. Nosotros tuvimos la suerte de que nos ayudaron algunas personas de manera individual, como a mi Sergio me ayudó muchísimo. Me gustaría no solo triunfar, sino dejar un legado en Granada de cómo podemos arropar a los entrenadores jóvenes. Pablo y yo tenemos ahí unas ideas que a ver si en los próximos meses o años somos capaces de ponerlas en práctica. La figura del padrino es importante cien por cien, no solo porque te dé la oportunidad en el momento, sino para que también sea mentor, esa persona de confianza en los momentos difíciles, que está ahí para escucharte y darte un buen consejo. Porque ellos han vivido en sus pieles situaciones parecidas, la voz de la experiencia te ayuda mucho.

–¿Supo estar en el sitio idóneo en el instante adecuado, de ahí alcanzar la élite tan rápido?

–Uno no sabe cómo es el camino. Cuando tengo la oportunidad de poder dar charlas sobre las oportunidades, sobre la toma de decisiones fuera de lo que es el baloncesto, siempre digo que los trenes pasan pocas veces en la vida y hay que saber cuándo subirse. Creo que me subí al tren correcto, y en el momento perfecto, gracias a que lo comandaba Sergio Valdeolmillos, un gran amigo y mentor, aunque después también tienes que hacer tu trabajo. Suena muy fácil, y somos un poco críticos con nosotros mismos, para decir qué suerte ha tenido Ramón. Es verdad, la tuve, pero luego fueron doce años de mucho sacrificio, estoy a más de 10.000 kilómetros de casa, dejar aquí a la familia en un primer momento, no ver a tus padres, amigos, te pierdes muchas situaciones familiares, es duro...

–¿El baloncesto mejicano va paralelo a su progreso personal?

–Esa fue una de las grandes sorpresas que me llevé cuando llegué a México, me encontré un baloncesto de alto nivel, con Gustavo Ayón, Jorge Gutiérrez, Paco Cruz, de NBAy carrera increíble en Europa, Juan Toscano-Anderson, que ha llegado a ganar un anillo... A Sergio se le considera el mejor entrenador de la historia de México, el haber estado ligado a todo esto me impulsa y crea oportunidades profesionales, fue emocionante ser querido y ovacionado cuando me despedí del Capitanes en Ciudad de México, me han dado mucho.

–Aunque sea injusto, ¿no cree que el trabajo del entrenador sólo se reconoce cuando hay resultados en forma de victorias y ese fue su caso hasta la fecha?

–Como bien dice, los resultados marcan la carrera de un entrenador. Puedes hacer un gran trabajo, pero si no contiene buenos resultados, al final los guarismos son los que te marcan. En esa primera etapa que desarrollé con la selección mexicana, los resultados fueron súper positivos, entonces todos los equipos se fijaron aún más en nosotros. Yo tuve que dirigir en algún momento a la selección por cuestión puntual. Sergio estuvo aquí también dirigiendo en ACB, y no se le permitía en ese momento poder dirigir al tiempo la ventana FIBA, entonces lo hice yo, toda esa exposición que tuve me ayudó a dar el salto a Capitanes. Y una vez que fiché allí quedó un proyecto completamente nuevo. Los dos primeros años fuimos subcampeones de liga. Entonces eso también fue un 'boom' en México, se empezó a hablar mucho de mí, también de Capitanes, nos metimos en la Final Four de lo que es la Euroliga de América en el tercer año, y de ahí dimos el salto a lo que es la NBA G League, que es la segunda liga de la NBA, la de desarrollo.

–Se lo ha currado a tope... y coincide en la rampa ascendente del baloncesto mejicano hacia la NBA... ¿viento a favor?

–Estoy de acuerdo. Creo que es muy importante estar preparado en el momento adecuado. Como joven, hay que prepararse de la mejor manera posible, y cuando llegue el tren, agarrarlo como dicen en México, vas adquiriendo con el día a día muchas cosas, madurando como entrenador y persona, a partir de ahí es lucha y sacrificio para conseguir los objetivos y el sueño que te marcas, yo quería ser entrenador de baloncesto profesional y lo he conseguido, ya he triunfado en mi vida con ello, todo lo que venga va a ser un extra, por eso quiero disfrutar de mi día a día al máximo.

–¿La G League será una experiencia muy interesante, no?

–Es una competición un poco extraña. En Europa se ve de jugadores de mucho talento, pero una liga un poco desorganizada, es un poco cierto, pero está en un crecimiento increíble, el 50% de los jugadores en cancha NBA disputaron como mínimo un partido de G League, de ahí su nivel e importancia dentro de la NBA. Cada vez más la usan para que esos jugadores jóvenes, los que no tienen los minutos que deberían tener en la NBA, puedan tenerlos en la G League, y a partir de ahí sigan su plan de desarrollo, para entrar a corto plazo en la NBA. Para mí es una competición muy bonita, con un baloncesto rápido, espectacular, en la tendencia en la que el baloncesto moderno se está llevando, con equipos como Valencia y Unicaja, que a todos nos encanta ver, de transiciones ofensivas muy rápidas, tiros en pocos segundos, va por ese camino.

–¿Se asemeja a la competición universitaria pero con más nivel? Imagino que en su plantilla, y en los rivales, predominan chicos como Jean Montero, con mucho futuro por delante, de calidad y no más de 23 años.

–Digamos que ese es el modelo normal de cualquier equipo de G League, jugadores que han terminado la Liga Universitaria, que no tienen muchos minutos en la NBA y jóvenes. En nuestro caso en particular, como no teníamos un equipo en la NBA, una franquicia, sí que mezclábamos a veces jóvenes con algunos de experiencia, que se habían salido de la rueda pero querían volver, para intentar así ser competitivos. Yo hablo mucho de uno en concreto, que se llama David Jones, otro chico dominicano, que va a ser el siguiente Jean Montero.

–¿Cómo surge Canadá y conoce a Jordi Fernández (primer español en banquillo NBA)?

–Yo a Jordi no lo conocía absolutamente de nada, bueno, lo conocía como entrenador, por lo que leía de él y su carrera meteórica a la NBA, pero cuando Capitanes pasa de la Liga Nacional Mexicana a la G League, lo contacto para que me pueda dar consejos y conocer un poco mejor todo. Le escribí y me encontré detrás de ese teléfono a una persona increíble, desde el segundo uno intentó ayudarme en todo, de pasarme información a enseñarme cosas que yo hacía en los clubes en los que había estado anteriormente, consejos a la hora de construir el equipo, de cómo enfocar los entrenamientos, en el 'training camp', que es un espacio muy corto de tiempo si lo comparas con el baloncesto FIBA, me sorprendió cómo se abrió conmigo sin conocerme. A partir de estas conversaciones con él, empezamos a generar una relación laboral bastante buena, coincidíamos perfectamente en la filosofía deportiva y empecé a usar muchos de sus conceptos de juego. Y me llama cuando estaba en Canadá y dice que buscan entrenador para la selección U18, para intentar extrapolar toda la forma de juego que tenemos de la selección absoluta a las categorías inferiores, a la U19, U18 y U17. Me dice, conoces el estilo, lo has puesto en práctica, serías la persona adecuada. De ahí pasé al proceso de elección con la Federación de Canadá, con muchísimas entrevistas, incluso con David Blatt. Ese fue el inicio de la aventura canadiense, y el bronce del Campeonato América nos clasificamos para el Mundial U19.

–De lujo.

–No me considero un buenísimo entrenador, pero sí un trabajador incansable, trato de empaparme de todo para intentar después transmitirlo, soy el mismo Ramón de hace 15 años que entrenaba a los cadetes en Granada, con más conocimiento quizá pero con la misma humildad.

–Un ídolo en México como Valdeolmillos...

–Han sido ocho años increíbles. Nunca había soñado una despedida de Capitanes así, coreando mi nombre 15.00 personas y con un pasillo. Le debo mucho a México de lo que soy, a esa afición... los entrenadores, los jugadores, los clubes, no somos nadie sin ella, sin su cariño. Creo que hay que tener fuerza para irse cuanto cabe cerrar el círculo, y si es positivo, mucho mejor. Mejor irte con buen sabor de boca, con posibilidad de volver, y que no tengas que salir por la puerta de atrás. Mi objetivo y reto actual es estar más cerquita de la NBA, el siguiente paso es estar en torno a ella.

–¿Le da un mensaje ahí a Pablo Pin, se le queda pequeño el banquillo del Covirán?

–Me parece muy injusto el poco reconocimiento a Pablo, y no lo digo porque sea mi amigo, es el único entrenador en la historia del baloncesto español que ha conseguido ir de Primera Nacional a la ACB en trece años, y mantenerse tres temporadas con uno de los peores presupuestos de la ACB, es muy injusto, por él y por Óscar, no reconocer que, sin ellos, no hubiéramos disfrutado de baloncesto ACB, de la élite.

–Ese cainismo también lo sufrió Valdeolmillos... ¿'Malafollá'?

–Ja, ja, ja. Granada, por medios, está en una situación real de ser de los últimos de la máxima categoría y de los primeros de la segunda, y seguro que por mucho tiempo. ¿Dónde están las instituciones privadas y públicas, el aficionado dispuesto a pagar un abono de mayor precio?, es muy complicado tirar así para arriba.

–Estuvo en la Final a Cuatro de la Primera FEB.

–Sí, es una división cada vez más exigente, por Estudiantes, Obradoiro..., equipos de fuerte inversión económica. Basta mirar al róster de jugadores ACB del Betis. El banquillo del Covirán para mí no es pequeño, entre mis sueños está entrenar al Granada en ACBalguna vez en la vida, pero no es el momento.

–Si se va Pin, ¿usted le daría la oportunidad a 'Zamo', Arturo Ruiz, Pecile..., gente de casa?

–Por qué no, conmigo Valdeolmillos fue valiente, apostaron por un tío joven y trabajador, a veces hay que hacerlo, tomar riesgos. También se necesitan profesionales de fuera, un director deportivo, me consta que Óscar busca a la persona adecuada.

–¿Vendrá con bastón?

–No, espero que no, les escucharé antes, seguro, ja, ja.

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