El terremoto rojinegro no cesa: Jacob Wiley también se va del equipo

Dentro de esa nefasta vorágine en la que ha entrado el Covirán, el último en abandonar la nave rojinegra es Jacob Wiley. El club sorprendió en la mañana de ayer anunciando la marcha del norteamericano con pasaporte normacedonio, que había sido adelantada por 'Relevo', «por motivos personales que le impiden continuar en la dinámica del conjunto».

Wiley deja así al equipo granadino es un momento muy delicado y después de perderse los últimos partidos del cuadro que dirige Pablo Pin. Su despedida fue, casualmente, en la victoria ante el Bàsquet Girona, la última de los rojinegros hasta la fecha, allá por el uno de febrero. Entonces, el californiano sufrió una lesión en la fascia plantar del pie, dolorosa patología de la que fue incluso infiltrado al descanso para concluir como pudo un partido en el que el Covirán logró su último triunfo hasta la fecha. Tras ello, se sometió a una intervención quirúrgica para reparar una antigua lesión en la mano justo antes de la visita al Buesa Arena de Vitoria y del parón por la Copa del Rey y la 'ventana FIBA'.

Lenta recuperación

La rehabilitación quirúrgica de Wiley siguió los plazos establecidos, pero a partir del duelo ante el UCAM, primero tras el parón, fue el dolor en el pie el que le mantuvo ausente en las citas ante los murcianos, el Unicaja y el Hiopos Lleida. En el club eran conscientes de que la fascitis plantar es una lesión con la que es difícil prever plazos de recuperación –y así los expresaron en todo momento en sus declaraciones públicas–, pero confiaban en que el interior pudiera recuperarse a tiempo, si no ya para el duelo frente al UCAM, sí para el del pasado domingo, capital para la permanencia, ante el cuadro catalán. Sin embargo, la tórpida evolución de la lesión en su pie no ha ayudado a que el jugador, pura energía sobre la cancha y que necesita sentir máxima seguridad sobre su estado físico, se haya visto en condiciones de volver. Por ello, y dada la complejísima situación que afronta el equipo rojinegro, el jugador estadounidense ha acabado pidiendo salir de su disciplina por los motivos estrictamente personales que la entidad recogía en su comunicado.

Con alfileres

De ese modo, la situación del vestuario rojinegro se torna aún más delicada para afrontar, con escasísimo margen de error, las once jornadas que restan de la Liga Endesa. Las lesiones han afectado severamente la línea de flotación del equipo de Pablo Pin que, ya sin Wiley, tuvo como baja el domingo a Gian Clavell (cirugía abdominal) y Agustín Ubal (rodilla), mientras que Pere Tomàs y Sergi García no pudieron terminar el encuentro frente al Hiopos Lleida, algo que sí pudo hacer un Scott Bamforth que también actuó visiblemente lesionado y cuya participación en Bilbao este domingo es, como poco, seria duda, en la misma línea que la de los dos baleares. Anteriormente, Eggar Vicedo dejó el equipo con la misma lesión en el pie que ha tenido Jacob Wiley y que, indirectamente, ha resultado un factor clave en su salida final del Covirán.

La única 'buena noticia' de la baja del americano es que el equipo granadino vuelve al mercado. Con el juego interior en pañales –Bezhanishvili no ofrece muchas garantías–, toca volver a buscar refuerzos. Los necesita, sin duda.