Entrevista exclusiva
Elias Valtonen y el partido de su vidaEl alero del Covirán atiende a IDEAL horas después de su exhibición ante Serbia, crucial para mantener a Finlandia en el Eurobasket
Cuatro minutos por delante en un Riga Arena repleto de aficionados finlandeses. El cuadro escandinavo da la cara ante la gran favorita a ganar el ... Eurobasket, la Serbia de Svetislav Pesic. La presencia de Nikola Jokic, probablemente el mejor jugador del mundo, amedrenta a cualquiera, mucho más cuando se le rodea de tanto talento. De pronto, el inmenso pívot de los Denver Nuggets comete su cuarta falta personal. Y la descarada Finlandia encuentra su camino hacia un improbable éxito a través de un secundario. Los focos apuntan a otro NBA, Lauri Markkanen, o a ese irreverente joven llamado Mikka Muurinen. Pero de pronto, todo el juego finés empieza a pasar por Elias Valtonen. El plan es claro: hay que atacar a Jokic.
Una penetración, en la que el serbio ya deja claro que no va a cometer la quinta de momento. Una asistencia para suspensión de Markkanen. Llega el primer triple, consciente de que Jokic no saldrá tan lejos a defenderle. Acto seguido, un rebote ofensivo con dos puntos más para Finlandia. Y el triple para todos los tiempos, que clava una daga final en el corazón balcánico y echa del torneo al indiscutible favorito. Elias Valtonen es el héroe del partido. Como con aquel tapón ante Nico Brussino, pero ahora con repercusión planetaria. «Es una sensación muy buena», acepta, antes de guardar silencio y emocionarse. «Mi madre estaba en la grada… me escribió tras el partido. Mi hermano escribiéndome también cosas que no puedo decir...Muy bonito. También estaba mi padre, allí en el cielo… Esto es por lo que jugamos», explica con los ojos vidriosos. «Fue algo muy grande para mí», no esconde, lejos de la típica frialdad del norte.
El alero del Covirán atiende a IDEAL en la mañana posterior a sus tres minutos dorados, por los que toda Europa habla de él. «Apenas he podido dormir. Fue un partido emocionante, excitante, súper divertido de jugar. ¿Qué puedo decir? Es increíble lo que siento», arranca el alero de 26 años. «Desde luego, estos son los momentos con los que sueñas cuando eres niño. Me siento muy orgulloso de representar a Finlandia y jugar este tipo de partidos. Lo normal sería pensar que nos iríamos para casa, pero aquí seguimos y queremos hacer algo realmente grande», avisa, como lo lleva haciendo unos años su selección. «En el último Eurobasket llegamos también a cuartos, allí perdimos con España. En este, no habíamos jugado muy bien los dos últimos partidos, ante Lituania y Alemania, pero seguíamos creyendo que podíamos alcanzar los cuartos o las semifinales. Seguía siendo nuestra meta porque esos son el tipo de logros que queremos. Obviamente esta es una gran victoria, pero queremos mejorar lo que hicimos en el último Eurobasket», prosigue.
Pero, más allá de las emociones, hay que hincarle el bisturí a esos minutos que ya forman parte del imaginario colectivo del baloncesto del Viejo Continente. Esos cuatro minutos ya inolvidables. «Solo pensé en que el plan de partido pasaba por atacar a Jokic y él me estaba defendiendo así que… era mi turno», sonríe. «Si querían ponerle a defenderme yo tenía que intentar que algo pasara. Así que simplemente traté de abrirme y de ser más agresivo de lo que había sido hasta entonces en el torneo. En ese momento la oportunidad se presentó y… tuvimos éxito como equipo», agradece. La cuarta falta de Jokic, por supuesto, redobló la apuesta por él. «Sí, tal cual. Claro, le querían mantener en la cancha, lógicamente protegiéndose, como haría cualquier jugador así, porque es el momento en el que hay que tirar de experiencia. Nuestro banquillo y los compañeros lo vieron claro, era nuestra oportunidad. Y por suerte, funcionó», abunda. Vaya si lo hizo, con esos dos diez puntos casi consecutivos y el triple que ponía un 81-87 casi imposible para los serbios, como se acabó demostrando (86-92).
Verano
Cuando sea que acabe el Eurobasket, Valtonen volverá a Granada para un tercer curso como rojinegro. Lo hará mostrando su gran compromiso con el proyecto, después de esperar paciente a que se resolviera la categoría dónde jugarían los de Ramón Díaz en un verano muy «extraño» para el finlandés. «Tenía un contrato, pero quería saber qué iba a pasar. En primer lugar, cuando el Betis ganó la 'Final Four' pensé que subirían sin problema, la verdad. Luego enseguida me dijeron que no estaba muy claro, que disfrutara del verano y que me dirían algo en cuanto supieran más. Así que, cuando crecía la opción de que no subieran, fue difícil estar tranquilo. Quería saber qué iba a pasar, estaba muy nervioso para que llegara la fecha final. Una semana, otra más… Por suerte, todo salió bien para nosotros», recupera. Lógicamente, en ese lapso temporal, el alero recibió el interés de rivales del Covirán. «Mis agentes hablaron con varios equipos, pero no hubo nada concreto porque estábamos esperando a que se resolviera la situación», confirma. De ese modo, volverá a ser uno de los líderes del nuevo proyecto rojinegro, ya con Ramón Díaz a los mandos. «Me gusta, la verdad. He hablado con jugadores del año pasado y el cuerpo técnico y me dicen que hay un gran ambiente, lo cual es realmente importante», valora sobre la plantilla construida, mientras asegura estar «deseando volver a Granada para empezar a trabajar y con ganas de que tengamos una gran temporada».
El de Eura habla con orgullo de la ciudad de la Alhambra, como la afición rojinegra presumió de él tras su partidazo frente a Serbia, recordando el club en el que jugaba esa estrella de, hasta entonces, perfil bajo en Europa. «Eso me hace feliz, porque realmente siento que pertenezco a Granada, que es mi segunda casa. Tengo mi hogar y Granada es el segundo… Así que me alegra hacer feliz a la gente de allí. Me he escrito con el entrenador y con algunos compañeros, tengo ganas de estar allí, pero ahora tardaré, al menos, unos días más», cierra antes de irse a intentar descansar un rato, aunque la tormenta en las redes sociales continúa. El fenómeno 'susijengi' (la 'manada de lobos', como se conoce a la selección finesa) está de moda y Valtonen, más aún.
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