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Una afición de 10
El Palacio eleva al Covirán a otra permanenciaAmbiente ·
Al descanso, la grada vio de cerca el descenso a LEB Oro, pero el pabellón nazarí rugió como nunca para salvar la categoría en un final agónicoA Granada le gusta la emoción. Era tan sencillo vencer hace dos semanas ante el Río Breogán y certificar la salvación en la Liga Endesa ... que resultaba aburrido, como si no supiera igual el logro de seguir en la élite del baloncesto nacional. Lo mismo ocurrió este domingo ante el Dreamland Gran Canaria en la batalla definitiva. El Covirán se vio de rodillas y con la espada del equipo insular cogiendo color en su cuello, pero la afición emergió para tomar con sus manos la cuchilla y apartarla aunque dejara marca. Se consumó de nuevo la permanencia en la Liga Endesa y fue agónica, como hace año. El resultado, el mismo. Otro callo más para una ciudad que sabe que la ACB es su sitio natural.
Como ante Almansa, como contra el Joventut, había ambiente festivo antes del encuentro. El Palacio de los Deportes se tiñó de rojo más que nunca en todo el curso. Un mar de sangre nazarí deseando impregnar de coraje al equipo de Pablo Pin. La grada granadina, que siempre suele necesitar un empujón del equipo para elevar los brazos y chocar las palmas, caminó por sí sola. El resultado en Galicia de Monbus Obradoiro dejaba claro con el paso del partido que si el Covirán Granada quería la ACB tenía que ganar. Solo durante el primer cuarto, con ventaja granadina y triunfo del Joventut en Santiago, se pensó que iba a ser más sencillo de lo esperado. El segundo cuarto bajó a la tierra al Palacio, que asumió el reto de defender la estancia.
Antes del descanso, el Dreamland Gran Canaria abrió una brecha que hubiera sido insalvable en cualquier otra tarde, pero Granada le está cogiendo el gusto a agonizar con la lengua fuera del agua para al final clavar los dientes en la ACB como un tiburón. La grada del Palacio, acostumbrada a que se le sirva el té de las cinco para sentir algo, cogió la tetera y empezó a golpear insistentemente a su equipo para que clavara en la red cada balón que volaba. A pocos minutos para el final del tercer cuarto se desató el éxtasis. La afición rugió en cada jugada, en cada tiro libre, para no dar ningún punto por perdido. La realización del videomarcador reclamaba ruido en todas las acciones y se centraba en Ana Pérez, la chica que el curso pasado se hizo viral celebrando la permanencia en la Liga Endesa. Hasta los árbitros regalaron lo que durante toda la temporada habían mermado. En cuestión de siete minutos de juego, el Covirán logró un parcial de 30-4 y el masaje cardiaco de los más de ocho mil espectadores presentes en el Zaidín dio resultado.
El final fue ajustado, pero el equipo ya tenía pulso para una temporada más. El corazón latía y toda la afición quería notarlo a pie de pista. Se acordonó la zona para la fiesta, los jugadores se abrazaron y Pin lloró y suspiró, consciente de que lo había logrado una temporada más. Óscar Fernández-Arenas, presidente del club, lo buscó en cuanto pudo para soltar las lágrimas juntos. Saiko, que recibió al comienzo del encuentro una camiseta del club, se unió a la celebración con su móvil. Por recurrente no deja de ser histórica la tarde en la que el Palacio de los Deportes elevó al Covirán Granada a la permanencia.
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