El Covirán dispuso de diez triunfos en sus manos
Liga Endesa ·
El equipo granadino cedió seis partidos por cinco puntos o menos y diez en total por una mínima diferencia finalEl Covirán tuvo en sus manos diez victorias. Vale que no todos los finales apretados pueden caer del mismo lado, pero si al menos la ... mitad. Pongamos peor porcentaje, un tercio, y el equipo de Pablo Pin habría contabilizado tres o cuatro éxitos más, por lo que tendría la misma cosecha que sus adversarios directos y estaría en la misma situación que los que le preceden en la clasificación, en la pelea por la permanencia hasta la última jornada, como en los dos cursos anteriores en ACB.
Durante la segunda vuelta, el Covirán acaba de recibir el mazazo de 93-89 en el Coliseum ante el Leyma Coruña, marcador con cuatro puntos de diferencia, que para colmo de males le hace perder el 'average' con los herculinos. Pero es que una semana antes cayó derrotado con el Barça por siete puntos en el Palacio de los Deportes (86-93) y había dado la talla en La Laguna, con un muy digno 95-87 (ocho) frente al emergente Tenerife.
Los granadinos sí sufrieron un correctivo en Valencia, pero también salieron derrotados en Miribilla por tres puntos: doloroso 91-88 con el Surne Bilbao. Y en la anterior cita, la más grave de todas, el punto de inflexión a la campaña, el grave tropiezo por 82-85 contra el Hiopos Lleida en casa. Otra vez tres puntos de margen tan solo.
También en Málaga estuvieron por delante en el electrónico, hasta 12 puntos arriba, pero se desinflaron en el último cuarto para ceder el triunfo con más claridad con Unicaja.
Repitieron la igualdad frente al UCAM Murcia, 82-88, seis puntos de por medio, aquí se empezó a crear la dinámica negativa de resultados y que envió al Covirán al fondo de la clasificación. Se había reanudado la competición tras la Copa del Rey y la ventana FIBA y la hospitalización de Gian Clavell fue como una señal del infortunado destino que le llegaría a la escuadra de Pablo Pin.
Antes, se había perdido con claridad con Baskonia, Joventut o Valencia, pero superado al Zaragoza y Girona, también apretado, por seis y cuatro tantos.
Por poco se escapó el duelo ante el Real Madrid en el pabellón del Zaidín, 79-84 por cinco puntos, y la salida a Murcia por solo tres: 84-81. Aquí se inició un gran maleficio para los finales apretados.
El Gran Canaria sí ganó con holgura en Granada o el Lleida en Barris Nord, pero el primer dolor de muelas fue aquel 73-75 contra el Baskonia ante los aficionados, con un triunfo que voló en los instantes finales.
La mejor fase fueron los éxitos sobre Joventut, Breogán fuera y Leyma Coruña y, ya en Manresa, se hizo un buen partido, 93-86, con opciones y derrota por siete.
Más claros fueron los tropiezos con Surne Bilbao en casa, Andorra y Tenerife en la pista nazarí, mientras que Unicaja y Barcelona arrollaron en las dos primeras jornadas.
En conclusión, el Covirán cedió un total de diez partidos por una mínima diferencia en el marcador final. De ellos, seis por cinco puntos o menos. Inaudito que las dos confrontaciones frente al UCAM Murcia volaran por seis y tres puntos. Con el Tenerife, por ocho, y Manresa y Barcelona, por siete. El daño fue absoluto contra el Real Madrid, por cinco, Coruña, por cuatro, Bilbao y Lleida, por tres, junto a una de las citas con los murcianos, y Baskonia, por dos.
No ha perdido ningún partido por un punto, pero tuvo serias opciones de ganar diez encuentros más, con lo que tendría 16 victorias. De ellos, seis fueron muy reñidos, para anotarse como poco tres de ellos y, de los diez, por qué no, cinco.
Estaría casi salvado
El Covirán estaría prácticamente salvado con once victorias en este momento de la competición, a falta de seis jornadas y casi con el doble de premios. Sin embargo, la recompensa quizá se le ha negado pese a los méritos o el juego desarrollado.
También pudieron ser otros factores pese a tratarse de una plantilla integrada por jugadores expertos y veteranos, causas que se buscan en mala suerte, despistes, desconcentración o desconexiones, desgaste físico por abuso de titulares y, pudiera ser, escasas rotaciones o profundidad de banquillo, y, cómo no, las lesiones y los perjudiciales arbitrajes de los que se quejó y fue uno de los principales argumentos del club, para razonar la delicada situación actual y que llevará al Covirán, casi seguro y si no hay una gesta que lo remedie, a la segunda categoría nacional, la nueva Primera FEB y antes llamada LEB Oro.
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