El Covirán, acostumbrado a la heroica para salvarse
Los granadinos vuelven a esperar a la última jornada y tener éxito cuando suena la bocina
El Covirán tuvo que esperar de nuevo hasta el último momento para lograr una permanencia agónica. El equipo de Pablo Pin se acostumbra al milagro ... y se salva por segunda vez consecutiva con la campana. A simple vista, el Covirán dispuso de mejor plantilla en su segunda temporada en la Liga Endesa que en la del debut, en la que eludió el descenso en el último segundo por un tiro que no entró de Jean Montero en Madrid.
La plantilla de la campaña que acaba de finalizar es de mayor potencial, en especial la última confeccionada tras seis novedades. Había dudas razonables sobre la inicial.
La temporada empezó mal en cuanto a resultados, todo lo contrario a la del estreno, donde hubo colchón cuando llegaron las lesiones. Esta vez la salud no influyó tanto pero hubo incidencias que crearon inestabilidad, como el caso del israelí Ziv, afectado por la guerra, los bálticos Kayris y Konontsuk, que quisieron irse, el desencuentro de Thomasson con sus compañeros que aceleró su salida o el patinazo con Barton.
Con cinco derrotas consecutivas, ni la suerte ni los arbitrajes favorecieron al Covirán, que perdió en la prórroga con el Murcia, en Badalona con ventaja de 15 puntos en el último cuarto, en el Palau, Miribilla o ante Girona en casa en choques igualados, con el Manresa por un triple de Steinbergs en el último segundo contra tablero y tras recoger un balón perdido por el suelo...
A pesar de todo, el equipo de Pablo Pin se reinventó y reaccionó para lograr victorias de prestigio lejos del Palacio como en Valencia y Santiago de Compostela. Lástima de su indolencia en otras salidas como el Pazo dos Deportes de Lugo, Fontajau, Andorra o Murcia. Supo ganar a los de nivel medio en casa como Zaragoza, Palencia, Obradoiro o Bilbao... pero pecó de relajación y una constante insuficiencia defensiva en los viajes si había vencido y seguía fuera de descenso. En solo cuatro jornadas estuvo en la zona roja. Falló de manera imperdonable y grave en la visita del Breogán al Palacio.
En su descargo, dispuso de mejor equipo pero adversarios también de mayor entidad. Hasta el colista Palencia fue muy competitivo, nada que ver con el descolgado Fuenlabrada. Y Manresa, Girona, Bilbao, Andorra... todos en general potenciaron sus plantillas al igual que los granadinos.
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