Concentración, calma y tranquilidad como receta para el partido de Lugo
En plena euforia por la victoria ante el Breogán, Pablo Pin buscará aislar al equipo para cerrar el ascenso en Lugo
Jose Manuel Puertas
Granada
Lunes, 14 de junio 2021, 01:24
Pasados dos días del primer encuentro de la final de ascenso a la Liga Endesa entre el Covirán Granada y el Río Breogán de Lugo, ... sigue siendo complicado asumir lo sucedido en el Palacio de los Deportes. No deben doler prendas para afirmar que los granadinos pasaron por encima de un rival que llegaba a la ciudad de la Alhambra, probablemente, como favorito en el cruce. Por tradición, presupuesto y 'obligación' de ascender, los pronósticos se inclinaban ligeramente hacia los lucenses. Pero, al menos en esa primera cita, nada estuvo más lejos de la realidad.
De hecho, fue tal la superioridad rojinegra que algún aventurado podría dar la eliminatoria por resuelta, mucho más porque fue palpable que en el banquillo lucense hubo algunas malas caras. Por eso, Pablo Pin se apresuró en la rueda de prensa posterior al partido a bajar los humos. Eso sí, lo hizo más buscando actuar sobre el entorno del equipo que en lo que a los propios integrantes del mismo se refiere.
Cuestionado por si tendría que insistir mucho a los suyos para evitar posibles castillos en el aire tras lo visto el sábado, Pablo Pin aseguró que no sería así. «Este equipo tiene suficientes tablas como para no tener que ser muy pesado con ellos», aclaró, asegurando que su plantilla «tiene las ideas muy claras de cara al partido en Lugo» y recordando que han jugado «muchos partidos de este tipo, hasta Germán Martínez, que es el más joven, lo ha hecho con nosotros o ha jugado por una permanencia la temporada pasada». Empero el técnico rojinegro sí fue muy explícito con la receta a seguir en los próximos días. Pidió «concentración, calma y tranquilidad» como las tres claves que «necesita el equipo».
Con esas tres palabras queda claro que lo que Pablo Pin va a tratar de hacer, mucho más de ajustes tácticos o técnicos que ya apenas se estilan a estas alturas de temporada, es aislar mentalmente al equipo de un exceso de elogio que pudiera acabar volviéndose en contra. Es obvio que cierta euforia invade Granada en estos días, pero que aún queda lo más difícil por hacer. De ahí que, de nuevo, el Covirán vaya a viajar a Lugo dos días antes del partido. Una receta que ya funcionó en la eliminatoria ante el Leyma Coruña y que ayudó a promover un más que necesario descanso físico y mental ante los herculinos.
A pedir de boca
Echando la vista atrás a lo ocurrido el sábado, el Covirán fue mejor en prácticamente todas las facetas del juego. Exceptuando el déficit reboteador del primer cuarto –seis rechaces granadinos y trece, incluyendo cuatro ofensivos, de los lucenses– y el desatino en el triple local también en el inicio –el Covirán solo encestó uno de sus once primeros intentos triples– ante las defensas alternativas del Breogán, todo lo demás salió a pedir de boca.
Los rojinegros bordaron el juego sobre todo en defensa, provocando hasta 17 pérdidas al, a priori, sólido ataque breoganista. También dominaron el rebote en los tres últimos cuartos y mejoraron notablemente sus porcentajes. Incluso se permitieron el lujo de poder correr prácticamente a lo largo de todo el partido. Merced al control del rebote y a la alta intensidad defensiva, el Palacio de los Deportes disfrutó de un alto número de contraataques, que habían escaseado en los cruces previos ante Real Murcia y Leyma Coruña.
Fue todo tan parecido a lo deseable que los últimos minutos sobraron y hasta Pablo Pin se permitió retirar de la cancha a los jugadores con más minutos acumulados en las piernas, con el Palacio volviendo a ponerse a los pies de Lluís Costa, Thomas Bropleh o Alex Murphy principalmente. Tras seis partidos durísimos, en los que prácticamente nada se decidió hasta el último minuto –salvo en el primero ante Coruña, y no precisamente del lado granadino– esa 'calma' final es fue un reconfortante bálsamo para los granadinos. El mejor escenario posible, desde luego, debía parecerse mucho a ese.
Cautela
El riesgo del que hay que huir ahora es el de la autocomplacencia, aunque Pin parece convencido de que sus huestes volverán a salir con el cuchillo entre los dientes el jueves en Lugo. Cualquier otra cosa sería una temeridad, pues por mucho que el Breogán estuviera lejísimos de su mejor versión en la apertura de la final, a nadie sorprenderá que la cara de los celestes sea radicalmente opuesta cuando ejerzan como anfitriones en el Pazo Dos Deportes. Al ser el 'play off' a tres partidos, el Covirán ya se ha asegurado el poder jugar un tercero y definitivo con el calor de público que le llevó en volandas el sábado. Una red de seguridad que cargará aún más de presión a los de Diego Epifanio, conscientes además como son los gallegos de lo enormemente exigente que es la afición lucense cuando vienen un poco mal dadas. Por eso es previsible un arranque en tromba del Breogán que demandará el máximo al Covirán. Pero si los granadinos toman las primeras ventajas, el runrún podría llegar a las gradas, poniendo el escenario más difícil para los lucenses.
Es por ello que Pablo Pin insistió en esas tres claves en la rueda de prensa. Es consciente de lo temerario que sería minusvalorar al Breogán y empezar mal. La mentalidad será clave si se quiere cerrar el jueves el sueño del salto a la Liga Endesa.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión