«Bienvenido sea que tire menos si eso supone que mis compañeros vuelvan a tener confianza»
El pívot balear radiografía para IDEAL su momento de forma y el del Covirán Granada tras la victoria ante Huesca que rompió la racha de cinco derrotas
José Manuel Puertas
Granada
Jueves, 30 de enero 2020, 01:01
Tras pasar meses muy duros por un grave problema familiar, David Iriarte Urdiain (Palma de Mallorca, 1 de abril de 1995), resultó uno de ... los valores más sólidos del Covirán Granada en el peor momento de la temporada. Su discurso, sincero y sin ambages, huye de cualquier euforia por haber ganado un partido.
–¿Relaja ganar?
–No. Estamos decimosegundos. La situación es mala, a dos del siguiente y a uno del descenso. El partido contra Marín es vital y hay que ganarlo, porque aquí les ganamos y porque nos vendría muy bien para coger una dinámica ascendente.
–Pero da oxígeno.
–Sí. Eran cinco derrotas seguidas. Y aunque poco a poco jugáramos mejor, alivia al fin ganar. Quitarte esa presión de no saber lo que pasa, de trabajar a tope y saber que el cuerpo técnico no para de comerse el coco y cambiar detalles y que no salgan las cosas. Es frustrante.
-¿Lo han pasado mal?
-Claro. Y no se nos debe de olvidar, porque además seguimos en una situación en la que no queremos estar. Es importante para crecer que sepamos de dónde venimos.
-¿Qué cambió ante Huesca?
-Que ganamos (risas). Que nos fuimos con una sonrisa y juntos a cenar. Pero a la hora de trabajar, poco. El esfuerzo es el mismo, y es grande a diario. Tácticamente llevamos días jugando mejor, fallando situaciones que habíamos creado buenas. Aumentando el acierto y con más confianza hemos conseguido que llegue un triunfo al fin.
-En su primera rueda de prensa este año dijo estar seguro de que su momento llegaría. ¿Se aceleró el proceso o fue natural?
-La lesión de 'Borto' ha podido influir. Era importante que parara y eso me permite jugar más. No he notado un cambio de esfuerzo, eso lo he hecho desde el principio aunque no haya estado del todo concentrado. Pero ahora veo que el equipo me necesita y me siento tranquilo y con la capacidad y confianza necesaria para dar lo que me piden.
-¿Nota responsabilidad por la lesión de Bortolussi?
-A mí nadie me ha dicho nada de dar un paso al frente. Ha sido algo general por la situación. Pero he sentido, sin pensarlo demasiado, que iba a tener más minutos. Tenía que hacer las cosas sencillas. Defender bien no depende del día que tengas. Y empezar anotando de dos. Mi porcentaje de tres era malo y ahora he empezado a meter. De menos a más.
-¿Eran Alo Marín y usted los que menos 'mochila' llevaban y eso se ha notado en el peor momento?
-Las derrotas son duras y pese a ello el equipo siempre ha estado unido. Hemos intentado meter energía. Alo da mucha, además de tener un gran talento ofensivo y atraer defensas. Y yo intento salir sin pensar en cuántos puntos o rebotes debo sumar. Intento salir, contagiar, que el que esté al lado vea que lo doy todo y sienta la responsabilidad de ir también al 100%. Me pego y cuando me llegan intento meterlas. No sé si fue cosa nuestra, pero con un grupo desunido no lo habríamos hecho.
-Ha habido un mensaje habitual sobre falta de dureza. Parecía que, sin meterle prisa, Pin le echaba de menos.
-Mi rol es ser duro, pegar, ganar posiciones, correr mucho. Y eso es algo que aporto sí o sí cuando juego. No se negocia. Dureza y defensa. Es lo que he intentado poner y creo que lo estoy haciendo bien. No sé si se ha echado de menos eso, pero de verdad creo que la dureza la ponemos todos los días.
-¿Cómo ha vivido como compañero la situación de Josep Pérez? ¿El jugador siente empatía con el compañero o entiende que las cosas son así?
-Ningún jugador querría verse en esa situación. Hay que destacar que es y ha sido un profesional enorme. Ha venido cada día con muchas ganas. Yo no conozco ni un jugador al que le guste el baloncesto más que a él. Le encanta lo que hace y en una situación tan complicada ha sido capaz de no parar y seguir con nosotros. Nunca ha descargado su rabia en el vestuario y eso le honra y habla muy bien de él. Ha sido difícil, porque los puntos de vista del club y él se habían desalineado. Y cuando eso pasa es difícil que se vuelvan a encontrar. Y unos y otros han sido capaces de volver a hacerlo y yo me alegro muchísimo. Es una gran noticia que se recupere la confianza en él. Y yo confío muchísimo tanto en él como en Pablo y estoy seguro que esto va a mejorar.
-Estando ahora en un buen momento de forma, ¿Por dónde pasa su mejoría?
-Yo quisiera jugar como Guille Rubio todos los días (sonríe). Quiero que mis compañeros se vuelvan a sentir bien, que tengan confianza. Y si eso supone que yo tire menos, bienvenido sea. A mí me gusta poner bloqueos, correr y generar espacios, dar asistencias o coger rebotes. Quiero seguir defendiendo y abriendo la pista bien para generar ventajas a los compañeros. Aparte, me gustaría seguir mejorando el porcentaje de tres y aprovechar mejor las situaciones de poste bajo, aunque entiendo que mi rol es el que es.
-Marín y Canoe por delante. Suenan a partidos bisagra completamente para el resto de la temporada.
-Más que mirar para arriba nos permitirían mirar para abajo con tranquilidad. Ahora mismo es lo más importante. Nos ha costado ver que estábamos más cerca del descenso que de los 'play offs' y alejarnos es lo primero que hay que hacer. Hemos cambiado la filosofía de ir mes a mes por pensar solo en el próximo partido. Y si llega a haber opciones por arriba, las pelearemos al máximo.
El gran aprendizaje grabado a fuego de su situación personal
«Al haberme tocado de cerca, me duele imaginar cómo lo tienen que estar pasando su mujer y sus hijas», valora Iriarte sobre la conmoción tras el fallecimiento de Kobe Bryant, al que define como «alguien muy especial dentro y fuera de la cancha, uno de los tipos con más clase y más ganadores que han existido». Su experiencia ha hecho al pívot entender que «todo pasa muy rápido», por lo que «hay que hacer lo que te gusta, ser agradecido y no perderse en rutinas», afirma.
Ahora le ha llegado, al fin, la hora de «volver a pasarlo bien». Apunta haber cometido un error disfrutando «solo cuando juego bien» y cree que el camino es otro:«estar contento para pasarlo bien y no que me salgan bien las cosas para disfrutar», relata, pues en el fondo «el resto de mi vida es igual, solo cambia si meto más puntos o cojo más rebotes». Esa, dice, es la lectura que hace de la «montaña rusa» por la que ha pasado el último año.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión